Jiron Quilca, una de las calles de Lima donde se puede comprar libros piratas.
Foto del artículo de Manuel Vigo, link abajo
Quisiera compartir un post publicado por Manuel Vigo en Informal City Dialogues acerca de la venta de libros ¨pirata¨ en Lima, Perú.
El artículo es muy interesante, más allá de mostrarnos el pintoresquismo de los procederes ilegales, cómo se burla a los derechos de autor ante la gran cantidad de prensas que todo lo copian, -incluso antes que el Best Seller salga a la venta-, se plantea una realidad que es imposible evadir: los costos de los libros originales y la imposibilidad de comprarlos cuando cuestan más que el promedio del sueldo de un día de trabajo.
Lo que no justifica la piratería, pero al menos la hace comprensible, especialmente cuando de textos de universidades se trata, cómo se puede estudiar en facultades que tienen sólo un par de -copias- disponibles? Y sólo de algunos libros.
En la contracara de la situación, la nota nos recuerda que un autor que es pirateado, debiera ser feliz de serlo, ya que implica popularidad, un cierto homenaje a la creación.
También deja entrever la diferencia entre bajar libros on line y comprarlos ¨truchos,¨ pareciera que comparlos hace el acto más digno. Mi esposo, que está muy en contra de estas ilegalidades y prefiere publicar sus libros en forma gratuita on line, me aclara, con razón, que una cosa es la necesidad de bajar un libro por falta de dinero y otra la de los empresarios que se llenan los bolsillos con la venta en el mercado negro, porque, obviamente hay todo un negocio tras de ello, opinión que yo suavizo diciendo que además genera fuente de trabajo para tanta gente pobre.
Como ven, tengo una postura ambigua porque he conocido mucha gente buena de Perú, inmigrantes en Buenos Aires, y sé cómo piensan y cómo trabajan de sol a sol, intentando sobrevivir, los que viajan y sus familias que quedan en sus países. Y no estoy a favor de los ¨manteros,¨ nombre que se le da en mi país a aquéllos que tienden sus mantas incluso frente a los negocios donde se venden los mismos productos, originales, ya que el que alquila el local debe pagar todos los servicios, incluídos los impuestos. Mi corazón comprende fundamentalmente a los estudiantes......
Voy a dejar el link para el texto completo y copio solamente un párrafo, si Ud no lee inglés, use el traductor de Google porque vale la pena leerlo. En este blog, encontrará el traductor arriba, a la derecha.
The illegal copies aren’t restricted to high-profile places like Jiron Quilca – they’re ubiquitous, displayed by street vendors, on highway stands, inside markets and during the summer months at the city’s most popular beaches. According to one estimate, quoted by the BBC, Peru’s pirated-book publishers employ more people than their legal counterparts, and are thought to cost the industry $52 million in annual losses. In formal Peruvian bookstores the price of an average book hovers around 50 soles, or about $18, which is significantly more than what the average Peruvian makes in a day.
Many titles from Peruvian writers have also been given the full pirating treatment, including books by Mario Vargas Llosa, the 2010 Nobel Laureate, who has said the country’s book piracy “reflects the little or no respect for the law.”
Book pirates are known for their resourcefulness. Illegal copies of major novels are known to make their way to the streets on or before the official release date.