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Sunday, April 9, 2017

The joy of books. El placer de los libros


I am a compulsive reader and, like Borges, I always wonder how many books I will be able to read before I die. So lately I am selecting the ones (from the so many I have) important for me to read first of all. Setting aside this issue, I enjoyed taking pictures of this installation by Pancho Luna, exhibited at Los Angeles Art Show 2017. What an interesting way to design a library!!

Siendo lectora compulsiva, suelo preguntarme como Borges, cuántos libros podré leer antes de morir. Así que últimamente estoy seleccionando aquéllos (de los tantos que tengo) que me resultan más importantes para leer primero. Dejando de lado el tema, me dio mucho placer sacar fotos de esta instalación de Pancho Luna, expuesta en Los Angeles Art Show 2017. Qué forma tan interesante de diseñar una biblioteca!






Friday, January 27, 2017

Acerca del "Aleph Engordado"

Estuve leyendo acerca del caso de Pablo Katchadjian, el autor de ¨El Aleph Engordado¨ quien fuera llevado a corte por María Kodama hace cinco años. De La Nación:
¨En agosto del año pasado, la Justicia había decidido hacer un peritaje entre "El Aleph", el cuento de Jorge Luis Borges, y El Aleph engordado para determinar si Pablo Katchadjian había alterado o no el texto original. Entonces habían transcurrido ya cuatro años desde que se inició la demanda por plagio, y todavía otro año más pasaría hasta que se conocieran los resultados de ese peritaje. Pero ayer, finalmente, se dictó el procesamiento de Katchadjian. El fallo que firma el juez en primera instancia Guillermo Carvajal es terminante: "Tengo por acreditado que Pablo Esteban Katchadjian defraudó los derechos de propiedad intelectual que le reconoce la legislación vigente a María Kodama -viuda de Jorge Luis Borges- en relación con la obra literaria «El Aleph»". Y más adelante también: "Surge en forma palmaria la alteración del texto de la obra de Borges por parte del evaluado, dejando caer por tierra el descargo intentado por este último, en cuanto pretende explicar que la publicación de El Aleph engordado obedece simplemente a una experimentación literaria". Sobre este punto, Fernando Soto, abogado de Kodama, dijo ayer a LA NACION: "Katchadjian dice que fue un experimento, pero no fue ningún experimento. Copió y adulteró". El fallo señala además que el hecho de que Katchadjian no pretendiera beneficiarse económicamente no es pertinente porque "el perjuicio económico no tiene por qué existir en los delitos contra los derechos intelectuales". Soto cree, sin embargo, que Katchadjian obtuvo, si no dinero, por lo menos notoriedad.¨
http://www.lanacion.com.ar/1958635-procesan-al-autor-de-el-aleph-engordado-por-defraudacion

Algunos escritores han apoyado a Katchadjian quien insiste que ha sido un experimento literario.
Y es aquí donde quisiera expresar mi opinión, habiendo sido durante añoa jefa de trabajos prácticos de la carrera de Arquitectura y Diseño en la FADU.

Uno de los problemas que también sufrimos los arquitectos es el de copia, plagio, en forma moderada o descarada también. La ley nunca ha defendido a los arquitectos seriamente al respecto, y como suelen decir los abogados, hay quienes cambian una parte del diseño y ya se supone que no es copia directa, pero al ojo experto no se le escapa la intención.

Éste es uno de los aspectos a enseñar al alumno, quien en su desesperación por lograr ideas originales suelen tomar los conceptos fundamentales de arquitectos famosos, y he aquí la cuestión, tomar ideas, conceptos, estructuras, trabajar sobre ellos no es copia.
De hecho se les da a los alumnos ejemplos para que analicen de otras obras y puedan _a partir de allí_ desarrollar lo propio, poner su propia ¨marca¨ en una obra.
 Todo ello en el marco de la educación, hasta que cada alumno, una vez avanzado, madurado, tenga su línea personal de investigación y estilo.

Pero que un profesional, en este caso un escritor, manipule una obra famosa, la destruya, la recomponga, la altere, con fines que van más allá del ejercicio literario, es ofensivo y doy todo mi apoyo al juez que lo declara culpable y a María Kodama que defiende los derechos de Borges.
Porque no puede haber otra intención que la de notoriedad y posible venta de muchos ejemplares; de haber sido realmente un ejercicio, quedaría en los claustros, en la computadora, entre estudiantes.
Un escritor talentoso puede tener un estilo ¨a la manera de¨, sin embargo actitudes así nos permiten pensar que el talento dió paso a la creativa ¨avivada criolla¨. 

Sunday, July 5, 2015

Personas, hechos y lugares en torno a la Manzana de las Luces. " Los primeros empapelados de Buenos Aires."


Hace casi cinco años ya, había publicado un post en mi blog de arquitectura sobre el Empapelado artístico en las paredes de las casas del Virreinato del Río de la Plata, con permiso para reproducir parcialmente el texto publicado en ¨El Virreinato del Río de la Plata. 1776-1810¨, Pág. 47 a 50, edición de la Sociedad Rural Argentina, 1976. El autor del mismo, es el Dr. en Historia Juan Carlos Arias Divito, quien tiene una nueva publicación al respecto en ¨Personas, hechos y lugares en torno a la Manzana de las Luces. Los primeros empapelados de Buenos Aires¨. Edición Junio del 2015. 
 A continuación reproduzco dos de las páginas y transcribo parcialmente un breve resumen acerca del autor.



Juan Carlos Arias Divito nació en Bolívar, provincia de Buenos Aires. Tiene su doctorado de historia en la Universidad Complutense de Madrid. Es investigador de historia y miembro de numerosas instituciones, entre ellas la Junta de Historia Eclesiástica Argentina. Su libro ¨La Administración General y Factoría de Tabacos y Naipes de Santa FE, 1779_1812¨ recibió el 2º Premio de la Academia Nacional de la Historia Argentina. Fue distinguido ¨Historiador Porteño¨ por la Legislatura de la Ciudad.


La presentación del libro se hará en la antigua Sala de Representantes, Perú 272, Manzana de las Luces, CABA, el día 15 de Julio a las 12.30 hs.

Mis sinceras felicitaciones para el Dr. Juan Carlos Arias Divito!

Sunday, August 11, 2013

El orgullo del arquitecto

Bones´wall. By Myriam B. Mahiques

Nosotras no hemos sido creadas, sino, como todo organismo, gestadas, desde el momento en que los esclavos arrastraron estas enormes piedras. Con ellas convinimos tomar la forma correspondiente a su tectonicidad; a cambio, les permitiríamos moverse libres en nuestro interior, para abrir y cerrar pasadizos a discreción. Con las enredaderas tortuosas acordamos nos escondieran, optando algunas por moldearse al laberinto vegetal, que desbarató su esqueleto pétreo, pero, en esencia, en lo oscuro de sus entrañas, aún permanecen allí.
No imaginó el arquitecto que seríamos muchas más en el mundo, atemporales, hermanadas en nuestros principios, distintas a la vista de quien permitimos nos descubra ocasionalmente; de lo contrario, no tendríamos razón de ser, ni gozaríamos de las opiniones de científicos y charlatanes, quienes nos han tildado de monumentos, observatorios, tumbas, y hasta de creaciones extraterrestres!
El arquitecto, desconocedor de nuestros acuerdos previos, creyó que sus planos eran respetados al detalle. Lo observamos disfrutar de la grandiosidad de ¨su obra¨, y el orgullo lo instó a contemplarnos desde afuera y desde adentro, incauto a nuestra estructura celosa que lo atrapó a él y sus trabajadores sin piedad; nos teñimos de su brillante rojo sanguíneo, devoramos sus huesos y los convertimos en parte de nuestros muros, dejando a los sarcófagos reales como excusa de nuestra existencia.
Safe Creative #1101298366072

Escuche el microrrelato ilustrado con fotos:

Thursday, February 28, 2013

Librerías donde me gustaría estar. Bonus: links para disfrutar bibliotecas

Public Library of Cincinnati

No es necesario que cuente cómo disfruto estar en una librería; aunque, a la hora de buscar, prefiero las librerías desprolijas, donde el libro se busca como un tesoro. Ahí reside mi placer, en buscar, generalmente no me quedo a leer.
Siempre soñé con tener una librería enorme que cubriera las paredes de mi casa. Empecé a los 9 años a coleccionar, y uno de mis tíos me hizo mi primera ¨biblioteca¨ que consistía en estantes profundos, a la medida de la colección de enciclopedias de Disney y cm plus. Recuerdo que yo misma le dije cuánto sería de ancha y lo más larga posible, en algún momento se interrumpiría con una maqueta gauchesca que teníamos colgada en la pared. Un día, mi ¨biblioteca¨ se cayó en medio de un estruendo. No serían suficiente los estantes, y ya vería qué improvisar.... Uno de los peores problemas para mí, son las mudanzas. Reconozco que no es fácil mudar cajas pesadas de libros, ni es barato. La razón del espacio es la que me contiene a no tener más ejemplares y este año, he empezado a donar, unos pocos :)
Las fotos que siguen son compartidas de un lindo post, que tiene una compilación de bibliotecas interesantes, yo traigo las que más me gustan.
Acá el link original en buzzfeed:

Librería Alta Acqua en Venecia

Librería Shakespeare and Co, París

Esta biblioteca está en una casa en las rocas, en Wisconsin, EEUU

Esta librería está en la ciudad de Buenos Aires, es un teatro reciclado. No llegué a conocerla, creo que es El Ateneo.

Biblioteca personal del profesor de humanidades Richard A. Macksey, aparentemente con 70.000 ejemplares. Éste es mi sueño dorado, aunque yo tendría muchos más cuadros, plantas, ventanas, objetos de arte.

En el siguiente link, verán las bibliotecas de algunos famosos:

Si quieren ver más aún, hay un sitio dedicado a bibliotecas:

Saturday, January 26, 2013

From ¨The house where Darwin lived¨


" Charles Darwin lived with his wife, children and servants in Down House, a Georgian manor 15 miles south of London in the Kent countryside, for 40 years—from 1842 to 1882. Like all close-knit families, they did not just live in this house, they created a remarkable home here. Emma and Charles adapted Down House and the 20 or so acres of its grounds, extending the building and gardens continuously, so they could nurture a large family and a community within it, built on routines, mutual respect, adaptation, tolerance, affection and good humor.
In his book Art Matters, the art theorist Peter de Bolla claims that we must attend to what paintings “know,” what knowledge they contain in themselves that is separate from what their makers might have known; coming back to visit Darwin’s house last fall, in rich autumnal sunshine, I wondered what Down House might know, not just about Darwin and his family but about kinship and community.
Once Emma died, in 1896, 14 years after her husband, the house was rented out to tenants and spent some time as a girls’ school, but from the late 1920s various attempts were made to preserve it as a monument to Darwin. An institution called English Heritage acquired Down House in 1996 and restored it; it is open to visitors year-round and now has a small museum, a shop and a parking lot. Though it was the home of a wealthy country squire, it was always a family house, not at all showy, and its curators have kept it that way. There’s a large hallway with cupboards built to store tennis rackets and boots and old manuscripts. Off it branch high-ceilinged family rooms: a billiards room, Darwin’s study, a drawing room, a dining room. Upstairs is a school room and bedrooms and, on the third floor, servants’ quarters. The high windows have solid-panel shutters that fold back into their frames, so the boundary between inside and outside seems permeable; trees and green are visible everywhere through glass; light pours in." 
Read the article by Rebecca Stott in full: 


“Capital” was how Darwin described his study, where he analyzed carnivorous plants and invited his children to oversee experiments. (Andrea Artz / LAIF / Redux)
Manuscript pages from On the Origin of Species lie on the desk where Darwin wrote his masterwork. (Press Association / AP Images)

Monday, December 10, 2012

Installations by Architects



¨Installations by Architects: Experiments in Building and Design, by Sarah Bonnemaison and Ronit Eisenbach (Amazon USA and UK.) Publisher Princeton Architectural Press says: Over the last few decades, a rich and increasingly diverse practice has emerged in the art world that invites the public to touch, enter, and experience the work, whether it is in a gallery, on city streets, or in the landscape. Like architecture, many of these temporary artworks aspire to alter viewers' experience of the environment. An installation is usually the end product for an artist, but for architects it can also be a preliminary step in an ongoing design process. Like paper projects designed in the absence of "real" architecture, installations offer architects another way to engage in issues critical to their practice. Direct experimentation with architecture's material and social dimensions engages the public around issues in the built environment that concern them and expands the ways that architecture can participate in and impact people's everyday lives. The first survey of its kind,Installations by Architects features fifty of the most significant projects from the last twenty-five years by today's most exciting architects (...) Projects are grouped in critical areas of discussion under the themes of tectonics, body, nature, memory, and public space. Each project is supplemented by interviews with the project architects and the discussions of critics and theorists situated within a larger intellectual context.¨

Excerpt from:

And here´s some of my favorite installations: walking in the park and Sky ear.

Asher DeGroot, David Gallaugher, Kevin James, and Jacob Jebailey, Walking in the Park. Photo credit: Andre Forget (via)
Usman Haque, Sky Ear, 0n September 15, 2004 at the National Maritime Museum, Greenwich Park, London

Tuesday, November 20, 2012

La escalera y biblioteca de la Abadía de Melk que inspiraron a Umberto Eco

Escalera de la abadía benedictina de Melk. Foto bajada de
http://www.viajes.net/blog/2009/05/10/la-vertiginosa-escalera-caracol-de-melk-austria/

¨El Nombre de la Rosa¨ es uno de mis libros favoritos, y tal vez más que el libro, la película, con esas imágenes tan dramáticas y hermosas.
Hoy dí de casualidad con esta foto de la escalera de la abadía benedictina de Melk y leía en el blog de viajes que está diseñada por el arquitecto austríaco Jakob Prandtaauer y conduce a la biblioteca de la abadía que tiene ejemplares antiguos y muchos incunables.
Pues esta escalera y la biblioteca fue la fuente de inspiración de Umberto Eco para El Nombre de la Rosa.

Biblioteca de la Abadía de Melk. Foto de emgonzalez y bajada de Wikipedia.org

¨Más de 100.ooo volúmenes de lectura, 1.200 manuscritos del siglo IX al siglo XV, 600 manuscritos de los siglos XVII y XVIII, y 750 incunables conforman un legado bibliográfico y patrimonial dificilmente superable. Parte de esta importantísima recopilación es consultado por  filológos,  y los alumnos que reciben clases en la abadía.
La biblioteca, además, es una de las estancias más visitadas por los turistas, donde destacan dos extraordinarios mapamundi, y los frescos realizados por el pintor Troger
Texto tomado de 
Foto de cassetteject

Friday, August 3, 2012

Gordon Cullen's The Concise Townscape (El Paisaje Urbano)


If somebody asks me which is my favorite book on urbanism, I won't think it twice. I love Gordon Cullen's The Concise Townscape, that I've read in Spanish as El Paisaje Urbano.
I must have been 18 years old when I bought the book, and today, it could seem simple, without impressive scientific theories -as we read today-, but Gordon was so clear, that you'd never forget the basic concepts of urban design.
And the sketches, beautiful, even today in the era of the computers. I'm sharing some of them that I've downloaded from Google images. 





Thomas Gordon Cullen (b. 9 August 1914, Calverley - 11 August 1994, Wraysbury) was an influential English architect and urban designer who was a key motivator in the Townscape movement. He is best known for the book Townscape, first published in 1961. Later editions of Townscape were published under the title The Concise Townscape.

Wednesday, July 18, 2012

Architecture in Uniform: Designing and Building for the Second World War

A German poster printed in the Netherlands, 1943: "Atlantic Wall: 1943 is not 1918"

This is an excerpt of Martin Filler´s review for The New York review of books: 

 There has long been a tendency to see the most important innovations of Modernism as arising directly from progressive causes. War, in this view, was considered a limiting if not wholly destructive force that stymied civilian architecture in favor of retrogressive military structures. But in his groundbreaking recent book Architecture in Uniform: Designing and Building for the Second World War, the French architectural historian and architect Jean-Louis Cohen establishes one big, awful, inescapable truth: the full potential of twentieth-century architecture, engineering, and design was realized not in the social-welfare and urban-improvement schemes beloved by the early proponents of the Modern Movement, but rather through technologies perfected during the two world wars to slaughter vast armies, destroy entire cities, decimate noncombatant populations, and industrialize genocide. It is hard to come away from Architecture in Uniform without the same feelings of profound horror and lingering dread that overtake readers of recent books on World War II by Max Hastings, Timothy Snyder, and other historians who continue to reveal with terrifying immediacy just how horrific that catastrophe was. And yet it also had paradoxical consequences for architecture. High among the major misconceptions that Cohen addresses in this heroic project—which included an eponymous exhibition he curated at Montreal’s Canadian Centre for Architecture last summer—is that World War II brought the building art to a veritable halt. Although non-essential commercial and residential construction were indeed banned for the duration of the war in the US, architecture and engineering proceeded apace in the military sphere. Urgent contingencies spurred the rapid development of new synthetic materials (especially plastics of all sorts) and imaginative technical solutions (including lightweight and portable structures as well as new forms of prefabrication) that would have taken far longer to emerge under less pressured peacetime conditions. Now a professor at NYU’s Institute of Fine Arts and the University of Paris VIII, Cohen was himself touched by the immediate legacy of the war in the French capital where he grew up. Although he recounts such inspiring feats as the wholesale retooling of American manufacturing for the all-out war effort—which spelled certain doom for the Axis once our industrially invincible country entered the conflict in 1941—darker episodes predominate. Impelled by the saga of his mother (the wife of a leading French Communist Party official), who was a slave laborer in the greenhouses appended to the Dachau concentration camp, Cohen recounts how design concepts devised for human betterment were most effectively reapplied by the Nazis to the vilest ends: 

 It was a kind of sadistic radicalization of the research on the minimum habitation that had been conducted under the Weimar Republic by architects in Berlin and Frankfurt, whose purpose was the large-scale production of affordable modern housing for large urban populations. The concentration camp version of the Existenzminimum was compressed beyond any imaginable limits.

Fritz Ertl: Auschwitz-Birkenau concentration camp, detention sheds, November 1944

KEEP ON READING:

Wednesday, July 11, 2012

Emoción visceral, odio y diseño

India ink freak-out. De http://www.bearskinrug.co.uk/


En mis años de estudiante de arquitectura, recuerdo muy bien la tortura provocada por ciertos elementos de dibujo que, sin embargo, de sólo verlos en El Politécnico, se me agrandaban los ojos de placer, entre sonrisas simultáneas,  ambos reflejos emocionados de verlos todos juntos, nuevitos, resplandecientes.
Pero a la hora de dibujar, la primera vez con mi regla biselada, desconocía que se usaba al revés, y arruiné una cantidad de hojas de tinta, muy caras por cierto, un sábado a la noche en soledad, cuando todo Buenos Aires salía a divertirse, y ni hablar de esos círculos que salían torcidos y nos bajaban las notas, y esas tontas Rotring que siempre se tapaban, especialmente la 0.1, mi gran odiada. Y el tablero que me rompía la espalda, y hasta la radio vieja de mis padres quemé un día de tanto escuchar Modart en la Noche. Años adelante, mi hijo recién nacido regó con orina todas las fotos listas de un concurso (de Photoshop ni se hablaba), y mi sobrinito vomitó sobre las grandes láminas de una entrega.......
Me alegra saber que no soy la única con estos sentimientos. He encontrado un libro de Donald A. Norman, llamado ¨Emotional design: why we love (or hate) everyday things¨ (New York, 2004), quien cuenta que su amigo Andrew lo visita una noche y le trae una exquisita caja de cuero. ¨Ábrela¨, le dice ¨y dime qué piensas¨. El autor la abre, y ve un set de piezas de dibujo técnico, todas de acero inoxidable: compases, portaminas, lapiceras.....
¨Adorable¨, respondió Donald, ¨éstos eran los viejos buenos días, cuando no dibujábamos en computadora.¨ Los ojos de ambos se humedecieron por los recuerdos.
¨Pero sabes¨, prosiguió Donald, ¨yo los odiaba. Mis útiles siempre se deslizaban, el punto se me movía antes que yo finalizara el círculo, la tinta negra India, siempre goteaba antes que yo terminara un diagrama. Una vez tiré toda una botella de tinta encima de mis dibujos, los libros, la mesa. Los odio!.¨
¨Sí¨, dijo Andrew riéndose, ¨ya había olvidado acerca de ello, pero de todos modos son hermosos utensilios.¨
¨Claro, mientras que no tengamos que usarlos.¨
Esta historia muestra los diversos niveles de los sistemas cognitivos y emocionales (viscerales, de comportamiento y reflejos) interactuando, luchando por prevalecer.
Primero, el nivel básico visceral, surge con el placer de ver la caja de cuero y la belleza del set. La respuesta visceral es positiva, nos trasladamos a los viejos buenos tiempos. Pero más rememoramos el pasado, y más nos acorralan las experiencias negativas. Éste es el punto de conflicto con la reacción visceral inicial.
La vista de los elementos clásicos es atractiva, pero la experiencia, negativa, no sobrepasa el efecto positivo.
Según Donald Norman, un diseño es exitoso, si lo es en todos los niveles.

Tuesday, June 26, 2012

¿Qué es una obra maestra?

Sacando una foto de la Gioconda. Por Dominique Faget

Del artículo de Ricardo Ibarlucía para La Nación, ¨¿Para qué necesitamos las obras maestras?¨ extraigo el siguiente texto, fue un placer para mí leerlo completo:

¨El concepto de "obra maestra" ( masterpiece chef-d'oeuvre Meisterstuck capolavoro ) es una adquisición moderna, ligada al desarrollo de la conciencia artística en las sociedades occidentales, la secularización de las prácticas artísticas y la autonomización de la esfera estética. Como ha mostrado Walter Kahn, la expresión tiene su origen en la tradición artesanal, más precisamente en el régimen medieval de las corporaciones, que exigía a todo aprendiz, para que le fuera acordado el estatuto de maestro, producir una obra que demostrara su excelencia en el oficio. La producción de una "obra maestra" formaba parte de una prueba de experticia, en la que un jurado de artesanos decidía, sobre la base de criterios más o menos establecidos, si el candidato podía ser admitido como miembro del gremio y adquirir, en consecuencia, el derecho de abrir un taller, vender sus productos en la ciudad y formar a su vez aprendices. En distintas regiones de Europa, este examen de competencia, que habilitaba al ejercicio de una profesión, podía también responder a finalidades económicas como organizar el comercio, regular la oferta y la demanda o proteger la industria local.

Con los siglos, el concepto de "obra maestra" se desplazó del campo de las "artes mecánicas" al de las "artes liberales", de las corporaciones de artes y oficios al sistema de las bellas artes, no sin sufrir una mutación semántica. Las nociones de "obra maestra" y de maestría se modificaron, dejando de invocar simplemente un conjunto de reglas y preceptos, cuya aplicación exigía un saber técnico. Así, desde principios del siglo XVI, la maestría ya no califica al artesano, sino al artefacto producido; ella designa una "obra capital", una pieza excepcional y ejemplar, dotada de propiedades distintivas, que representa un modelo de imitación. En este segundo período, como observa Martina Hansmann, el término expresa, por un lado, "una obra realizada de manera autónoma" y, por otro, "la emancipación de una perfección artística, posible en cada fase de la creación y sustraída a todo control exterior".
En el siglo XVII, con la aparición de las academias de pintura y escultura, la "obra maestra" participa fundamentalmente de un canon, es decir, de un corpus de obras paradigmáticas, también llamadas "clásicas", destinadas a realizar la belleza como valor cultural y legitimar a la vez los principios artísticos establecidos. Una nueva transformación se produce durante la segunda mitad del siglo XVIII. La obra maestra, como creación original que se sitúa más allá de las normas, tiene su origen en el Sturm und Drang . Con Goethe, Herder y el surgimiento del romanticismo alemán, la idea de maestría cede lugar a la de genio, "talento natural que da la regla al arte", según la formulación kantiana, que ahora se concibe como una facultad de acceso al absoluto. La obra maestra, desde este momento, es fuente de una revelación; expresa un "conocimiento extático", como lo llama Jean-Marie Schaeffer, que proporciona una intuición de esencias metafísicas, esencialmente superior a las formas cognitivas prosaicas, entre las que se cuentan los saberes técnicos del sistema artesanal.
Al mismo tiempo, la obra maestra, que antiguamente había comunicado un contenido religioso, ahora se autolegitima encarnando por sí misma el ideal del arte. Como sugiere Hans Belting, aquí es donde debemos situar el nacimiento del "mito de la obra maestra". Del romanticismo al esteticismo, de Gautier y Balzac con su novela La obra maestra desconocida a Pater y su glorificación del arte del Renacimiento, la utopía de la obra maestra como manifestación del absoluto, producto de una perfección artística inigualable, elevada a la inmortalidad, no dejará de subrayarse hasta proporcionar el fundamento hermenéutico de una nueva religión del arte -de un "servicio profano de la belleza", según la expresión de Walter Benjamin- cuyo templo moderno es el museo.¨

Wednesday, May 23, 2012

Música y Arquitectura

ARTHUR SCHOPENHAUER: "La arquitectura es música congelada." Foto que acompaña el artículo que reproduzco en este post. Imagen de Clarin.com

El artículo que sigue ¨Las hijas del asombro¨ fue publicado en revista Eñe, el día 8 de mayo de 2010. Su autor es Carlos Garay. Lo reproduzco en parte y dejo el link para que lo lean completamente.

Hace apenas unos meses se llevó a cabo la cuarta versión del Festival Internacional de Música en Cartagena de Indias. Entre tantos festivales dedicados a la música clásica, éste tiene un atractivo especial. La ciudad en que García Márquez ubicó su novela El amor en los tiempos del cólera conserva todavía el sistema de transporte de carrozas tiradas por caballos, los añejos faroles en las fachadas de las casas y, en general, la arquitectura de los siglos diecisiete y dieciocho. Algunas cosas han cambiado, pero no mucho: los primeros conventos de monjas, hoy convertidos en lujosos hoteles, mantienen más que el nombre y la fachada. Cada celda es ahora una lujosa habitación, pero la roca sólida, los dinteles bajos, parecen contener los ecos de los rezos o los suspiros de las novicias. 



Los conciertos que se ofrecieron en las capillas de los hoteles nos mostraron algo más allá del refinamiento de los intérpretes. Nos mostraron un sonido característico, una resonancia especial entre esos altos muros de piedra blanca y esas enormes vigas de madera. La capilla del hotel Santa Clara, construida en 1617 para la oración de las monjas Clarisas, dejó resonando durante eternos segundos las enormes vibraciones de Fratres para violín y orquesta de Arvo Pärt. En tanto que la capilla del hotel Santa Teresa, de la misma época pero más pequeña, se prestó para músicas de cámara, más íntimas, como las Escenas infantiles para piano de Robert Schumann. Nunca como en ese momento fue tan evidente la frase que dijera Schopenhauer: "la arquitectura es música congelada". 


Es irónico que sólo a partir de esas experiencias extremas volvamos a reflexionar sobre el espacio como componente de la música. Las dimensiones, los planos, las proporciones con que trabajan los arquitectos son conceptos que también, a su manera, ocupan a los compositores. En el marco de las religiones, por ejemplo, la creación sonora ha estado ligada al espacio en que se interpreta. La psicóloga Susan Elizabeth Hale propone que las cuevas, nuestros primeros habitáculos, nos parecían acogedoras por ser una remembranza del útero. 

De ahí brota el impulso humano de construir, de inventar nuevos espacios para magnificar esa sensación. En su libro Sacred space, sacred sound, Hale recrea ese trayecto de la cueva a la capilla y luego a las grandes catedrales, deteniéndose especialmente en el aspecto sonoro. Como su especialidad no es la física, sus definiciones acústicas terminan pareciéndose más a una poesía mística. De la Catedral de Chartres, en Francia, dice: "Es música en sí misma. La catedral puede hacer un eco con el sonido más leve. Incluso los susurros suenan como un aleteo de ángeles en el cielo". Pero algo queda resaltado a lo largo de su libro: cada lugar tiene una reverberación única determinada por las dimensiones, los materiales, la temperatura, la humedad y tantas otras sutiles variables. No hay dos construcciones que suenen igual. 

En 1613, cuando Claudio Monteverdi inició labores como maestro de música en la Catedral de San Marcos en Venecia, supo que tenía un espacio fascinante para llenar. La arquitectura de la basílica veneciana es el sueño de cualquier compositor interesado en los conceptos de planos y balance. Además de las cinco cúpulas que garantizan una especial resonancia, a lado y lado del altar se abren dos naves con sus respectivos balcones para dos coros enfrentados. En la obra sacra de Monteverdi, la armonía se explica por ese monumental recinto en que era interpretada. 

Parece que el compositor italiano hubiera experimentado las nociones de escucha que muchos años después fueron definidas por la ciencia. El músico y neurólogo Daniel Levitin publicó hace cuatro años This is your brain on music, un estudio sobre cómo el cerebro humano asimila la información musical. Allí explica que nuestros oídos tienden a agrupar sonidos en términos de su posición en el espacio. No somos muy sensibles a la diferenciación sonora de arriba y abajo, pero sí a los planos de izquierda y derecha (y en menor medida, a la distancia entre los planos de adelante y atrás). A la vez, según Levitin, "nuestro cerebro es exquisitamente sensible a la información de tiempo. Somos capaces de localizar objetos en el mundo basándonos en la diferencia de unos pocos milisegundos entre la llegada del sonido a un oído y al otro". En la Catedral de San Marcos, escuchar es sentir exactamente eso. 

Monday, May 7, 2012

La belleza de los diagramas abstractos


Un colega de Turquía compartió un artículo de la página brainpickings.org. No la conocía y ya me estoy deleitando porque tienen una cantidad de previews de distintos libros, fundamentalmente relacionados con el arte. Me interesa compartir este breve artículo sobre (casi) Todo lo que Ud debiera conocer sobre cultura en 10 libros.
Entre ellos, muestran fotos del libro Graphis Diagrams de 1974 (no lloren los amantes del arte y la ciencia, sólo veo un ejemplar en Amazon $376 al día de hoy) y aquí reproduzco el texto y dos fotos, hay un par más en el link. 





¨Long before there was The Visual Miscellaneum or Data Flow, there was Graphis diagrams: The graphic visualization of abstract data — a seminal vision for the convergence of aesthetics and information value, originally published in 1974, which codified the conventions of contemporary data visualization and information design. One of the 100 most influential design books of the past 100 years, it features work by icons like legendary designer and animator Saul Bass, Brain Pickings favorite Milton Glaser, TED founder Richard Saul Wurman and many more.¨


Aprecio este libro porque una de las tentaciones de los arquitectos investigadores es trabajar con hermosos gráficos que no siempre conducen a resoluciones correctas. Pero es tan placentero verlos.......!
La peor de las tentaciones son los fractales enmarcados teóricamente en la teoría del caos, que encierran tanta belleza pero son generados por oscuras fórmulas matemáticas.
Luego, particularmente me toca lidiar con gráficos sugestivos de formas urbanas, a veces los miro y me distraigo del punto de atención principal.



Por ejemplo, este gráfico es un mapa de distancias que he generado analizando la forma urbana de manzanas de La Boca, en Buenos Aires. A no ser que se lea todo el texto del paper, es imposible imaginar lo que hay detrás de la imagen.

Wednesday, March 28, 2012

The cultural life of London's cafes

A 1668 illustration showing a contemporary London coffee house Photo: Lordprice Collection / Alamy

The Starbucks on Russell Street near Covent Garden piazza is one of London’s many, cloned coffee shops. Can you imagine walking in, sitting next to a stranger and asking for the latest news? Or slamming a recent novel down next to someone’s coffee and asking for their opinion before delivering yours? It’s not the done thing.
But 300 years ago, precisely this kind of behaviour was encouraged in thousands of coffeehouses all over London. In 1712, the Starbucks site was occupied by Button’s coffeehouse. Inside, poets, playwrights, journalists and members of the public gathered around long wooden tables drinking, thinking, writing and discussing literature into the night. Nailed to the wall, near where the Starbucks community notice board now stands, was the white marble head of a lion with wide-open jaws. The public was invited to feed it with letters, limericks and stories; the best of the lion’s digest were published in a weekly edition of Joseph Addison’s Guardian newspaper, entitled ‘the roarings of the lion’.(...)
Every time you sip a cup of coffee in London, you are participating in a ritual that stretches back 360 years to a muddy churchyard in the heart of the City. London’s first coffeehouse (or rather, coffee stall) was opened by an eccentric Greek named Pasqua Roseé in 1652. While a servant for a British Levant merchant in Smyrna, Turkey, Roseé developed a taste for the exotic Turkish drink and decided to import it to London. People from all walks of life swarmed to his business to meet, greet, drink, think, write, gossip and jest, all fuelled by coffee.(...)


An 18th-century coffee house customer makes his point. Image: North Wind Picture Archives / Alamy

By 1663 there were 82 coffeehouses within the old Roman walls of the City. They arose from the ashes of the Great Fire and went on to survive Charles II’s attempt to crush them in 1675. It concerned the king that for a measly one-penny entrance fee anyone could discuss politics freely. The term ‘coffee-house politician‘ referred to someone who spent all day cultivating pious opinions about matters of high state and sharing them with anyone who’d listen. Although some coffeehouses had female staff, no respectable woman would wish to be seen inside these premises and the Women’s Petition Against Coffee (1674) bemoaned how the "newfangled, abominable, heathenish liquor called coffee" had transformed their industrious, virile men into effeminate babbling layabouts who idled away their time in coffeehouses.The men took no notice and London became a city of coffee addicts. By the dawn of the eighteenth century, contemporaries counted over 3,000 coffeehouses in London although 21st-century historians place the figure closer to 550.(...)
Despite these diversifications, coffeehouses all followed the same formula, maximising the interaction between customers and forging a creative, convivial environment. On entering, patrons would be engulfed in smoke, steam, and sweat and assailed by cries of “What news have you?” or, more formally, “Your servant, sir, what news from Tripoli?” Rows of well-dressed men in periwigs would sit around rectangular wooden tables strewn with every type of media imaginable - newspapers, pamphlets, prints, manuscript newsletters, ballads, even party-political playing cards. Unless it was a West End or Exchange Alley coffeehouse, the room would be cosy but spartan - shaved wooden floors, no cushions, wainscoted walls, candles, the odd spittoon. In the distance, a little Cupid-like boy in a flowing periwig would bring a dish of coffee. It would cost a penny and come with unlimited refills. Once a drink was provided, it was time to engage with the coffeehouse’s other visitors. Conversation was the lifeblood of coffeehouses. From coffeehouses all over London, Samuel Pepys recorded fantastical tales and metaphysical discussions - of voyages "across the high hills in Asia above the clouds" and the futility of distinguishing between a waking and a dreaming state. Listening and talking to strangers - sometimes for hours on end - was a founding principle of coffeehouses yet one that seems most alien to us today.


REFERENCE:
Excerpt from the article by Dr. Matthew Green. Telegraph.co.uk
Read the article in full:

Wednesday, March 14, 2012

A book about the first lady in architecture

Elizabeth Wilbraham (1632-1705). From http://www.independent.co.uk/a


How could I miss it? Well, of course I didn´t know anything about Mrs Elizabeth Wilbraham, who was Britain´s earliest female architect. And, it´s stated at John Millar´s book that she was ¨the right hand¨ of Christopher Wren. From The Independent, the review of the book ¨First Woman Architect¨, expected to be published in 2012:


Wotton House, is seen related to Buckingham House. Supposedly Wilbraham participated in the design. From http://www.architectsjournal.co.uk/

Lady Elizabeth Wilbraham was the first woman architect, and she not only tutored the young genius Christopher Wren, but helped him design 18 of the 52 London churches that were commissioned by him following the Great Fire of London in 1666. This apparently extraordinary claim is due to appear in a book, First Woman Architect, being prepared by the American historian (and ex-Charterhouse public schoolboy) John Millar.
Millar's claims will cause a furore among Wren scholars. "Some," Millar tells me, "have already said I can't be right, simply because they haven't heard of it." Neither, presumably, have Tony and Cherie Blair, who bought the South Pavilion of Wotton House in Buckinghamshire two years ago for £4m – Wotton House being one of Wilbraham's pieces de resistance, according to Millar.
Millar is putting Wilbraham on a pedestal at precisely the moment that British women architects are objecting to being stashed under their professional pedestal: the Royal Institute of British Architects' president-elect, Angela Brady, has launched a campaign to get architectural practices to employ women designers as 50 per cent of their staff; the figure is currently 19 per cent.
But Elizabeth Wilbraham remains a tantalising figure: now you see her, now you don't. She is not mentioned in substantial books about Wren's life and architecture by authors including Paul Jeffrey, Margaret Whinney, Bryan Little, Adrian Tinniswood or, most recently, the slab of research by Lisa Jardine titled On a Grander Scale.
"The Wren connection is problematical, of course," admits Millar. "There is no smoking gun. My book will show what connections there are. Wren had no time to learn architecture until he was 33. Of all the people who could have taught him – and there were very few architects in the UK in the early 1660s – Wilbraham's style is by far the closest to his, based on her documented buildings. The 18 City churches she designed for him share a number of unusual design features with other documented Wilbraham designs – details that don't show up on Wren's other buildings."
In a century when it was inconceivable that any woman should openly pursue a profession, Wilbraham managed to practise architecture more or less secretly, and was centrally involved in the design of up to a dozen houses for her wealthy family.

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