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Friday, May 18, 2012

Edipo, a la manera de La Fura dels Baus

Edipo ante la Esfinge. De Francois Xavier Fabré. Google Images

El otro día veo sobre la mesa ¨Las tragedias de Sófocles¨, en inglés, y  me preguntaba quién habría traído el libro. Pues a mi hija menor le tocó leerlo y en su juventud, decía que por más que el profesor les haya explicado la trama de Edipo y la de Antígona, no terminaba de entenderlos.
Me ofrecí a explicarle Edipo, pero nada, ya estaba ofuscada en su lucha.
Peor me hubiera resultado interpretar Edipo a la manera del grupo barcelonés La Fura dels Baus, dejo acá unos párrafos de la entrevista a Valentina Carrasco, la directora argentina que trabaja con ellos. 

 -La puesta tiene saltos en el tiempo y guiños a la actualidad. ¿A qué responden? 
 -El concepto original del espectáculo es de Àlex Ollé. Por la vigencia del tema, a él se le ocurrió darle una universalidad con pinceladas temporales: en una escena hay un portal de una iglesia renacentista, donde se ubica el coro; en otra se hace referencia al psicoanálisis, por aquello del complejo de Edipo; también aparece un avión alemán y un espíritu de ocupación militar como ocurrió durante el nazismo. La idea de lo nazi nos lleva a pensar en el control, la crueldad. Con libreto de Edmond Fleg, basado en Edipo Rey y Edipo en Colono , de Sófocles, la ópera narra momentos clave de la vida del protagonista: el nacimiento, la predicción sobre su futuro, el momento en que el padre lo entrega al pastor para que lo maten, la angustia al conocer su destino. -Es una dramaturgia muy interesante. Creo que el objetivo de Enescu no es contar las tragedias, ni siquiera centrarse en el rol de un héroe trágico, sino mostrar el desarrollo de un personaje desde que nace hasta que muere. Es un individuo con sentimientos, tribulaciones, problemas.

Siga leyendo la entrevista de Natalia Blanc:

La obra Edipo de George Enescu se estrenará en el teatro Colón de Buenos Aires el 29 de mayo.

Sunday, December 11, 2011

A Very Old Man with Enormous Wings at the Little Angel Theatre, London

The winged man at the puppet theatre. Picture from thepublicreviews.com


I've read this short story by Gabriel García Márquez and found it great. It also reminds me another one, when a corpse is found at the beach and it causes an impact in a small community; everybody wants to take care of him, and I say ¨him¨ because it´s given a kind of personality through imagined stories of his possible life.
From The Public Reviews:

Big birthdays demand big celebrations, and the Little Angel Theatre has certainly brought out the bunting in style. Inspired by a short story by Gabriel Garcia Marquez, this latest show at the cosy puppet theatre in Islington tells the tale of a small Cornish community and the shattering, far-reaching effects of a sudden and particularly strange arrival. When an unexplained winged man crash lands in the village and begins performing what appear to be miracles, he becomes an odd mixture of angel and freak celebrity, tied up in the chicken coop as a money-spinning tourist attraction.
The Little Angel Theatre, celebrating its 50th anniversary with this collaboration with theatre company Kneehigh, is the perfect setting for Marquez’s strange and enchanting tale. Something of a magical grotto itself, a giant doll’s house where beautifully crafted puppets gaze down from the walls, the theatre allows audiences to be immersed in this bizarre fantasy and whisked away to a world almost like our own but not quite. As the village grows in fame and wealth, satellite dishes pepper the roofs, followed by a television report about a woman who has been transformed into a tarantula – a typical example of how the mundane and the odd are melted together in this charming tale.
Magic realism, the genre upon which Marquez had such an influential effect, is correspondingly evoked by Mike Shepherd’s magical and at times surreal production. In this respect, puppets are the perfect performers to act out a tale that is one step removed from the real – and quite wonderful puppets they are, skilfully and sensitively brought to life by the small cast of four puppeteers. Lyndie Wright’s design is a blend of the majestically beautiful, in the form of the old man and the dramatic backdrop of tumultuous sky, and the recognisably grounded and very British puppets and scenery of the Cornish village. Ian Ross and Benji Bower’s music, meanwhile, is at times haunting and unsettling, at others infectiously cheery, but always atmospheric and loaded with a fitting sense of the fantastical.

Keep on reading:

Monday, August 15, 2011

La cocina exótica de La Fura dels Baus para La Degustación de Titus Andronicus, de Shakespeare


Hace muchos años ya que ansío ver La Fura Dels Baus, el famoso grupo de teatro catalán, y hasta ahora no he tenido oportunidad. Al menos puedo conformarme con ver el Cirque Du Soleil en Los Angeles o Las Vegas, pero supongo que no es lo mismo. Y no es que me guste el teatro, me refiero a esas obras de actores que se ponen en escena todos los días, las obras de argumentos sencillos, populares, donde el actor televisivo de moda queda al alcance del público. Aborrezco ese tipo de teatro, y tampoco disfruto del ¨Under¨.
Entendamos que La Fura o el Cirque nos dan lo mejor de la representación artística, con escenografías tan elaboradas que llevan meses de trabajo y asesoramiento profesional, sumados a la intelectualidad del guión y su adaptación dentro de cánones netamente vanguardistas.
Lo que he leído acerca de Titus Andronicus (Tito Andrónico), me ha despertado más ansias aún de verlos. Sabemos que no hay barreras físicas para los malabarismos corporales de La Fura, pero, tratar de recrear el canibalismo en escena, puede ser de mal gusto para algunos, para mí, es la exacerbación de los sentidos, los colores, olores, texturas de las escenas, un desafío que no puede ser jamás superado por el cine.
A continuación, les dejo un fragmento del artículo de Leonardo Tarifeño para La Nación, sección ADN Cultura, y el link para que sigan leyendo:




A pocas horas del estreno en Buenos Aires de La degustación de Titus Andronicus , el mayor miedo de Joan, el cocinero de este espectáculo de La Fura dels Baus, gira alrededor del cochinillo ibérico que servirá al final de la función. En su tragedia Tito Andrónico , William Shakespeare imaginó un banquete caníbal en el que Tamora, la madre de Quirón y Demetrio, es engañada y come los cuerpos de sus hijos masacrados; para esta impactante versión de la agrupación catalana, la carne y sus jugos corren por cuenta de Joan, chef del exquisito restaurante vasco Mugaritz a quien el sabor de su menú semihumano le preocupa mucho más que el intenso frío porteño. "Andoni Adúriz, de Mugaritz, lo tuvo claro cuando el restaurante comenzó a trabajar en este proyecto de La Fura: la carne del cochinillo es la que más se parece a la de los hombres -explica, mientras escapa del aguanieve que sacude Buenos Aires- y para que resulte verosímil, lo cocinamos al vacío durante dos horas, luego lo pasteurizamos en diez minutos a 83 grados, y finalmente lo dejamos durante 36 horas a fuego muy lento, unos 66 grados. Pero en Europa lo preparábamos en Mugaritz y de ahí lo mandábamos a Madrid, Barcelona, Italia o donde fuera. Aquí, en Sudamérica, es distinto, ya que no se puede ingresar nada de comida. ¡Vamos, ni un aceite! Así que he debido elaborarlo aquí, con dos cocineros locales, en las únicas máquinas de todo Buenos Aires que permiten ese proceso con baja temperatura controlada. Para el nivel de excelencia al que están habituados La Fura y Mugaritz, es todo un desafío."

Como todo gran chef contemporáneo, Joan es un científico del paladar, un químico 2.0 empeñado en conquistar nuevos territorios para la aventura gastronómica. Y lo suyo son los detalles, siempre tan sutiles como contundentes. Un ejemplo: en La degustación ..., el malogrado Demetrio tiene tatuajes en buena parte de su cuerpo; para que la experiencia teatral de La Fura sorprenda y provoque, en la carne de alguno de los 28 platos que se sirven puede verse, junto a los huesos, rastros del tatuaje que identifica a aquel que el odio y la venganza convirtieron en lo mejor de la cena. "En la piel, cuando está seca y fría, pongo al rojo vivo un hierro que tiene ese tatuaje, y después sello esa parte para que quede bien crujiente -dice-; a alguno le toca ese trozo, y el efecto es impresionante. El plato va acompañado de una cebada con hierbas aromáticas, cocinada con un jugo, para suavizar un poco el gusto de la carne, y al final se le da un toque de garum, una preparación de los antiguos romanos que mezcla distintas esencias de pescados. Al estar caliente, la porcelana del plato desprende los olores del garum, y eso también resulta muy poderoso." La investigación histórica sobre lo que los romanos compartían en sus mesas la dirigieron los chefs de Mugaritz. A Joan le preocupa el sabor de su cochinillo, pero confía en haber hecho todo lo posible para que los comensales del estreno sientan que el salvaje refinamiento de sus platos incluye carne humana. (....)


-¿Qué fue primero? ¿El deseo de producir una obra de Shakespeare o el de trabajar sensaciones que hasta entonces La Fura no había desarrollado?
-Nosotros queríamos incorporar al "lenguaje furero" dos elementos con los que no habíamos trabajado anteriormente: el texto y la gastronomía. El texto tiende a ralentizar el ritmo de una puesta, y en general en La Fura hemos desarrollado montajes de impacto visual, ajenos al tempo dramático del texto. En cuanto a la comida, advertimos que en todo el Mediterráneo la gente ya sale a comer de manera diferente, en parte gracias al trabajo de genios como Ferran Adrià, que ha transfigurado el mundo de la cocina. Sin querer compararnos, en algún momento sentimos que entre su trayectoria y la nuestra hay cierto paralelo basado en la transgresión. Teníamos eso en la cabeza cuando alguien nos recordó que una obra de Shakespeare termina en un banquete caníbal, y ahí nos dimos cuenta de que Tito Andrónico nos servía en bandeja la experimentación que queríamos hacer.

-¿A qué conclusiones llegaste a través de la incorporación de la gastronomía en la obra?

-Nos permite jugar con dos elementos: la comida en sí misma y el olor que desprende. Durante mucho tiempo nos preocupamos por romper el espacio exterior de una obra, movilizar físicamente al espectador; hoy apostamos a otro tipo de intensidad, dirigida a romper el espacio interior del público. Esa exploración la buscamos con la contradicción de la comida: servimos un plato exquisito, pero la obra indica que es algo muy distinto a la idea que tenemos de exquisitez; y estimulamos olores que remontan a imágenes buenas mientras lo que los otros sentidos advierten son estímulos que van en la dirección contraria. El olor es algo terrible, el cuerpo no puede evitar las asociaciones que genera un olor; nuestra intención es manipular esa memoria del cuerpo y ver qué pasa ahí. Es algo que aún estamos en etapa de aprendizaje.(...)

En el interior, las cuatro pantallas muestran rostros de bebés mientras Joan, vestido como el chef que es, mezcla algo parecido a un caldo. A su lado, más arriba, cuelgan algodones dulces, los típicos de parque de diversiones, que el cocinero manipula y distribuye a lo largo de su escenario. El efecto que producen las imágenes de video y el olor a carne y a azúcar construyen un paisaje indescifrable para los sentidos porque ningún estímulo se corresponde con el otro. Por este tipo de contradicciones sensoriales, en Europa hubo algún desmayo durante la función. ¿Hasta dónde llegarán las exploraciones de este grupo que combina teatro, performance y ritualismo como ninguno? Mientras se levanta el telón imaginario, queda claro que asistir a un espectáculo de La Fura dels Baus evoca la experiencia teatral, pero también la de ir a un restaurante, a un concierto o al cine.



Lea Titus Andronicus de Shakespeare:

Thursday, April 28, 2011

Conjuring the Real. The Role of Architecture in Eighteenth- and Nineteenth-Century Fiction


This is a book edited by Rumiko Handa and James Potterthat, was highly recommended to me. Here the review:

In the Western world the period from the mid-eighteenth through the nineteenth century was a time of expanding historical consciousness, a period that saw the birth of modern historiography, a profusion of historical novels and paintings, and the widespread production of historical plays. Historical buildings, in themselves already of intense interest to people of the day, also found their way into the multiplying cultural forms as concrete presences anchoring a novelist’s, poet’s, painter’s, or, eventually, filmmaker’s vision of the past. In recent years a number of blockbuster films have used historically significant buildings as filming locations because buildings can concretely bring a former era or fictional world closer to contemporary viewers. Conjuring the Real traces the genealogy of this representational role of architecture, going back through the history of film and then further in literature, art, and theater. The contributors examine the ways in which authors, artists, and stage managers used complex depictions of buildings to feed and shape the audience’s historical imagination.
How can we understand the significance of architecture, not through its original design and construction but through the ways in which the public experiences, perceives, and understands it? The contributors pursue this question through the ideas of secondary portrayers of historical buildings, such as writers and artists, and then through the responses of those who read and view these creations.
Rumiko Handa is a professor of architecture at the University of Nebraska–Lincoln. James Potter is a professor emeritus of architecture at the University of Nebraska–Lincoln. Iain Borden is a professor of architecture and urban culture at University College London and the author or editor of several books, including The Unknown City: Contesting Architecture and Social Space.

Contributors: Michael Alexander, Andrew Ballantyne, Stephen Bann, Iain Borden, Ian Christie, Rumiko Handa, Toby D. Olsen, Richard Schoch, and Josh Silvers.

Thursday, April 14, 2011

Las mujeres que leen son peligrosas. Women who read are dangerous


Estaba viendo la reseña de este libro, recomendado por un amigo filósofo, no sólo me pareció interesante, sino me hizo reflexionar. Justamente yo soy una mujer que lee mucho, y sí pienso que la lectura nos abre una ventana al mundo y nos ayuda a defendernos, a comprender y evaluar situaciones; nos aleja de la domesticidad. Además de sentir el placer de leer, cuando podemos hacerlo en paz, siempre nos queda algo, por más banal que sea la historia.
También pensaba que a veces, cuando tenemos una gran cantidad de información acumulada, nos juega en contra, en algunas situaciones. He aquí que estaba en una reunión de amigos, alguien dijo una tontería sobre el rencor, me preguntaron qué opinaba y respondí citando a Nietzsche. No es que yo sea gran conocedora de la filosofía, pero recordaba algunos textos. Me miraron como si fuera un sapo de otro pozo, y me di cuenta que había estado desubicada para la ocasión....
Women Who Read Are Dangerous o Las mujeres que leen son peligrosas, es un libro de Stefan Bollmann con prólogo de Karen Joy Fowler en la versión en inglés y Esther Tusquests en la versión española.
De Ediciones Maeva:
¨Relegadas tradicionalmente a un papel secundario y a menudo pasivo en la sociedad, las mujeres encontraron muy pronto en la lectura una manera de romper las estrecheces de su mundo. La puerta abierta al conocimiento, la imaginación, el acceso a otro mundo, un mundo de libertad e independencia, les ha permitido desarrollarse y adoptar, poco a poco, nuevos roles en la sociedad. A través de un recorrido por las numerosas obras de arte que reflejan la estrecha relación entre libros y mujeres, Stefan Bollmann rinde un sentido homenaje a las mujeres y confirma el excepcional poder que confiere la lectura.¨
En definitiva, es la historia de mujeres leyendo a través de los años y transmitiendo actitudes. Los textos -divididos en categorías- se acompañan con bellas pinturas analizadas, lo cual entiendo lo hará mucho más interesante. Un libro más entonces para tener en cuenta.


Una de las pinturas reproducidas en el libro. De http://dovegreyreader.typepad.com/

Wednesday, April 13, 2011

Relato en primera persona y en tercera persona

Little Girl Reading 1888; Museum of Fine Arts, St. Petersburg, Florida, USA.
La modelo es Jeanne Bonnet. Imagen de ibiblio.org


¨...dentro de un enunciado de ficción (novela, por ejemplo) suele haber otros actos de habla como el
discurso de los personajes (equiparables para Genette en el caso del teatro y en el de la narrativa). Se trata, según Genette, de discursos pronunciados (es decir, atribuidos a) personajes ficticios cuya ficcionalidad tácitamente postula en cierto modo el marco de la representación escénica, real o imaginaria, o narrativa y cuyo estatuto pragmático, dentro de la diégesis así constituida, es el de todo intercambio ordinario de palabras entre personas cualesquiera (....)
RELATO EN PRIMERA PERSONA.
En el tipo de relato llamado “personal” o “en primera persona” (dicho más narratológicamente: con narrador homodiegético), el enunciador del relato, personaje, a su vez, de la historia (ése es el único sentido pertinente de la expresión “en primera persona”), es también ficticio y, por consiguiente, sus actos de habla como narrador son tan serios ficcionalmente como los de los demás personajes de su relato y como los suyos de personaje en su historia: “Marcel” narrador en En busca del tiempo perdido se dirige a su lector virtual tan en serio como Marcel personaje a la duquesa de Guermantes.
RELATO EN TERCERA PERSONA.
El relato impersonal, o “en tercera persona”, que se llama en narratología, y por diversas razones, heterodiegético (el narrador no es uno de sus personajes), a condición también de que se trate de un relato extradiegético, es decir, en primer grado, producido por un narrador-autor que no intervenga, como los de Las mil y una noches, en un relato del que sea uno de los personajes; en una palabra, en un relato de ficción producido en el mundo llamado “real” por un autor de la misma naturaleza.
En conclusión, para Genette, todos estos tipos de discursos se reducen, de hecho, al modo dramático (un personaje habla) y consisten en ilocuciones serias más o menos tácitamente postuladas como intraficcionales: el fingimiento consiste en este caso, como dicen Platón y Searle, en una simulación o substitución de identidad.¨
REFERENCIA:
Texto tomado del artículo LOS ACTOS DE FICCIÓN NARRATIVA COMO ACTOS DE HABLA. De José M. Segura

Monday, March 28, 2011

El centenario de Tennessee Williams

Tennessee Williams. De Wikipedia.org
Creo que popularmente, a Tennessee Williams (26 de marzo de 1911-25 de febrero de 1983) se lo conoce por su obra ¨Un tranvía llamado deseo¨ (A Streetcar named desire-1948), por el que ganó del Premio Pulitzer al drama.
Tennessee era un escritor americano que trabajaba fundamentalmente escribiendo obras para el teatro americano. También escribió relatos cortos, novelas, ensayos, guiones y un volumen de sus memorias.
De Revista Eñe de Cultura, reproduzco algunos párrafos de Patricia Suárez acerca de su obra narrativa:
¨A los treinta años, Tennessee Williams ya era un escritor de cuentos. Publicó a lo largo de su vida unos cuatro libros de relatos, el primero de ellos en 1948, El manco y otros cuentos , al que siguió seis años después Caramelo fundido , ambos publicados en la Argentina por Sur y traducidos por Roberto Bixio en 1968 y 1966, respectivamente. Siguieron dos libros más Un empeño caballeresco , en 1966 y Ocho damas poseídas , en 1974. Al año siguiente publicó su libro de memorias, que causó un revuelo tremendo por el carácter frontal que le había impuesto al relato de su homosexualidad; también hablaba allí de su relación con el alcohol y las drogas. De todas maneras, el escándalo era la marca habitual de Tennessee Williams: no había obra o libro suyo que no cuestionara la moral de su época y muchas de sus producciones fueron directamente censuradas o prohibidas. Sin embargo, es dudoso que el público lector de las Memorias se haya sentido afectado al enterarse, por ejemplo, que Tennessee consumía pastillas. Porque lo que el público buscó en el autor, en el escenario o entre sus páginas, fue un saber sobre el sexo. Tennessee, a quien nada de lo humano ni género literario alguno le era ajeno, escribió un par de novelas, de las cuales La primavera romana de la señora Stone (1950) volvió a editarse en 2006 por Bruguera; ese mismo año Debolsillo publicó un compendio de algunos cuentos en La noche de la iguana y otros relatos con la traducción de Mariano Antolín Rato.
Heredero de la tradición narrativa sureña –con William Faulkner y Erskine Caldwell a la cabeza–, que pone en primer plano los conflictos raciales, la situación de los red-neck , la sensualidad del tórrido paisaje tropical, la locura y el deseo, o para decirlo mejor aún, de un deseo que por tan insoportable se vuelve destructivo. Williams parece decir: Nuestros sentimientos aceptan el dolor y retorcimiento de manifestarse de manera educada, pero el deseo sexual jamás.
El universo narrativo de Williams es inabarcable: puede ir desde el Antiguo Egipto hasta la caza de brujas en Salem y tiene en todos los relatos la capacidad de hacer sentir al lector la cálida cercanía de sus personajes. Es casi de perogrullo mencionar que su talento para los diálogos dentro de los cuentos es absolutamente magistral y puede dejar como a un novato al Carver más peripuesto. Tennessee Williams solía escribir obras cortas y luego sobre ellas elaboraba obras más extensas y complejas.¨
Siga leyendo:

Wednesday, March 2, 2011

Henry Fuseli, Shakespeare and scene paintings

H. Fuseli. The Dispute between Hotspur, Glendower, Mortimer and Worcester (Henry IV) - 1784
¨By 1830 all the Waverley novels had been worked up into plays that made money for their authors too, and for actors and theater managers. Historical settings and trappings had been part of the original charm of the novels themselves, but it was good box office to offer them in three dimensions and living color to the eager public. The stage itself became a living illustration.

Henry Fuseli. Lady Macbeth seizing the dagger
H. Fuseli. Lady Macbeth

Shakespeare´s plays were already being intensively revived, but dress for these was a trumped-up and only haphazardly historical matter. Artists were doing much better with visualizing Shakespearean clothes than actors were in dressing themselves. Costume designers were still lacking in England, though scene painting was in the hands of experts. Fuseli, that great illustrator of Shakespeare, was in Rome in the 1770´s, when most Shakespearean heroines were stalking about the London stage in huge hoops, heroes were in breeches and powder, and all were in obvious need of his superior eye. The skirts might be draped to seem Classical, and the men´s powdered wigs might be worn with a lace ¨Vandyke¨ collar; but Fuseli, in those same years, was painting dramatic scenes from Shakespeare as he thought Michelangelo might have done them -even though he was obsessed with exaggerating the latest erotic mode in dress.
So far, theatrical taste was not keeping up. But by 1794, when Kemble staged Macbeth, he was a good deal nearer the mark: ¨The witches no longer wore mittens, plaited caps, red stomachers, ruffs, etc.... or any human garb, but appeared as preternatural beings, distingsuishable only by the fellness of their purpose and the fatality of their delusions.¨ Writhing snakes and black and gray spirits are mentioned in the caldron scene; it all sounds like a description of Fuseli´s Macbeth illustrations: ¨the attempt was to strike the eye with a picture of supernatural power, by such appropriate vestures as marked neither mortal grandeur nor earthly insignificance.¨

H. Fuseli. Macbeth and the witches
Henry Fuseli. Three witches
Excerpt from Seeing Through Clothes. By Anne Hollander. Pages 288/9. USA, 1980

Saturday, February 26, 2011

Literatura y teatro en el S XVIII

TheRoyal Theater in Turin. Óleo sobre tela de Pietro Doménico Oliviero. 1740. La escenografía copia el marco arquitectónico del escenario

En el post anterior sobre el libro Seeing Through Clothes ya recomendaba su lectura, a pesar que aún no lo había terminado. Pues, si los primeros capítulos sobre pintura y escultura me parecieron buenos, el capítulo IV llamado ¨Costume¨ es imperdible. Al menos para quienes se interesen en historia de la arquitectura y el teatro. Aquí se describe los orígenes del teatro, la falta de coordinación entre la vestimenta y el diseño del escenario, a tal punto que los trajes -eclécticos- representaban la antigüedad, pero jamás con rigor histórico. Leone de Sommi, quien estuviera a cargo de puestas en escena para el duque de Mantua, publicó un tratado sobre ello, sugiriendo que  para las tragedias se done cualquier vieja indumentaria usada, aunque suntuosa.
Con respecto a la literatura y el teatro, el SXVI muestra un nuevo interés intelectual patrocinado por príncipes y mecenas que no gustaban de los temas populares. El teatro era para unos pocos, el pueblo estaba ausente, y de todos modos jamás hubieran entendido las alegorías.
Estos conceptos de falsedad en escena, fueron dejados de lado luego del descubrimiento de las ruinas de Pompeya y Herculáneo, excavadas en 1738 y continuamente a través de los años. En 1750, se publicaron libros de grabados con las reliquias y escenas de los frescos en las paredes de las construcciones.

Samuel Richardson. Imagen de corbisimages.com

Los temas de las tragedias, ballet y ópera, que habían proliferado por siglos en base a la mitología clásica habían sido utilizados por escritores de teatro y libretistas, imitando los modelos clásicos o produciendo nuevas variantes; pero, en el S.XVIII, el material original fue reconocido además como una importante fuente visual, gracias a la arqueología. Una nueva responsabilidad surgió para los autores de libretos quienes debían respetar la verdad y la belleza.
Una suerte de Ilustración moral se devino en la clase media europea; las novelas de Samuel Richardson se hicieron sumamente populares, al igual que sus ilustraciones y los grabados de Hogarth. Los temas clásicos de siempre, fueron ¨iluminados¨ con motivos morales.

Una de las ilustraciones de ¨Pamela¨, de S. Richardson
The Beggar´s Opera. Acto III. Grabado de William Hogarth. Bajado de darvillsrareprints.com

Para leer los trabajos de Samuel Richardson on line, vean este link de project gutenberg.org

Friday, December 10, 2010

CAAPORA.Nijinsky, y el ballet argentino que no fue

Nijinsky. Foto bajada de michaelminn.net


¨Lo que podría haber sido. Un afiche del Teatro Colón, de la Ópera de París o del Théâtre des Champs Elysées que anunciara: Compañía Ballets Russes de Serge Diaghilev. Caaporá. Ballet guaraní. Música: Igor Stravinsky. Libreto: Ricardo Güiraldes. Coreografía: Vaslav Nijinsky. Bailarines: Tamara Karsavina en el papel de la princesa Ñeambiú. Vaslav Nijinsky en el papel del príncipe Cuimbaé.
La publicación de Caaporá, el libreto de ballet escrito por Ricardo Güiraldes, acompañado por las reproducciones de la escenografía y el vestuario diseñados por Alfredo González Garaño (1886-1969), rescata uno de los episodios curiosos de la cultura argentina del siglo XX. El libro, que sólo tendrá distribución institucional, ha sido editado por el Banco Galicia y Van Riel, tiene un prólogo de Cecilia Smyth y un estudio crítico muy valioso de María Elena Babino, que desde hace años se ha dedicado a investigar la historia de ese proyecto destinado a sentar las bases de una estética americanista y contemporánea.
En 1915, de acuerdo con las investigaciones de Babino, Güiraldes y su amigo Alfredo González Garaño, pintor e importante coleccionista, concibieron la idea de crear un ballet basado en la leyenda guaraní del urutaú. En un principio, le encargaron la música al compositor Pascual de Rogatis, pero éste se limitó a hacer algunas anotaciones y abandonó la tarea. No hubo muchas novedades acerca del asunto hasta septiembre de 1917, cuando Vaslav Nijinsky, el bailarín estrella y coreógrafo de los Ballets Russes llegó por segunda vez a Buenos Aires. Entonces comenzó la historia que Babino despliega con detalle en su estudio.
Aún hoy, una dosis de misterio y algunas preguntas sin respuesta rodean el encuentro de Ricardo Güiraldes (1886-1927), el autor de Don Segundo Sombra, y de Vaslav Nijinsky (1890-1950), el bailarín insuperable que revolucionó la danza del siglo XX con sus coreografías. Los testigos han muerto, apenas si quedan algunos testimonios que se pueden consultar en libros o revistas, pero a los que es imposible arrancarles más precisiones. Y, a último momento, cuando el estudio de Babino iba a entrar en prensa, se sumó un enigma.¨
Del artículo de Hugo Beccacece, para La Nación. Siga leyendo:
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1331861


Ricardo Güiraldes. Foto de folkloredelnorte.com.ar

¨El encuentro del bailarín ruso Vaslav Nijinsky y el escritor argentino Ricardo Güiraldes fue objeto de una exhaustiva investigación, realizada por la profesora María Elena Babino y plasmada ahora en un libro de circulación limitada. Güiraldes llegó a escribir, e incluso a bocetar, ya que era también buen dibujante, lo que debía ser un ballet de inspiración folklórica. Nijinsky estaba muy interesado en ese tema: quería hacer la coreografía y también interpretarla. La música sería encargada nada menos que a Igor Stravinsky. El proyecto se frustró por la inestabilidad psíquica que comenzó a padecer Nijinsky en los años de la Primera Guerra Mundial. Tantos nombres, datos y circunstancias excepcionales no pueden configurar sino una gran historia. Lo difícil era contarla, lograr que resultara apasionante aun para quienes están generacionalmente muy lejos de aquellos nombres y de aquellos años. Nuestra nota de tapa de este número supera con toda naturalidad esas dificultades. El secreto, todo el secreto, está en la mano maestra de un articulista inigualable.¨
Artículo de Hugo Caligaris, para La Nación.
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1331855&origen=premium&utm_source=newsletter&utm_medium=suples&utm_campaign=ultnoti#lectores
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