Foto del poeta, novelista, crítico literario y traductor italiano Cesare Pavese. Foto bajada de ariseventures.net
Hace unas semanas escribí un post sobre la importante obra de Shei Shónagon, The Pillow Book, o el Libro de la Almohada, es decir, su diario íntimo.
Y hoy, leía sobre el escritor Ricardo Piglia quien se propuso publicar su diario -que lleva escribiendo desde 1957- con la colaboración del artista Eduardo Stupía.
Recordaba que regalar un diario, era habitual en un cumpleaños de quince femenino, cuántas anécdotas y amores para contar! Tuve el mío, pero no le dediqué mucho y ahi lo dejé. También mis hijas han tenido sus diarios y aún conservo el de la mayor, y me emociona releerlo, también me enoja cuando me critica enfurecida. Ah, sí, se supone es un diario íntimo, pero, con los años le forcé la cerradura (sorry), y ahora, que es mayor de edad, le pregunté si lo quería conservar y me dijo que lo tuviera yo.
Me estoy yendo del tema, porque nosotras no somos personajes famosos.
Al respecto del diario de Piglia, me interesó y comparto la breve nota de Hugo Caligaris para La Nación:
¨Ricardo Piglia no es el único escritor que ha llevado un diario. Lejos de eso: son muchísimos los que ceden a esa tentación. Alan Pauls explicó agudamente por qué lo hacen: por la pretensión -dijo- de escribir una cotidianidad en vivo. "El escritor mata (o cree matar) tres pájaros de un tiro: la relación con la actualidad (cómo ser contemporáneo), la relación con el lector (cómo saber que me leen) y la relación con la propia imagen (cómo constituirme en escritor visible)."
Muchos dudan en la mitad de la tarea: "Ayer me pregunté qué será de estos diarios. Si muriese, ¿qué haría Leo con ellos?", se preguntaba Virginia Woolf. Unos hacen de cada entrada un miniensayo. Otros cuentan, sobre todo, anécdotas. "Cuando repasas tu diario, lo que abre un surco en tu memoria son los apuntes más intrascendentes", dijo Truman Capote. Pero el diario más impresionante del último siglo, el de Cesare Pavese, tiene poco de frívolo. "Hoy, nada", anotó un 25 de abril. "El mayor error del suicida no es matarse, sino pensar en ello y no hacerlo", escribió un 6 de noviembre. Y el 18 de agosto de 1950, en la última entrada: "No más palabras. Un gesto. No escribiré más". Una semana después, Pavese se quitó la vida con una sobredosis de somníferos.¨
Lea acerca de la publicación del diario de Piglia:
¨Uno no se mata por el amor de una mujer. Uno se mata porque un amor, cualquier amor, nos revela nuestra desnudez, nuestra miseria, nuestro desamparo, la nada.¨ Cesare Pavese