Leí hace unos meses, que el traductor norteamericano del libro de Umberto Eco ¨The Misterious Flame of Queen Loana¨ ha ganado un premio por su traducción impecable. Tengo el libro esperándome en mi biblioteca, y, como yo no podré leer su versión original en italiano, voy a considerar que el premio es muy bien merecido. Es que no es sencillo traducir, respetar el estilo del autor, la esencia del texto original y evitar errores gramaticales o conceptuales. Borges, siendo él mismo un traductor, habla de la importancia de los localismos pero advierte no confundir los personajes, y da como ejemplo el Martín Fierro, según él, la traducción al inglés es incorrecta ya que uno ve al gaucho como un cowboy, dos ideas totalmente distintas.
Hace unos días, mi esposo encontró en la biblioteca un libro usado de Aldous Huxley, ¨Un Mundo Feliz¨ (A Brave New World), publicada por primera vez en 1932. Si bien, ambos lo habíamos leído en ediciones Minotauro, hace más de veinte años, nos alegró reencontrarlo en castellano, publicado por Ediciones Leyenda SA de C.V., 2007, sita en la Ciudad Universitaria de la ciudad de Nezahualcóyotl. Conclusión, es un libro para estudiantes, con páginas que parecen fotocopias. El libro comienza con una muy breve introducción a cargo de J. Sánchez, M. Me pregunto quién será, y si es el/la traductor/a. Esta versión nos ha decepcionado terriblemente, no sólo por los términos castellanos con pomposos modismos antiguos (lo entenderán los estudiantes?), sino que también hay ciertas sutilezas que nos impulsó a buscar ¨A Brave New World¨ en inglés, en google. La novela trata de la manipulación genética de una sociedad futura, y el capítulo II describe a las razas. Pues bien, la versión mexicana dice que hay arios y chinos y mexicanos. Por lo que pensamos, si Huxley ya estaría immerso en los problemas racistas entre norteamericanos y mexicanos al ser tan específico. Sin embargo, el texto original, habla de los arios (haciendo alusión al color de la piel blanca), TAMBIÉN chinos, TAMBIÉN mexicanos, entiéndase por pieles amarillas y marrones, sencillamente la palabra ¨también¨, da lugar a considerar que hay más posibles colores de piel. Una palabrita que nos cambió la interpretación del texto completamente.
Hoy, encontré en Revista Eñe un excelente ensayo que es parte de la exposición que dará Marcelo Leonardo Levinas en el V Congreso latinoamericano de Traducción e interpretacion (12 al 16 de mayo) www.traductores.org.ar
El título es ¨Preguntas del Borges Traductor¨, y expone muy ingeniosamente las cuestiones de las traducciones, nos da lugar a reflexionar que una traducción es un libro con su propia identidad, como separado del original. Reproduciré debajo algunos párrafos y dejaré el link para que lo lean completo:
Existen dos textos de J. L. Borges, "La Biblioteca de Babel" y "Tlön, Uqbar, Orbis Tertius" (ambos de Ficciones, 1941), que nos permite el planteo de dos preguntas sugerentes referidas al problema de la traducción. Una biblioteca total, compuesta de todos los libros posibles, ¿contiene verdaderas traducciones? ¿Cómo traducir a otro lenguaje la cultura de un pueblo cuyo idioma no posee sustantivos?
.................Supongamos un libro cuya primera frase diga "Today, John is happy" y que se continúa hasta alcanzar el total de 410 páginas. Otros libros, que constituyen diferentes traducciones al español de este mismo libro y que necesariamente se encuentran en la biblioteca, tendrían traducidas esta frase por ejemplo así: "Hoy, Juan es feliz" u "Hoy, Juan está feliz" o "Juan, hoy, es feliz" o "Juan, hoy, está feliz" o "Juan es feliz hoy" o "Juan está feliz hoy". Todos estos libros, de por sí poseen su sentido en español, y en tanto combinación posible de caracteres son tan libros como el original en inglés. ¿Cuál es el más legítimo? Esta pregunta podría tener sentido si pensamos que los libros en cuestión son diferentes entre sí en la medida en que constituyen distintas traducciones de un mismo texto "originariamente" en inglés. Sin embargo, cada libro tiene el mismo estatus ya que compone una combinación posible de caracteres; no debería tomarse como una traducción sino como un texto independiente del texto en inglés que no tendría por qué ser tomado como "el original". Aún más, el libro que comienza con la frase: "Today, John is happy", podría ser tomado como la traducción común de todos estos libros a los que podría suponerse originariamente escritos en español, con lo que alcanzaría el estatus de traducción "perfecta" en la medida en que sería absolutamente representativa de todos esos libros que comienzan con "Hoy, Juan es feliz", "Hoy, Juan está feliz", etcétera.
Lea Jorge L. Borges. El traductor literario en este blog:
Borges literando como siempre, incluso cuando habla de algo tan importante (y no visto como tal en general) como la traducción (no se habla casi nunca del desconocido, olvidado, casi despreciado traductor), que permite que otros pueblos nos conozcan y que creamos nosotros conocer en diferentes espacios, en tiempos otros. Para Borges una traducción tiene vida propia, alcanza al original, pero esa hipótesis de la originalidad de la copia es precisamente una literatura (iba a decir elucubración culta): los espejos darían una imagen de nosotros igual de real que lo que reflejan y efectivamente reproducirían a los hombres y a los animales, como la cópula, siendo por ello si no una abominación, al menos otra literatura. Y es lo que viene a decir Jorge Luis: traducir es otra literatura. Más sobriamente, pienso que traducir es ser fiel aunque queda por dilucidar como se es fiel. Y desde luego , la mejor traducción debe de ser , siempre, el original, incluso si el original es un bodrio.
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