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Saturday, September 28, 2013

Una anécdota más de Borges

Un tigre dibujado por Jorge Luis Borges, cuando era niño. Publicado en el libro Postales de una Biografía. Imagen bajada del artículo de referencia

Y cuando ya parecía que todo estaba escrito sobre Borges, se ha publicado un nuevo libro llamado Postales de una Biografía, escrito por el coleccionista Nicolás Helft, director de la Villa Ocampo en San Isidro. Al respecto, Hugo Beccacece escribió el artículo Las postales de Borges Inéditos inesperados, del cual extraigo la reproducción de una interesante anécdota del niño Borges.

El álbum de Helft se abre con una imagen tan hermosa como conmovedora: un dibujo infantil de Georgie en el que se ve a un tigre. La fascinación por la fiera sagrada cuya piel representaría para Borges la escritura de Dios aparece ya a esa edad temprana. La primera anécdota del libro se remonta a los tres años de Georgie y la contó "Madre" en una entrevista grabada, que se reproduce en el libro:
Bueno, ahora le voy a contar un cuento que es. en fin. un poco shocking. pero que da la idea de lo que era el chico. Georgie no quería sentarse a hacer sus... cosas, en el water. No quería sentarse tampoco en el bidet.
-¿Entonces, ¿dónde te vas a sentar? -le dije un día.
Había unas latas de galletitas muy grandes, cuadradas, que arriba tenían un agujero. Bueno, él eligió eso. Entonces se sentó y dijo:
-Estoy en el trono de la noble igualdad.
Era tan gráfico, era tan cierto. que yo me quedé con la boca abierta. Fue la primera revelación para mí de que Georgie era un chico genial. [...]
Una de las postales de J. L. Borges. Imagen bajada del artículo de referencia

Thursday, September 12, 2013

De la venta de libros piratas en Lima, Perú

Jiron Quilca, una de las calles de Lima donde se puede comprar libros piratas.
Foto del artículo de Manuel Vigo, link abajo

Quisiera compartir un post publicado por Manuel Vigo en Informal City Dialogues acerca de la venta de libros ¨pirata¨ en Lima, Perú.
El artículo es muy interesante, más allá de mostrarnos el pintoresquismo de los procederes ilegales, cómo se burla a los derechos de autor ante la gran cantidad de prensas que todo lo copian, -incluso antes que el Best Seller salga a la venta-, se plantea una realidad que es imposible evadir: los costos de los libros originales y la imposibilidad de comprarlos cuando cuestan más que el promedio del sueldo de un día de trabajo.
Lo que no justifica la piratería, pero al menos la hace comprensible, especialmente cuando de textos de universidades se trata, cómo se puede estudiar en facultades que tienen sólo un par de -copias- disponibles? Y sólo de algunos libros.
En la contracara de la situación, la nota nos recuerda que un autor que es pirateado, debiera ser feliz de serlo, ya que implica popularidad, un cierto homenaje a la creación.
También deja entrever la diferencia entre bajar libros on line y comprarlos ¨truchos,¨ pareciera que comparlos hace el acto más digno. Mi esposo, que está muy en contra de estas ilegalidades y prefiere publicar sus libros en forma gratuita on line, me aclara, con razón, que una cosa es la necesidad de bajar un libro por falta de dinero y otra la de los empresarios que se llenan los bolsillos con la venta en el mercado negro, porque, obviamente hay todo un negocio tras de ello, opinión que yo suavizo diciendo que además genera fuente de trabajo para tanta gente pobre.
Como ven, tengo una postura ambigua porque he conocido mucha gente buena de Perú, inmigrantes en Buenos Aires, y sé cómo piensan y cómo trabajan de sol a sol, intentando sobrevivir, los que viajan y sus familias que quedan en sus países. Y no estoy a favor de los ¨manteros,¨ nombre que se le da en mi país a aquéllos que tienden sus mantas incluso frente a los negocios donde se venden los mismos productos, originales, ya que el que alquila el local debe pagar todos los servicios, incluídos los impuestos. Mi corazón comprende fundamentalmente a los estudiantes......
Voy a dejar el link para el texto completo y copio solamente un párrafo, si Ud no lee inglés, use el traductor de Google porque vale la pena leerlo. En este blog, encontrará el traductor arriba, a la derecha.

The illegal copies aren’t restricted to high-profile places like Jiron Quilca – they’re ubiquitous, displayed by street vendors, on highway stands, inside markets and during the summer months at the city’s most popular beaches. According to one estimate, quoted by the BBC, Peru’s pirated-book publishers employ more people than their legal counterparts, and are thought to cost the industry $52 million in annual losses. In formal Peruvian bookstores the price of an average book hovers around 50 soles, or about $18, which is significantly more than what the average Peruvian makes in a day.
Many titles from Peruvian writers have also been given the full pirating treatment, including books by Mario Vargas Llosa, the 2010 Nobel Laureate, who has said the country’s book piracy “reflects the little or no respect for the law.”
Book pirates are known for their resourcefulness. Illegal copies of major novels are known to make their way to the streets on or before the official release date. 

Tuesday, September 10, 2013

Los clásicos que no leeremos (?)



Esta semana, mi hija mayor de 22 años, quien es bien intelectual, comentó que estaba leyendo el Manifiesto Futurista (1909), de Marinetti, y me trajo recuerdos de cuando yo estaba estudiando, a su edad, y aprendía del futurismo a través de las obras de arquitectura. El Manifiesto o Manifesto lo leí de adulta, como quien echa un poco más de condimento a la comida. Es que hay distintas etapas para la lectura de algunos textos o libros y por tanto considero que algunos de ellos deben ser releídos, en distintas versiones y ediciones, a ver qué nos perdimos cuando éramos jóvenes o no teníamos conocimientos suficientes para disfrutarlos o entenderlos.
Me dió placer ver a mi hija entusiasmada con la lectura de los manifiestos y me recordé a mí misma a su edad, mientras pensaba cómo había cambiado mi actitud con el correr de los años.
Como decía Borges, nos preguntamos qué libros no llegaremos a leer, y a cierta edad, tal vez debiéramos empezar a seleccionar al menos, cuáles son imperdibles.
Mi hija me ha dicho que hay un Manifiesto de sonido, -dato que yo desconocía-, y entre buscar el texto o terminar de leer Ivanhoe, me quedo con este último, tan hermoso me parece cuando inunda mi mente de imágenes medievales que adoro. 
Mi esposo se ríe de mi regreso a los clásicos y le respondo que quisiera leer varios en su versión original, lo cual no es fácil empresa. Hace meses leí El Conde de Montecristo y lo disfruté mucho.
Dejando de lado a Poe, de quien tengo que terminar varios cuentos en el inglés original (por supuesto los leí todos, pero traducidos), tengo en espera releer la obra completa de Wilde (también, original), con Dickens estoy en paz porque he seguido los libros del colegio de mis hijos, entre otros autores más.



Sin embargo, hay algunos clásicos con los que he claudicado; he leído varias obras de Tolstoi y Dostoyevsky pero jamás pude terminar La Guerra y la Paz, tenía un libro enorme, propiedad de un amigo, y pasada la mitad, se lo devolví cuando viajé a EEUU; hoy lo veo en inglés, en la biblioteca, lo vuelvo a mirar y no lo llevo, sé que no es para mí. Juvenilia, el gran clásico argentino de Miguel Cané, intenté varias veces en mi juventud pasar de la página 10, sin éxito.


Y estos últimos días, empecé a leer Ulysses, de James Joyce, en mi tablet, ya saben que leo de a varios libros, para mí la tablet es más descansada para leer por la noche, y los paperback para la luz del sol.
Por cinco noches he intentado pasar páginas, y se me cierran los ojos irremediablemente, mientras todos están despiertos en casa, Ulysses resultó el mejor conciliador del sueño.
Pensé, no puede ser, seré yo que tengo la cabeza llena de cuestiones de trabajo; entonces leí los comentarios de Good reads, y los hay adversos y favorables. Uno de los lectores decía que hay que lograr pasar las 100 páginas; otro confesaba que Ulysses le había llevado largos años leerlo, siempre lo dejaba por otros libros; otro decía ¿Porqué leer Ulysses? ¿Es que queremos pretender ser intelectuales? (Buena pregunta!)
 Estos dos últimos comentarios me decidieron, no creo tener tantos año para pensar en Ulysses, sino en clásicos que me dejen un aprendizaje placentero; no temo por mi intelectualidad, tanto aprendo día a día, gracias a lo que leo y escucho on line y en los libros, en el diario intercambio.
He decidido, y sin cargo de conciencia, dejar a Ulysses grabado en la tablet por si cambio de opinión, tal vez decida saber por mí misma si es cierto que tiene una cuota de pornografía, pero mientras tanto, me nutriré de las pasiones de Ivanhoe....para seguir con El Libro de los Sueños, de Borges.

Tuesday, September 3, 2013

El viaje de los siete demonios


Reconozco que en este blog no tengo una etiqueta privilegiada para el escritor argentino Manuel Mujica Láinez (11 September 1910, Buenos Aires, Argentina- 21 April 1984, Cruz Chica, La Cumbre, Córdoba, Argentina), a pesar que está en la lista de mis autores predilectos. Y esto es por la simple razón que los libros que he leído de su autoría no los tengo conmigo, sino en mis cajas de Buenos Aires. 
Lo primero que leí de Láinez fue El Hombrecito del Azulejo, a instancias de la profesora de castellano, cuando yo era una niña de 15 años; y no hubo necesidad de mención especial por su parte, de paso, leí Misteriosa Buenos Aires, el libro de cuentos que lo contenía, pero más bien por sugerencia de mis compañeras. Y sentí adoración por sus relatos. Valga aquí la crítica a la profesora que nos indicó el cuento pero no la obra del autor...

Manuel Mujica Láinez. Wikipedia.com

Pasaron largos años y estaba haciendo un curso sobre arquitectura de Barragán, cuando el profesor nos recomendó La Casa, de Mujica Láinez. Y es allí cuando até los cabos de adolescente a joven profesional, y de allí leí otros libros como Bomarzo, Los Viajeros....
Aún estoy en deuda, y más vale tarde que nunca, este verano he leído El Viaje de los Siete Demonios, una novela sumamente entretenida donde los demonios que representan a cada pecado capital, son enviados por el diablo supremo a visitar la tierra y forzar a que se ejecuten históricamente los pecados cuyas consecuencias formarán nuestra historia y futuro.
He aprendido con este libro, además, anécdotas históricas que no conocía, los demonios van viajando y haciendo de las suyas, hasta parecieran simpáticos y amigables, no imaginen un libro siniestro o de horror, sino todo lo contrario.
Por supuesto hay una moraleja final basada en la pereza y los gremios, pero blandamente esbozada, sin haber conclusiones contundentes, el relato es sumo pintoresquismo.
Mi próxima lectura será El Escarabajo, su última obra, y ya compartiré un post del mismo.
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