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Monday, May 31, 2010

Extrañas medidas de tiempo

Un grupo de Mai Darats, llamados ¨Sakais¨

Continúo leyendo el libro ¨My friends the savages¨, de Giovanni Battista Cerruti (1908), mencionado en el post anterior:
y aprendo que para la tribu Sakai era muy difícil contar en términos de tiempo. Ellos podían imaginarse la hora por la posición del sol o por los varios sonidos que venían de la foresta, anunciando la mañana, el mediodía, el atardecer y la noche, según un crescendo o diminuendo de los rugidos de las bestias. Curiosamente, el tiempo más corto que ellos comprendían era el empleado en fumar un cigarrillo.
Ellos observaban, no con mucha precisión, las fases de la luna, alegrándose por su aparición, pero sin sentir preocupación alguna en saber dónde iba a veces cuando por las noches no iluminaba sus danzas.
El florecimiento de algunas plantas y la maduración de ciertas frutas les daba una idea imprecisa del período más largo de tiempo que pudieran concebir, cercano al año. Las estaciones, que en su habitat no podían ser reconocidas en cambios climáticos, se distinguían juntando y almacenando las frutas que les suplirían alimentos durante intervalos de tiempo.
Cerutti pensaba que era imposible saber la verdadera edad de un Sakai. A veces, luego del nacimiento de un niño, sus padres marcarían la corteza de un árbol en cada ocasión en que la estación cuando el niño había nacido, retornaba. Pero, estos signos nunca continuaban, porque, si los padres no eran obligados a seguir a la tribu a otro lugar de la foresta, luego de la tercera o cuarta incisión en el árbol, fácilmente olvidaban mantener la práctica.
Cuando sucedía –a menudo- que un Sakai emprendía una jornada de más de tres días, ya sea para buscar esposa, o una gran provisión de tabaco, o alimentos, tanto él como aquéllos que habían quedado atrás, tenían el recurso de un calendario novedoso para poder recordar los días que estuvo ausente. Ellos juntaban pequeñas piedras o palitos y los dividían en grupos de tres. El viajero quedaría con la mitad de ellos, el resto, su familia. Al final de cada día, tanto él como  la familia, tiraban una de las piedras o palitos. Cuando el stock se acababa, el viajero sabía que debía regresar para no causar ansiedad a sus seres queridos. Un sistema similar, pero atando y desatando nudos de una tira llamada scudiscio, se adoptaba al contar días para las ceremonias tradicionales.

Para quienes deseen saber más sobre esta tribu, el libro se encuentra publicado por Project Gutenberg on line.
Imagen de Project Gutenberg.org, publicada en el libro de la referencia.

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