Párrafos de la nota de Dolores Pruneda Paz ¨Un oficio que tiende puentes culturales¨, para revista Eñe, 25 de mayo de 2010.
Como todo lenguaje en tanto código social cambiante es portador de historias, vínculos sociales e imaginarios colectivos, traducir es, más que trasladar ideas, hacer inteligible todo un entorno cultural a Otro", analiza Atenea Acevedo, oradora mexicana del V Congreso Latinoamericano de Traducción e Interpretación realizado la semana pasada en Buenos Aires. El congreso, que reunió a unos 1.700 profesionales de todo el mundo, inaugurado por la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, reflexionó sobre los retos de una traducción entendida como puente entre culturas, en una actualidad signada por la globalización, los avances tecnológicos y fuertes cambios socioeconómicos.
Para Acevedo, traductora, activista y feminista el quid de la traducción e interpretación efectivas que propician una comunicación real, "implica un ejercicio de contextualización lingüística y cultural constante. Quien se dedique a esto debe comprender los contextos de los idiomas con los que trabaja y el contexto cultural de quien transmite y quien recibe el contenido de cada discurso", sentencia. Y añade: en este oficio "es necesario desentrañar el colorido y el tono de cada mensaje para que resuene en quien lee o escucha y pueda darle un significado a partir de sus propios marcos de referencia".
También estuvo presente el filólogo y escritor español Alberto Gómez Font, coordinador de la Fundación Español Urgente (Fundeu), quien señaló que "traducir no es una labor automática, se trata de tener un conocimiento amplio de la cultura en la que se expresa la lengua de origen y la lengua de destino, un juego que tiene que ver con conocer la realidad que se aspira a reflejar".
Con mirada literaria, Mempo Giardinelli explica que "la clave de la relación traductor autor está en trabajar juntos y crear el nuevo texto al alimón. Ambos, autor y traductor, van detrás de esa utopía compartida que es la escritura perfecta. El juego más fascinante, delicado y complejo que he conocido y disfruto. El resultado de esa conversación no siempre es una comunión consciente, muchas veces es algo que se va dando de modo implícito, sutil, a medida que el traductor avanza en su versión del texto proveniente de la lengua del autor". Algo lógico, dice Giardinelli porque "leemos, se sabe, como quien camina, como quien mastica, como quien respira, distraídamente pero conscientes e interesados; ya que necesitamos conocer y saber pero no de manera evidente, sino más bien como fingiendo una cierta pasión por el pasatiempo".
Leer es "'pensar impensadamente'", compensar las horas del trajín diario con un remansado agotamiento provechoso, y traducir es todo eso mismo pero universalizado porque al traducir se traslada lo escrito para que sea leído nuevamente en otra lengua, que es como decir 'otro temperamento', 'otra idiosincrasia', 'otra cultura'. Una transformación maravillosa que no es arte de magia sino dominio lingüístico", resume Giardinelli.
Para leer la nota completa:
Leer es "'pensar impensadamente'", compensar las horas del trajín diario con un remansado agotamiento provechoso, y traducir es todo eso mismo pero universalizado porque al traducir se traslada lo escrito para que sea leído nuevamente en otra lengua, que es como decir 'otro temperamento', 'otra idiosincrasia', 'otra cultura'. Una transformación maravillosa que no es arte de magia sino dominio lingüístico", resume Giardinelli.
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