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Friday, October 28, 2011

El toro y el hombre. En palabras de Washington Irving


Actualmente estoy leyendo Tales of the Alhambra (Cuentos de la Alhambra) de Washington Irving (1783-1859), más conocido por ser el autor de ¨The Legend of Sleepy Hollow¨ (La Leyenda del Jinete sin Cabeza) y Rip Van Winkle. La primera parte, describe el paisaje español, los caminos de barrancos, las caravanas de mulas, los arrieros, las cruces en los caminos que simbolizan las muertes por hurtos.
Un párrafo me llamó la atención, porque nos da su impresión de las hordas de toros como parte del paisaje, estableciendo además, que el hombre y el toro no se conocen. Nunca he estado en una corrida de toros y considero abominable su matanza cruel, su tortura en las fiestas españolas; de todos modos, es más sencillo aborrecer cuando a uno no le llegan las costumbres, y no se ha criado en la misma cultura, en cierta forma, también comprendo a quienes defienden las tradiciones ancestrales y su significación, pero me pregunto qué goce  puede llevar a torturar a un animal, cualquiera sea ese animal.
Mi contacto con los toros se remite a mi infancia, y eran toros de pastoreo en campos argentinos, no de lidia, sin embargo bien recuerdo el temor que me infundían, de solo verlos, con esa mirada desafiante y sus terribles bramidos, sí, me aterraban. No había pensado que tal vez exista un temor nato fundado entre la rivalidad hombre-toro, en algún momento esos sentimientos deben haber desencadenado los rituales, y me pregunto, porqué en la Antigüedad  los augures predecían usando exclusivamente las entrañas de los toros, porque ellos representaban al dios?, quien a su vez confrontaba al hombre? He de investigar un poco más esta cuestión, mientras tanto, reproduzco según mi traducción personal del inglés, los pensamientos de Washington Irving para con los toros. De la edición española en Granada de 1994, página 20:
¨A veces, serpenteando a través de los valles angostos, él (el viajero) es sorprendido por un ronco bramido, y contempla sobre él, en algún pliegue verde lateral de la montaña, una horda de feroces toros andaluces, destinados al combate en la arena. Hay algo terrible en la contemplación de esos animales estupendos, vestidos con fuerza tremenda, y que van arrancando sus pasturas nativas en salvajismo, extraños casi a la cara del hombre. Ellos no conocen a nadie, salvo al pastor solitario que los atiende, y, a veces, ni él mismo se atreve a acercárseles.  El bajo bramido de esos toros y su aspecto amenazante mientras miran hacia abajo, desde los peñascos, le dan salvajismo adicional al paisaje circundante.¨ 

De Doctrina y praxis.org, reproduzco la foto y el párrafo siguientes, a modo de reflexión:


Lope de Vega (1562-1635) no era aficionado ni apologista a las corridas de toros, pero una de las pocas condenas a la fiesta de los toros que se conoce de él, nos dice:

¡Fiesta mortal! A tu inventor primero
maldiga el cielo con su mano eterna
Mala, con toro manso; buena, fiero que mata,
Hiere, pisa y desgobierna.
La fiesta es ver morir bárbaro y fiero
Contra la condición humana y tierna,
Los que no os hacen mal, ni mal os quieren.

¡Bárbaros españoles, inhumanos!
Más crueles que idólatras y escitas,
Que entre la religión de los cristianos,
Leyes fieras tenéis con sangre escritas.
¡Volved los ojos, si lo son de humanos,
con lágrimas y voces infinitas,
a questa imagen de dolor y miedo
del mísero don Diego de Toledo.

6 comments:

  1. Hola Myriam:
    Tema polémico el de la fiesta brava. Coincido contigo, nunca he asistido a una corrida ni lo haré. Me parece terrible la idea de hacer de la tortura muerte una fiesta.
    Por otro lado, resulta muy interesante esta entrada, porque además de las reflexiones en torno a la obra de Washington Irving, a la tradición española, muy arraigada en México, conduces al lector hacia referencias mitológicas en donde el toro juega un papel muy importante.
    Va un abrazo.

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  2. Muchas gracias María Eugenia, por lo que leí, sé de algunas corridas en la actual Plaza de Mayo en Buenos Aires, en la época colonial, pero inmediatamente se perdió la costumbre y sé que las hay en México y tal vez Colombia. Un tema muy polémico.... Un beso,

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  3. Es horrible. De solo ver la fotografia me pone los pelos de punta. Todos los animales de Dios deben estar libres y bien tratados por todos. un abrazo. Judith

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  4. Querida Myriam:
    No hace falta decir que en España somos muchos los que estamos en contra de la tortura animal empezando por esa horrible tradición que es la Corrida de Toros.
    Pedimos la abolición pero por supuesto es todo cuestión de política, e incluso hay muchos extranjeros a los que les gusta ver este espectáculo tan exótico. Pobre animal. En Barcelona consiguieron la abolición en las plazas, pero todavía les prenden fuego a los cuernos del toro y les hacen correr de noche clandestinamente.
    Será porque mi abuelo ha trabajado en el campo o porque simplemente amo a los animales, aborrezco todo este tipo de tradiciones que pueden dañar de cualquier forma el estado natural del mismo, como torear una vaquilla aunque no la maten.
    Que estén en libertad y que vivan y dejen vivir.
    Por cierto, que Washington Irving me encanta y da miedo acercarte a ellos en el campo, pero no te hacen nada si tú no les haces nada a ellos. Desde muy pequeña lo he comprobado. =)
    Gracias por esta entrada y ha sido un placer que me dejaras expresar todo esto.
    Desde España, somos muchos los que no queremos que los toros sufran.
    Besos y saludos.

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  5. Muchas gracias Nicole, sabía que tendrías un comentario certero. Ah, lo de los comentarios, no sabía que a veces no entraban, gracias por advertirme. Que tengas un hermoso fin de semana!

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