Hoy estuve leyendo el artículo de Juana Libedinsky para La Nación, llamado ¨Ricos, Ególatras y Encantadores¨, publicado el día de hoy. A continuación, la transcripción:
¨NUEVA YORK.- Quizá porque confían en que con esfuerzo cualquiera puede lograr el sueño americano, en Estados Unidos no hay ningún pudor a la europea sobre ser rico. Y quizá porque tantas fortunas son recientes, a los ricos norteamericanos les resulta fascinante leer sobre sí mismos. Así, un recorrido por una librería del exclusivo Upper East Side cuenta una historia casi más interesante que el contenido de los textos que vende.
Algunos de los temas que más se abordan en la ficción son la lucha de clases (ricos versus más ricos, o viejos ricos versus nuevos ricos) en los campos de golf o en los consorcios de Park Avenue; los extremos a los que llegan los padres para garantizar el acceso a la guardería que garantizará el acceso al jardín de infantes que garantizará el acceso al colegio que garantizará el acceso a Harvard, o cómo robarse el jardinero en los Hamptons.
Pero lo llamativo es que en muchas de estas novelas se mezcla el muy agudo comentario social con la profunda exploración psicológica. Sobre todo, lo que hace que libros como el exitosísimo The Privileges , de Jonathan Dee, no sean lecturas pasatistas, es su sutil ambigüedad moral. Los sociópatas y ególatras de Wall Street que retrata son encantadores y no terminan demasiado castigados por los desastres que causaron, lo cual, aseguran, les da un tono más que acorde con la época.¨
Habiendo leído varios artículos de Juana Libedinsky, y sabiendo que escribe seriamente, yo encuentro que esta vez hace una crítica muy sutil y tal vez encubre la frase ¨los norteamericanos no consumen cultura¨.
Tal vez habría que explicar quiénes son todos los norteamericanos. Cuando emigré, creí venir a ¨yankeelandia¨, y no es así. USA es un crisol absoluto de razas. De ahí en más la pregunta, quiénes en este crisol leen? Mi profesión me ha llevado a entrar a una cantidad de casas, y sí, no se lee como en Argentina. Los que más leen son los estudiantes, que llenan los museos y Barnes and Noble, los Starbucks, allí se los vé callados, sumidos en los temas de su interés, que son múltiples.
Mucho se lee de religión, cristianismo, fundamentalmente. Luego, hay grupos sociales que no leen, prefieren la TV.
Y no se intente culturizar. Contaba el dueño de una librería de barrio, que hizo el intento varias veces, fallido siempre. Ahora propuso traer libros de autores famosos latinos, en español, a la ciudad de Bellflower en California y, si bien conservaba la esperanza de vender, yo dudo que su esfuerzo logre sus frutos. No entendió que su target latino consume telenovelas.
Volviendo al tema de las ¨nuevas fortunas¨, le diría a Juana que es un error de concepto. No hay nuevas fortunas desde hace años, consideremos la gran recesión y las guerras, pero sí, en épocas mejores cualquiera, CON GRAN TRABAJO Y ESFUERZO, puede lograr el sueño el sueño americano. Y cuál es el sueño americano: una casa propia que se pagará toda la vida (o casi toda), dos autos mínimos, vacaciones en verano, y finalmente una justa jubilación. Un norteamericano jamás vuelve su vista a Europa, ni se compara, simplemente no le interesa. Una persona adinerada (o no), puede salir a comprar descalzo, en shorts, ir en ojotas a un restaurant, hacer las combinaciones de ropa más increíbles, pasear con un perrito con lentes de sol, llevar a su perrito en cochecito de bebés, hacer comprars en pantalón de pijama, tantas acciones que veríamos con espanto en Buenos Aires, acá, nadie se daría vuelta a ver.
Un norteamericano de edad madura, que no tiene los problemas de jubilación de nuestros abuelos argentinos, puede darse el lujo de leer, sobre qué procesos y quiénes, han ayudado a que su vida se haya desarrollado sin mayores inconvenientes. -En términos generales-. Luego, considerando que nuestras universidades son gratuitas, es lógico y obvio que los padres de adolescentes lean desesperadamente cómo hacer para que sus hijos lleguen a la universidad –todas muy caras-, no necesariamente Harvard. Por ello estoy pasando, y no necesito comprar libros, mis hijos me traen cuadernillos de todas las universidades y colleges.
Quisiera agregar, que es digno de admirar el espíritu nacionalista de los norteamericanos. Ellos no dudan de llevar con orgullo las banderas en su pecho, en sus autos, en sus perritos, en la vajilla, etc. Las fiestas nacionales bien se respetan y la mejor de todas, el 4 de julio, día de la independencia, una fiesta total, para todos los que habitan el suelo norteamericano. Por esta idiosincrasia, no es extraño encontrar tantos libros sobre presidentes y personajes históricos, autobiografías hasta el hartazgo, críticas políticas por doquier. El resto, filosofía, arquitectura, arte, música, se compran títulos específicos on line. Juana omite que en EEUU existe una gran cultura de la compra on line, y lo que vemos en las calles de New York es sólo una mínima parte de lo que se consume.
Referencia de la publicación en la Nacion
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1260230&origen=NLCult
Qué interesante artículo, Myriam. Y a mí que me fascina la literatura norteamericana.
ReplyDeleteBueno: me fascinan todos los libros, pero hay allí tantos autores para disfrutarlos en su propia lengua....
Nunca hubiese imaginado que se desarrollaba así la cultura.
En España la gente cada vez lee más. Y, como dicen, están de moda los clásicos, además. Estamos de suerte. =)
Un abrazo...