Como verán por los blogs amigos que he seleccionado, cocinar también es mi hobby. No soy muy buena para los postres, pero estoy practicando. Mi biblioteca tiene una cantidad de libros de cocina, y hasta un libro repetido que compré sin advertir que ya lo tenía. Mis preferidos son los libros con hermosas fotografías, creo que de mi colección, el único que acepté sin imágenes fue el de Karlos Arguiñano, un libro en paperback, pero no me interesaba porque por un año lo seguí por TV. Mi edición de Arguiñano tiene por suerte un diccionario de sinónimos para los productos alimenticios, de gran suerte para mí, porque a pesar de tener una rama española en la familia, no tengo idea de la jerga de cocina de España.
Hoy recomiendo un libro en inglés, pero sencillo de leer, llamado Chinese Vegetarian Cooking, de Deh-Ta Hsiung. Es de tapas duras, y con hermosas fotografías.
Con este libro, aprendí a cocinar lechuga romana (francesa en la foto), rehogándola rápidamente con un poco de aceite, se agrega una pizca de azúcar, salsa de soja y listo. Yo le adicioné semillas de sésamo tostadas.
Tal fue mi entusiasmo al descubrir que la lechuga cocida era riquísima, que me animé a hacer una tarta de lechuga romana, con queso, tofu, huevos. Y resultó más suave que la de espinaca, así que próximamente incurriré en otras variaciones, como agregarle atún, y/o aceitunas, ya veré....
Lo interesante de los libros de cocina es que nos dejan una enseñanza, y luego está en nosotros desplegar creatividad.
El libro de Hsiung nuevo, sale un poco más de 13$ y usado, 1.88$, en Amazon.
Lea más recetas de platos con lechuga cocida:
La cocina española es fácil y su jerga consiste en que casi no tiene jerga. Yo añadía hojas de lechuga de cuando en cuando cuando hacía sopas y no sabía aún que eso podía ser un plato culinario perfectamente válido. Arguiñano tiene sentido el humor, pero se aprovecha y lleva años presentendo en televisión practicamente el mismo plato día tras día. A menos de 20 kilómetros de donde él tiene un restaurante que no he visitado, está una zona con más estrellas culinarias Michelin por habitante (y también por kilométro cuadrado) que la densidad de estrellas culinarias Michelin de Paris intramuros: la zona de la ciudad de San Sebastián.
ReplyDeleteHola anónimo, he visto los programas de Arguiñano, en el ´97, en mi país, y bastante he aprendido con él. Pero, mi biblioteca culinaria está bastante bien provista y lo dejan a Arguiñano como un maestro de escuela, mucho se ha avanzado en el tema, y ahora hablamos de ¨arte culinario¨ en todo el sentido de la palabra Arte, este aspecto no es para Arguiñano, a quien seguiría escuchando, me gusta mucho y me divierte.
ReplyDeleteSaludos,
Y me olvidaba de la ¨cocina molecular¨....cuántos avances!
ReplyDeleteLa cocina molecular no sé si llamarla atómica o nuclear o qué. Adriá es muy talentoso y me gustaría haber cenado en El Bulli, que ya cierra, para otro proyecto; pero la cocina es también , además de las grandes elaboraciones culinarias físico-químicas "moleculares", la sencillez y la naturalidad que muchas veces se olvida. No me importaría que me invitaras a degustar uno de tus platos de lechuga frita o al horno.
ReplyDeleteRecuerdo una vez que no tenía casi nada en casa para comer, pero había vinagre , pimienta y algo más que no recuerdo. Me hice una sopa agri-picante estupenda, aunque pensando que yo era algo raro por mis opciones culinarias. Más tarde encontré esa misma sopa en los restaurantes chinos y supe que mi gusto era más universal (o común) que lo que yo suponía.
A la tarta esa de lechuga le puedes añadir también champiñones de Paris cortados en láminas finas y casi al final, salvo si se quiere que sea sólo vegetariano unas anchoas en salazón (estupendas) de Santoña en España.
ReplyDelete