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Saturday, January 1, 2011

Alemania y Argentina. La cultura moderna de la construcción


La Legislatura de la Provincia de Buenos Aires, obra de los arquitectos Hägemann y Heine, ambos de Hannover; la Municipalidad y el Concejo Deliberante de La Plata, obras de Hubert Stier; la escuela Petronila Rodríguez, actual Palacio Pizzurno, sede del Ministerio de Educación de la Nación, construido por Carlos Altgelt...
Los ejemplos de edificios públicos de impronta germánica que refleja Alemania y Argentina. La cultura moderna de la construcción (Ediciones Larivière) están entre lo más notable del patrimonio construido, en tiempos en que en la Argentina estaba todo por hacerse.
Su irrupción modificó la estructura urbana de las grandes ciudades y dejó su marca indeleble en obras monumentales, en bancos, oficinas o edificios comerciales. También, en residencias emblemáticas de una Argentina pujante y ascendente, ubicadas en las barrancas o a orillas del Río de la Plata o del Paraná, en las pampas y en las sierras de la provincia de Buenos Aires -como es el caso del castillo Tornquist, realizado por Kart Nordmann en Sierra de la Ventana (1903)- o en ejemplos de edificios destinados al esparcimiento, como el Hotel Edén, en La Falda -realizado con capitales alemanes-, el Teatro Odeón o el Hotel Royal, firmados por Ferdinand Moog (1893).




También la arquitectura religiosa de tradición germánica ha dejado piezas extraordinarias. Un ejemplo interesante es la iglesia Santa Felicitas, de Barracas, diseñada por el arquitecto Ernesto Bunge a poco de regresar de Berlín, donde se había formado.
Entre dos mundos
Con textos de Fabio Grementieri y Claudia Schmidt, y fotografías de Facundo de Zuviría, Alemania y Argentina... tiene el tono de un ensayo de divulgación sobre las conexiones y los resultados de las relaciones argentino-germanas en el campo de la cultura de la construcción, a la vez que expresa, como una parábola perfecta, el proceso de crecimiento y modernización de un país abierto al mundo.
"Desde mediados del siglo XIX Argentina y Alemania llevaron en paralelo procesos de organización de sus Estados y se sentaron las bases de una estructura económica y productiva que distinguiría la relación entre ambos países hasta la actualidad", dice Fabio Grementieri.
Tiempos modernos
Durante el siglo XX se desplegaron las sofisticadas y vanguardistas tecnologías de la electricidad y el hormigón armado, que se reflejan en grandes intervenciones urbanas. La radicación de empresas germanas trajo de la mano más profesionales, que construyeron los subterráneos de Buenos Aires, las más modernas instalaciones industriales, y algunos de los edificios más paradigmáticos de la modernidad,
entre los que sobresalen los primeros rascacielos y los silos portuarios, como el ya emblemático Bunge y Born, verdadero símbolo de la "Argentina, granero del mundo", arrasado sin razón en 1998.
Más allá de la fuerza de las imágenes históricas y contemporáneas, y de un texto que refleja la riqueza del intercambio y las conexiones de ambos países en la arquitectura, la ingeniería y el urbanismo, esta obra -que se publica con el patrocinio de la empresa Siemens- aspira también a funcionar como una referencia y un recordatorio de los problemas que la Argentina tiene para valorar y conservar su patrimonio de fines del siglo XIX y primera mitad del XX, en especial el derivado de los aportes de países europeos.


Nota de Carmen María Ramos para La Nación Cultura
Más datos Alemania y Argentina. La cultura moderna de la construcción, Ediciones Larivière. Textos: F. Grementieri, C. Schmidt. Fotos: Facundo de Zuviría. 256 págs.

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