Diseño de libros de Thatcher Wine. Foto de revista Eñe
Wall street library. De http://juniperbooks.com/
Yo entiendo que una biblioteca puede ser una escenografía para un set de TV. Pero ahora, me doy cuenta que soy absolutamente ingenua, y que si hubiera tenido oportunidad de diseñar una casa para un millonario actor de Hollywood, el tema de la inclusión de una suntuosa biblioteca, habría sido toda una cuestión.
Es que para una devoradora de libros, y teniendo como ejemplo a la biblioteca de Borges, no se le pasa por la mente que una persona pueda hacerse diseñar libros falsos, combinando colores, tamaños, idiomas, para presumir cultura.
Hoy, desperté de mi ensueño con esta nota de la revista de cultura Eñe, reproduciré un párrafo e insto a los lectores de este blog a continuar su lectura. Al menos, Alexa Hampton dice que sus clientes de New York quieren bibliotecas de libros reales que puedan leer.
Colección de niños. De http://juniperbooks.com/
¨A Jeffrey Collé, constructor de grandes propiedades que remedan los diseños de fines de siglo, no se le ocurriría omitir una biblioteca en sus creaciones. Una casa de 1.562 metros cuadrados en un terreno de 17 hectáreas en Water Mill, Nueva York, tiene un precio de casi 30 millones de dólares y una biblioteca que Collé construyó en roble de corte a medida. Tiene espacio para más de 1.000 libros.
Collé colaboró con Bennett Weinstock, un decorador de Filadelfia famoso por sus interiores ingleses, en algunas de sus bibliotecas. Weinstock aun hoy va a hacer compras a Londres para buscar la apariencia de la encuadernación en cuero correcta, dijo.
"Hay personas que insisten en que sean en inglés porque quieren que parezca que pueden leerlos", dijo Weinstock. "A otros no les importa en qué idioma estén los libros siempre y cuando las encuadernaciones sean bellas".
Hasta un constructor moderno como Steve Hermann de Los Ángeles, que realiza casas por muchos millones de dólares para compradores como Christina Aguilera, incluye hectáreas de estantes en sus casas, Hermann diseñó una casa estilo Richard Neutra revestida en vidrio con un sistema de bibliotecas de 18 x 4 metros, que tiene espacio para 4.000 libros, dijo. "¿Pero quién tiene 4.000 libros?" preguntó. Ordenó 2.000 libros forrados en blanco a Thatcher Wine, que crea colecciones personalizadas de libros en su depósito de Boulder, Colorado.
Wine cobra de 80 a 350 dólares por 30 centímetros. El muy apreciado pergamino es más costoso, unos 750 dólares los 30 centímetros; una biblioteca que hizo para un gerente de capitales privados costó alrededor de 80.000 dólares, dijo. "Podría haber colgado obras de arte", dijo Hermann. "Pero me gusta la sensación que da la textura de las bibliotecas".
Federico Uribe, un artista conceptual colombiano que trabaja en Miami, ordenó miles de libros en los colores primarios para hacer esculturas de palmeras y boas constrictoras. ("La mayoría de la gente destruye árboles para hacer libros", dijo Uribe. "Yo destruyo libros para hacer árboles. Me gusta que los libros cuenten una historia en otro idioma").¨
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