Uno de mis hobbies es la cocina, me divierto inventando platos y aprendiendo de blogs amigos. Y por ello, tengo una cantidad de libros de cocina, me gustan con muchas fotos. La historia de la cocina, también me interesa, porque indirectamente está asociada a la formación de ciudades. Recuerdo una vez que tuve una discusión con mi esposo -arquitecto también- que dijo que me tiraría mis libros de cocina por estar mezclados con nuestros libros de arquitectura. Creo que esa noche no le cociné y sí recuerdo que yo estaba muy ofuscada. En los últimos años, a la colección he agregado los de paisajismo, y él ya está resignado :)
Leía hoy en La Nación, sección Cultura, que los libros de cocina están entre los best sellers de Argentina. Lo cual me agrada, porque implica una preocupación por aprender sobre platos nuevos. Como diría Choly Berreteaga, la cocina del día de hoy es más divertida que la de años atrás, y por supuesto hay una búsqueda estética que antes no había.
Con respecto al libro de Doña Petrona, ha sido hasta ahora el libro más vendido en nuestro país, con 102 ediciones. Sin embargo, a mí no me interesa tenerlo, quiero innovar y prefiero libros de platos de distintos países.
A qué se debe este fenómeno? Pues a la televisión. No conozco una mujer, con familia para atender, que, teniendo cable no mire los programas de cocina. Mi preferido absoluto, El Gourmet, seguido por National Geographic. Les dejo el link para que lean la nota de Laura Casanovas:
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