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Tuesday, November 2, 2010

El sociólogo polaco Zygmunt Bauman y la liquidez

Zygmunt Bauman. Foto de Revista de cultura Eñe

“Se me ocurrió porque –con la mínima fuerza que se le aplica a un líquido– cambia de forma. Eso sucede con todos los aspectos de la vida humana actualmente. No hay tiempo de familiarizarse con un estilo de vida, porque el cambio es constante. Hay que aprender lo nuevo y olvidar lo anterior a una velocidad sorprendente”.
Tiene 85 años, pero habla de Facebook con la naturalidad de cualquier usuario joven. Su edad no le impide una agenda vertiginosa. El jueves recibió en Oviedo el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2010 y hoy estará en Polonia para presentar el libro póstumo de su esposa. Ayer, sin embargo, se hizo tiempo para visitar Buenos Aires; al menos virtualmente. El sociólogo polaco Zygmunt Bauman brindó ayer desde Inflaterra, donde dirige su fundación, una videoconferencia que se proyectó en el auditorio del Malba. Así comenzó el ciclo multidisciplinario X200 más , que pretende convocar proyectos que sirvan para reflexionar e imaginar los próximos 200 años del país.
El repertorio de Bauman giró siempre alrededor de su metáfora favorita, la liquidez, que desde la publicación de Modernidad líquida en 1999 incluyó en siete títulos más. El sociólogo explicó que difícilmente la humanidad pueda retroceder hacia la modernidad sólida que gobernó buena parte del siglo XX, porque hoy el mundo es otro. “Ahora tenemos más opciones, no tenemos que jurar lealtad incondicional a una sóla identidad. Podemos ampliar nuestras identidades, mejorarlas, y las redes sociales son como compuertas que podemos abrir para eso”, dijo. La contrapartida y de ese nuevo escenario líquido, pero más libre, es la pérdida de seguridades.
Para Bauman, la diferencia entre la vida online y offline consiste en una tecla: suprimir. “Las redes sociales, a diferencia de las relaciones humanas, son muy frágiles. Para conectarse con otro, se necesitan 2 personas, pero para desconectarse con uno es suficiente. Es el aspecto desagradable de la Red. Uno puede tener muchos amigos pero son amigos poco confiables”, aseguró. Las amistades de Facebook también fueron materia reflexiva cuando Bauman citó el caso de un amigo suyo, fascinado por haber hecho 500 amigos en esa red en un sólo día. “Yo tengo 85 años, pero en toda mi vida nunca logré tener 500 amigos. Así que Facebook puede ser una ventaja”, dijo antes de que el auditorio rompiera en carcajadas. Pese a la crítica irónica, celebró que los usuarios puedan acceder a las redes sociales con múltiples identidades, algo que favorece una convivencia pacífica con los otros. “En ellas uno siempre está expuesto a negociar con todo el mundo. Es algo muy importante en nuestra sociedad mixta y combinada. Uno convive con esas diferencias, es como una escuela de negociación de diferencias”, sentenció.
El sociólogo también se refirió al impacto de las redes en tiempos de amor líquido. “Las relaciones ahora se pueden romper sin previo aviso y cualquier desacuerdo adquiere la grandiosidad de un conflicto irrenconcialiable. Es la manera en la que vivimos”, dijo. Algo parecido –asegura– ocurre en el mercado laboral.
Al final le preguntaron sobre qué les cabía esperar a los argentinos en los próximos 200 años. “Quisiera desearles lo mejor, pero no tengo un mensaje opitimista: es probable que sean años que impliquen un esfuerzo muy grande para adaptarse”. Nada de optimismo, ni líquido ni sólido.
REFERENCIA
Reproducción del artículo de Guido Carelli Lynch para Revista Eñe

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