Lector compulsivo es aquél que disfruta pasar horas en las librerías antiguas. Es aquél que lee lo que le caiga en las manos; el que siente que pecó si tuviera que tirar un libro destruído; aquél que los enmienda; el que los huele y evita la lectura en la computadora; el que tiene libros en el baño, bajo la cama, en la mesita de luz, la cocina, en cajas, en roperos, a tal punto que tiene que decidir entre donar libros, vender los muebles o echar a la familia....
Un gran saludo a todos mis queridos lectores. Como soy respetuosa de todos los credos, prefiero decirlo de ambas formas, y contribuyo con un fractal festivo de mi autoría.
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