Nijinsky. Foto bajada de michaelminn.net
¨Lo que podría haber sido. Un afiche del Teatro Colón, de la Ópera de París o del Théâtre des Champs Elysées que anunciara: Compañía Ballets Russes de Serge Diaghilev. Caaporá. Ballet guaraní. Música: Igor Stravinsky. Libreto: Ricardo Güiraldes. Coreografía: Vaslav Nijinsky. Bailarines: Tamara Karsavina en el papel de la princesa Ñeambiú. Vaslav Nijinsky en el papel del príncipe Cuimbaé.
La publicación de Caaporá, el libreto de ballet escrito por Ricardo Güiraldes, acompañado por las reproducciones de la escenografía y el vestuario diseñados por Alfredo González Garaño (1886-1969), rescata uno de los episodios curiosos de la cultura argentina del siglo XX. El libro, que sólo tendrá distribución institucional, ha sido editado por el Banco Galicia y Van Riel, tiene un prólogo de Cecilia Smyth y un estudio crítico muy valioso de María Elena Babino, que desde hace años se ha dedicado a investigar la historia de ese proyecto destinado a sentar las bases de una estética americanista y contemporánea.
En 1915, de acuerdo con las investigaciones de Babino, Güiraldes y su amigo Alfredo González Garaño, pintor e importante coleccionista, concibieron la idea de crear un ballet basado en la leyenda guaraní del urutaú. En un principio, le encargaron la música al compositor Pascual de Rogatis, pero éste se limitó a hacer algunas anotaciones y abandonó la tarea. No hubo muchas novedades acerca del asunto hasta septiembre de 1917, cuando Vaslav Nijinsky, el bailarín estrella y coreógrafo de los Ballets Russes llegó por segunda vez a Buenos Aires. Entonces comenzó la historia que Babino despliega con detalle en su estudio.
Aún hoy, una dosis de misterio y algunas preguntas sin respuesta rodean el encuentro de Ricardo Güiraldes (1886-1927), el autor de Don Segundo Sombra, y de Vaslav Nijinsky (1890-1950), el bailarín insuperable que revolucionó la danza del siglo XX con sus coreografías. Los testigos han muerto, apenas si quedan algunos testimonios que se pueden consultar en libros o revistas, pero a los que es imposible arrancarles más precisiones. Y, a último momento, cuando el estudio de Babino iba a entrar en prensa, se sumó un enigma.¨
Del artículo de Hugo Beccacece, para La Nación. Siga leyendo:
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1331861Ricardo Güiraldes. Foto de folkloredelnorte.com.ar
¨El encuentro del bailarín ruso Vaslav Nijinsky y el escritor argentino Ricardo Güiraldes fue objeto de una exhaustiva investigación, realizada por la profesora María Elena Babino y plasmada ahora en un libro de circulación limitada. Güiraldes llegó a escribir, e incluso a bocetar, ya que era también buen dibujante, lo que debía ser un ballet de inspiración folklórica. Nijinsky estaba muy interesado en ese tema: quería hacer la coreografía y también interpretarla. La música sería encargada nada menos que a Igor Stravinsky. El proyecto se frustró por la inestabilidad psíquica que comenzó a padecer Nijinsky en los años de la Primera Guerra Mundial. Tantos nombres, datos y circunstancias excepcionales no pueden configurar sino una gran historia. Lo difícil era contarla, lograr que resultara apasionante aun para quienes están generacionalmente muy lejos de aquellos nombres y de aquellos años. Nuestra nota de tapa de este número supera con toda naturalidad esas dificultades. El secreto, todo el secreto, está en la mano maestra de un articulista inigualable.¨
Artículo de Hugo Caligaris, para La Nación.http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1331855&origen=premium&utm_source=newsletter&utm_medium=suples&utm_campaign=ultnoti#lectores
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