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¨Una revolución en una taza de té (...)Eso parece haber sido la presentación de la nueva Ortografía de la lengua española en la Feria del Libro de Guadalajara, que inmediatamente desató una ola de "sublevaciones" (...)Pero ésa es la intención manifiesta de los miembros de la Real Academia Española y sus colegas de las otras academias. Una intención que ya estaba enunciada en el "Prólogo" de la anterior edición de la Ortografía , de 1999. Lo cual demuestra que nada ha cambiado tanto, independientemente de que sería más prudente esperar hasta tener toda la información definitiva para "pronunciarse".(...)Sin embargo, algunas certidumbres había. Por ejemplo, en la página 2 de la Ortografía de 1999 (Espasa), se decía: "A petición de diversos organismos internacionales, la Asociación de Academias de la Lengua española acordó en su X Congreso (Madrid, 1994) reordenar esos dígrafos [ ch y ll , es decir, los signos ortográficos de dos letras] en el lugar que el alfabeto latino universal les asigna. Así pues, en el Diccionario , las palabras que comienzan por ch se registrarán en la letra C entre las que empiezan por ce y ci ; las que comienzan por ll , en la letra L entre las que empiezan por li y lo . En el resto de la ordenación alfabética, las palabras que contengan ch y ll en otras posiciones distintas de la inicial pasarán a ocupar el lugar que en la secuencia del alfabeto universal les corresponde". La única diferencia es que ahora la nueva edición los suprime "formalmente" de la tabla del alfabeto; las letras del abecedario pasan a ser 27.(...)El reclamo es justo. La h , a pesar de ser una letra "que en otro tiempo representó una aspiración", pero que hoy "carece de valor fonológico y no representa sonido alguno", sigue teniendo valor en la lengua escrita para diferenciar significados y, en este caso preciso, nunca será lo mismo escribir "echo [por yo echo ]" que "hecho" [el participio irregular de hacer o el sustantivo que significa "acción u obra", "cosa que sucede", etcétera]. No estaría mal volver a escribir 100 veces una palabra, como se hacía antes, para aprenderla de memoria definitivamente.
En tanto eso ocurra, vale la pena reproducir aquí el párrafo final de la "Introducción" del Diccionario del habla de los argentinos, del presidente de la Academia Argentina de Letras, el doctor Pedro Luis Barcia: "Somos herederos de muchos aportes lexicográficos anteriores y ello supone el reconocimiento y la gratitud frente a esa herencia recibida. Esto consuena con el lema que hemos elegido para nuestra gestión en el seno de la Asociación de Academias de la Lengua Española: «Todo lo podemos y lo podemos entre todos»".
Párrafos del artículo Herencia que vale la pena agradecer, de Graciela Melgarejo. Para La Nación, sección opinión.¨
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