Eucalyptus. Arte digital de Myriam Mahiques
Entrando en confianza con la joven del ¨A¨, me comentó al pasar que hacía unos catorce años que vivías aquí, o sea, debajo de mi departamento. El largo tiempo de fidelidad a la propiedad, te ha valido un premio, un amante esporádico que no se atreve a dejar su espacio ¨C¨ para trasladarse a tu ¨B¨. Intuyo que no le das lugar, lo concluyo, al ver los golpes marcados en el capot de tu automóvil, estacionado bajo el viejo Eucalyptus que lo maltrata sin piedad, lanzándole ramas viejas en invierno y excrementos de palomas en verano. He observado tu preferencia a destinar tu garage para viejos trastos, sin valor para mí, pero que tú llevas en el corazón; sé que los limpias, los acaricias, y sueñas con la vajilla compartida en familia, empujas el cochecito del nieto que no está, escuchas a hurtadillas la música metal de tu hijo ausente y bajas el portón cuando alguien te descubre melancólica.
Lea Tras la Persiana III
http://theclubofcompulsivereaders.blogspot.com/2011/05/tras-la-persiana-iii.html
Me ha gustado mucho este breve relato. Dice mucho en pocas palabras, y lo que es mejor, transmite, y nos hace sentir.
ReplyDeleteTal vez porque la nostalgia para mí casi siempre está a la vuelta de la esquina me ha conmovido especialmente.
Abrazos:
Nicole Sagan.
Gracias Nicole, este relato es una serie cortita, ya sabés que yo no soy de escribir muy largo, sólo ¨tiro ideas¨ y sentimientos. Me imagino como una vieja viviendo sola mirando por la ventana de mi cocina, y espiando la vida de una vecina fastidiosa. En algún relato, digo que no puedo bajar, porque estoy enferma. La verdad, me inspiré en mi abuelo, que antes de fallecer, sólo se acercaba al balcón de su casa y se reía tirándole caramelos a los chicos.
ReplyDeleteUn beso,