Muerte de Julio César. Google images
César informa que, antes de cruzar el Rubicón y marchar sobre Roma, soñó que cohabitaba con su madre. Como es sabido, los desaforados senadores que terminaron con César a golpes de puñal, no lograron impedir lo que estaba dispuesto por los dioses. Porque la Ciudad quedó preñada del Amo («hijo de Rómulo y descendiente de Afrodita»), y el prodigioso retoño pronto fue el Imperio Romano.
Rodericus Bartius, Los que son números y los que no lo son (1964).
REFERENCIA
El Libro de los Sueños. Jorge Luis Borges, 1976
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