Si alguien me preguntara cuál es mi libro preferido de arquitectura y urbanismo, diría, sin lugar a duda ¨Las Ciudades Invisibles¨, que, en realidad no es un libro técnico, son relatos -imaginarios- que hace Marco Polo a Kublai Kan, emperador de los Tártaros.
Es interesante notar que mucho se aprende de algunas novelas o cuentos; recuerdo en mi primer curso de posgrado, sobre el arquitecto mexicano Luis Barragán, el profesor nos dijo ¨Uds debieran leer novelas también para entender arquitectura¨. Obviamente, hay que saber seleccionar, y nos recomendó La Casa de Manuel Mujica Láinez. Tenía razón.
Italo Calvino dice en sus palabras preliminares:
¨En Las ciudades invisibles no se encuentran ciudades reconocibles. Son todas inventadas; he dado a cada una un nombre de mujer; el libro consta de capítulos breves, cada uno de los cuales debería servir de punto de partida de una reflexión válida para cualquier ciudad o para la ciudad en general.
El libro nació lentamente, con intervalos a veces largos, como poemas que fui escribiendo, según las más diversas inspiraciones. Cuando escribo procedo por series: tengo muchas carpetas donde meto las páginas escritas, según las ideas que se me pasan por la cabeza, o apuntes de cosas que quisiera escribir. Tengo una carpeta para los objetos, una carpeta para los animales, una para las personas, una carpeta para los personajes históricos y otra para los héroes de la mitología; tengo una carpeta sobre las cuatro estaciones y una sobre los cinco sentidos; en una recojo páginas sobre las ciudades y los paisajes de mi vida y en otra ciudades imaginarias, fuera del espacio y del tiempo. Cuando una carpeta empieza a llenarse de folios, me pongo a pensar en el libro que puedo sacar de ellos.¨
Personalmente, me resultó muy inspirador. Y aprendí a mirar las ciudades con otros ojos, más allá de lo que refleja una fotografía.
A continuación, un párrafo de Las Ciudades y la Memoria, para quienes nos ponemos nostálgicos al ver las fotos antiguas de nuestras ciudades queridas:
Colectivo en Buenos Aires, 1920. Desconozco el autor de la foto.
Vuelta de Rocha, Buenos Aires. 1890. Desconozco el autor de la foto
¨El hombre que sabe de memoria cómo es Zora, en la noche, cuando no puede dormir imagina que camina por sus calles y recuerda el orden en que se suceden el reloj de cobre, el toldo a rayas del peluquero, la fuente de los nueve surtidores, la torre de vidrio del astrónomo, el puesto del vendedor de sandías, el café de la esquina, el atajo que va al puerto. Esta ciudad que no se borra de la mente es como una armazón o una retícula en cuyas casillas cada uno puede disponer las cosas que quiere recordar: nombres de varones ilustres, virtudes, números, clasificaciones vegetales y minerales, fechas de batallas, constelaciones, partes del discurso. Entre cada noción y cada punto del itinerario podrá establecer un nexo de afinidad o de contraste que sirva de llamada instantánea a la memoria. De modo que los hombres más sabios del mundo son aquellos que conocen Zora de memoria.¨
Lea Las Ciudades Invisibles
City II. Arte digital de Myriam B. Mahiques
Ilustración de Pedro Díaz del Castillo. De la revista Cultural Ariadna
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