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Thursday, September 1, 2011

La controversia acerca del libro ¨Maggie goes on a diet¨ (Maggie se pone a dieta)


Esta controversia me interesó personalmente porque mi hija menor tiene la misma edad de Maggie y por otro lado, conozco la mentalidad estadounidense y me imagino qué puede estar molestando a los neoyorquinos que propusieron un boycott a la venta del libro de Paul Kramer, ¨Maggie goes on a diet¨, próximo a publicarse en octubre. La gente teme que las niñas se sientan mal con sus propios cuerpos y se promuevan las ansias de ser ultradelgadas. Este tema hace años se viene tratando en los medios públicos, basado en las modelos ultradelgadas. Pero, en EEUU he visto revistas que promocionan ropa para gente mayor y gorditas a la par. Y por supuesto, hay talles de ropa para todo tipo de cuerpo, lo que no sucedía en Argentina, los talles llegan a L large y si Ud no encaja en él, pues está destinado a ir a una casa especializada. Lo que para mí, es absoluta discriminación.
Volviendo al tema, Kramer, quien aparentemente no es un gran escritor, dice que el relato es solamente sobre una niña a quien otros niños burlan en el colegio (acá, un punto álgido, cosa de todos los días), toma consciencia de su problema de exceso de peso, comienza a comer más sano, participa del equipo de soccer (fútbol) y logra ser la estrella, con trabajo y esfuerzo.
No veo nada aquí para hacer un boycott, mi hija me ha hablado de niños con sobrepeso en el colegio, y sus vicisitudes, no es para sorprenderse, mas los colegios debieran retirar algunas comidas que ofrecen cargadas de grasa y calorías. Finalmente, somos los padres los que debemos prestar atención al comportamiento alimenticio de nuestros hijos. También creo que detrás de esta polémica están los editores que lograrán más ventas de un librito intrascendente, aunque sea por la curiosidad.  
Lea sobre esta discusión en abcnews:

2 comments:

  1. De eso mi propia experiencia familiar, mi hermana de joven era discriminada por ser gordita. ahora usa mucho ejercicio, pero lo malo aqui es que se consigue nada mas pantalones baratos, los que son chiquitos y de cadera, es todo un rollo. hay tallas grandes pero hay que buscar bien, es parte del pago que tenemos que vivir del capitalismo de hoy.

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  2. Viste Edith, yo no sé ahora, pero en Buenos Aires era un culto a la delgadez absoluta, caminando por los centros principales de moda, sólo están los tres talles básicos y mínimos, cuando vine a EEUU al revés, no encontraba ropa para mi talle, terminé comprando jeans en la sección de teen agers. Un beso,

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