Magritte. Model Rouge. Modelo rojo
Él sabía de mi pasión por usar botas, costumbre originada por los duros inviernos en obras y el peligro de pisar clavos o alambres, así que recibí con agrado los distintos modelos que me trajo, claritas, oscuras, con o sin cordones, de cierres, caladas, de media caña, altas, cortas, con o sin tacos, curiosamente todas de a una, en la variedad, no lograba formar un par. Mi fastidio se aplacó cuando recordé que él era hombre de una sola sandalia, y con pena traté de explicarle que el héroe Jason, también poseedor de un solo calzado, había logrado grandes proezas, entre ellas, obtener el Vellocino de oro.
Mi padre, buen conocedor de los mitos campestres, no se interesaría por los ajenos, y se esfumó de mi sueño silenciosamente resignado, dejándome con la triste memoria de las amputaciones sufridas.
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