Mother and baby. Acuarela de Suset Maakal
He dado con un libro maravilloso de William Ralston Shedden Ralston (1828-1889), quien fuera un traductor del idioma ruso. Ralston nació en Londres y estudió en Cambridge. En 1862 fue convocado en la Barra, pero nunca practicó profesionalmente, sino que trabajó como asistente en la biblioteca del Museo Británico hasta 1875. Visitó Rusia y sus trabajos incluyen The Songs of the Russian People (1872), Early Russian History (1874) y Russian Fairy Tales: A Choice Collection of Muscovite Folk-Lore (1880). A este último libro me refería, y me ha complacido porque no sólo nos cuenta los relatos folklóricos de hadas, espíritus, fantasmas, sino que también, luego de cada uno, nos da una explicación histórica sobre los hechos y el porqué de la narrativa.
Este libro me ha atrapado bastante, y de los cuentos que llegué a leer al día de hoy, rescato uno de una madre muerta, que, me recuerda las pinturas de Egon Schiele y las historias de Poe, aunque es sencilla en su prosa, pues se trata de historias contadas entre pastores y pueblerinos, mas no dejan de tener su triste encanto. Lo que sigue, es una traducción y adaptación personal (modernizada) del texto en inglés de 1880:
En una cierta villa vivía un matrimonio, felices, amantes y en paz. Todos sus vecinos los envidiaban; verlos, provocaba placer a sus amigos honestos. La mujer tuvo un hijo, pero murió inmediatamente luego del parto. El pobre bebé se quejaba y lloraba continuamente. Su padre, estaba desesperado acerca de él, cómo lo amamantaría? Cómo lo criaría sin su madre? Haciendo lo mejor que pudo, contrató a una vieja mujer para que lo cuidara. Sin embargo, el bebé no tomaría comida alguna, sólo lloraría continuamente. Pero, durante gran parte de la noche, él estaba completamente silencioso, durmiendo pacíficamente.
¿Qué significa ésto? Pensó preocupada la mujer, y decidió permanecer despierta para ver qué sucedía. Pues bien, a la medianoche, ella escuchó que alguien abría la puerta muy lentamente e iba a la cuna; el bebé se quedaba impasible y se comportaba como si estuviera mamando.
La próxima noche, y la tercera, sucedió lo mismo. Entonces, ella le contó al padre del niño, quien llamó a sus parientes y les pidió consejo. Ellos convinieron en quedar despiertos alguna noche, y espiar a quien venía a dar de mamar al bebé. Así permanecieron una noche acostados en el piso, y junto a ellos dejaron una luz escondida en una vasija de barro. A medianoche, la puerta de la cabaña se abrió, alguien se acercó a la cuna. El bebé quedó inmovil. En ese momento, uno de los familiares prendió la luz repentinamente. Miraron en estupor, que se trataba de la madre muerta, en las mismas ropas en que fuera enterrada, de rodillas junto a la cuna, sobre la que se inclinaba para alimentar a su bebé de su pecho sin vida.
Al sorprenderse con la luz, ella se paró, miró tristemente a su pequeñito, y luego salió del cuarto sin un solo sonido. Todos la miraron aterrorizados para luego descubrir que el bebé había fallecido.
Dead mother. By Egon Schiele. 1910
http://www.gutenberg.org/files/22373/22373-h/22373-h.htm
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