¨La Ciudad de la Alegría es posiblemente el libro más reconocido de su autor, Dominique Lapierre, en el que se narran las vivencias de varios personajes en un slum (barrio de chabolas) de Calcuta. En él aparece un shaib (un blanco), un cura católico francés llamado Paul Lambert (aunque allí le conozcan como Gran Hermano Paul) cuya misión personal es ayudar a los más necesitados. Más adelante se incorporará otro novedoso personaje, un médico americano llamado Max Loeb, cautivado por el trabajo que conoce que hace allí el francés. Por otra parte, la historia también se va mezclando con la de la familia Pal, con el cabeza de familia Hasari, que deben de migrar a Calcuta para ganarse la vida. Éste tendrá que hacerlo como rickshaw wallah, es decir, tirando de uno de los numerosos carritos que transportan a la gente en la ciudad. El libro es un canto a la esperanza y al amor dentro del sufrimiento y la miseria que se da en los barrios pobres de la India.. Las desgracias se suceden, bien sean provocadas por las inclemencias metereológicas, por factores políticos, por la mafia, por las enfermedades, por las tradiciones... pero el amor y la ayuda que se prestan en situaciones límites hacen cambiar de manera de pensar al cura y, sobre todo, al médico americano, transformándose en una persona diferente.¨
Por mi parte, ví la película de Patrick Swayze antes de encontrar el libro, tirado en una librería en Buenos Aires, de oferta. Tal vez la película no se consigue en los videos, y sospecho si será porque es una historia que parece un documental, donde se muestra la cruda vida de estos habitantes de la India. Altamente recomendable, tanto el libro como la película, porque muestran las costumbres religiosas y sociales de los habitantes, y entre tanta desgracia, la vida de los leprosos discriminados. La moraleja, también hay alegría en medio del horror.
Para aquél que no tuvo la oportunidad de conocer esta novela, aconsejo se prepare. De hecho, la película es muy conmovedora, el libro más aún, al punto que yo lloraba en subtes y colectivos mientras leía sin parar. Al final del libro, el autor da una dirección para donaciones a la India.
Creditos fotográficos
sensacine.com
http://www.sulekha.com
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