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Thursday, February 9, 2012

Cuando la Providencia nos conduce al momento y al lugar preciso

Vivos y muertos. Fotografía de Myriam B. Mahiques

Dentro de los males, es bien cierto que siempre hay algo bueno, la ayuda inesperada que nos alivia a enfrentar los sucesos difíciles. A veces el beneficio que se desprende de un mal viene a muy largo plazo. Un lindo ejemplo, Pip, el niño de Great Expectations (Grandes Esperanzas) quien vive aterrado pensando en el ladrón que lo había amenazado de muerte, al que encuentra de casualidad y signa toda su vida, siendo finalmente su gran benefactor. 
Otros ejemplos, de la vida real: Steve Jobs, quien fuera rechazado por su madre biológica, luego por sus posibles padres adoptivos,  la Providencia quiso que fuera adoptado por una familia que vivía en el Norte de California; el resto de la historia, ya la conocemos todos.
Leon Tolstoi, un aristocrático de cuna, tuvo una crisis espiritual, renegó de sus libros, se dedicó entonces a predicar la paz y ejercer oficios humildes. A Lenin, uno de los personajes más importantes de Anna Karenina le hace decir : “Mi vida no será ya irrazonable, no carecerá de sentido como hasta ahora, sino que en todos y en cada uno de sus momentos poseerá el sentido indudable del bien, que yo soy dueño de infundir en ella”.
El pensamiento de Tolstoi tuvo enormes consecuencias. Su prédica pacifista fue bien leida por uno de sus amigos por correspondencia: Mahatma Gandhi. También influyó a Martin Luther King. (Del artículo de Gabriela Cabezón Camara)
Estuve también leyendo una entrevista de Any Ventura a Andrés Percivale, un periodista argentino, sumamente simpático, de ideas interesantes y puntos de vista objetivos, -al menos así lo recuerdo yo- y la pregunta-respuesta que transcribo abajo me ha hecho reflexionar sobre la relatividad de la ayuda de la Providencia, o de Dios si quieren así decirlo; según él, su enfermedad lo acercó -para bien- a la espiritualidad. El caso de Andrés no tendrá la repercusión del de Tolstoi, pero es válido como un simple hecho en la vida: un viaje malogrado, un amigo enfermo y la bendición de enterarse a tiempo de la enfermedad propia.

Andrés Percivale. Foto de Martín Lucesole

-Uno no es lo que le pasa, es aquello que hace con lo que le pasa. ¿Estás de acuerdo con este concepto?

-Totalmente. A propósito, te quiero contar algo que me pasó. Yo tenía que irme a Italia de paseo con un grupo de amigos. Uno de ellos me llama y me dice que otro de estos amigos se había enfermado, había tenido un ACV, entonces decidí quedarme acá. Ok, me quedo acá, y me digo: tengo quince días para organizar algo. ¿Adónde voy? Y me acordé de Puiggari, un lugar del cual me había hablado tanta gente. Cuando llego, de rutina [lo subraya] te hacen un análisis de sangre, uno de orina y una placa de tórax. Yo postergué esto último todo lo que pude, hasta que finalmente me la hice. Y el último día, el médico me dice: "Usted tiene un tumor en el pulmón derecho, aquí arriba." Me quedé duro, me quedé sin palabras. Salgo de esa oficina y me encuentro con el pastor del Centro Adventista de Vida Sana, que me dice: "Mirá, Andrés, vos tenías que ir a Europa, se enfermó uno de tus amigos y suspendiste. Pudiste venir acá, y acá descubrimos esto. ¿No te parece que la Providencia está de tu lado?" Cuando el médico me dijo: "Usted tiene un tumor", yo pensé: "Qué maravilla esta medicina, las cosas que descubre." Pero la palabra del que me dijo esto es para bien, vas a vivir, esa palabra del alma, fue la de este pastor: "La Providencia está de tu lado, Andrés." Yo me senté en el auto y me vine a Buenos Aires, fui al Hospital Italiano, pregunté qué tratamiento había que hacer y lo hice. La medicina avanza fantásticamente. Pero está desespiritualizada.

Lea la entrevista completa:

4 comments:

  1. Myriam, los misterios son inescrutables como el azar o la entropía. Vivir para contarlo, diría García Márquez.

    Abrazos providentes.
    Sergio Astorga

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  2. Sí Sergio, cómo no pensé en García Márquez? Un beso,

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  3. Yo siempre que Dios siempre se encuentra a nuestro lado, pero sentimos su en nuestras grandes batallas. Siempre es bueno agradecer sus bendiciones.

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  4. Hola Judith, cuando leí las palabras de Andrés, me conmoví y pensaba cuántas veces, en situaciones difíciles, cuando sentimos que todo está mal y no hay esperanzas, siempre surge algo bueno dentro de lo malo, que nos ayuda a seguir adelante. Y no creo que sean casualidades, sino, como dice el Pastor, la Providencia está de nuestro lado. Un beso, gracias por visitarme :)

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