Hoy compartiré un artículo de Guardian.co.UK llamado Top Five Regrets of the Dying, que atrajo mi atención, porque yo siempre pienso si la vida me daría tiempo para viajes, nietos, etc, lo que uno comunmente desea, sin grandes ambiciones y dejando de lado la salud. Y otro pensamiento que me acecha es si estaría consciente en mis últimos momentos para despedidas y reconciliaciones con Dios y humanos.
A mi edad, he decidido tratar de no alimentar rencores que sólo nos lastiman, y acercarme a viejos amigos, generalmente a través de Facebook, lo que me ha dado mucho placer. El resto, vendrá o no, dejo que las cosas sucedan y hago lo que considero mejor para seguir adelante.
Con respecto al trabajo, creo que el esfuerzo o la vagancia está dentro de nuestra naturaleza.
Volviendo al artículo, la enfermera australiana Bronnie Ware, ha pasado muchos años cuidando pacientes terminales en sus últimas semanas de vida. Ella grabó las epifanías de los moribundos en un blog llamado Inspiration and Chai, que ganó tal atención que la motivó a escribir el libro The Top Five Regrets of the Dying. A life transformed by the dearly departing, cuyo bello diseño de tapa en metáfora expresada tan delicadamente, ilustra este post.
No es mi intención comprar el libro, aunque imagino que será una reflexión para que cambiemos el rumbo de nuestras vidas de manera que muramos sin arrepentimientos. Dejo aquí los cinco lamentos:
1) Quisiera haber tenido el coraje de haber vivido una vida fiel (verdadera) a mí mismo y no como los demás quieren que sea.
2) Hubiera querido no trabajar tan duro.
3) Hubiera querido tener el coraje de expresar mis sentimientos.
4) Me hubiera gustado seguir en contacto con mis amigos.
5) Hubiera querido dejarme ser más feliz.
Para reflexionar.....
Myriam, es lo que ahora la ciencia llama inteligencia emocional, que es tan antigua como la consciencia. La emoción y la razón cuando se separan producen conductas aberrantes. Ahora nos damos cuenta que la armonía entre mente y cuerpo es la clave.
ReplyDeleteA veces los años te lo enseñan y otras ni eso.
Abrazos durables.
Hola Sergio, he leído los libros de Coleman sobre inteligencia emocional y artículos varios al respecto, de otros autores. No entiendo bien la referencia que haces porque la inteligencia emocional trata de habilidades ¨inteligentes¨ que no tienen que ver con el coeficiente intelectual. No estoy segura que entienda tu comentario, porque los moribundos se lamentan de comportamientos que no han afectado sus habilidades, sino su calidad de vida o sus sentimientos. Y de pronto ven que ya no hay tiempo para remediarlo.
DeleteSi leés el comentario, estaría encantada que aclares un poco más tu punto de vista, siempre eres bienvenido a comentar.
Un beso,
Hola Myriam, interesantes reflexiones, las tuyas y las del libro, para aplicarnos el cuento y darnos cuentos que la vida es perecedera y hay que gestionarla con inteligencia y sentido común, tu veo que ya te estás aplicando el cuento y yo ya hace tiempo que vengo haciéndolo, porque ya me ha dado un enorme susto en la cabeza de mi marido, al final todo quedó en eso, pero nos hizo tomar conciencia de lo frágiles que somos.
ReplyDeleteUn beso
Gracias Milia por tu visita y comentario. Me alegra que ya haya pasado el susto, nosotros también hemos tenidos los nuestros. Un beso,
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