Francisco de Quevedo. Wikipedia.org
He tenido una semana difícil, en cuanto a sentimientos se trata. Me enteré del deceso de un amigo-colega, más el de un amigo de amigo, que como mi amigo-colega tenía expectativas, ansias de vivir, proyectos. Ambos jóvenes, según mis parámetros. En todo caso, con hijos chicos y adolescentes.
Mientras todo esto invade mi cerebro, me dicen, ¨no te preocupes, nadie se muere en la víspera.¨
No es que me preocupe el más allá, sino lo que me quede pendiente en el más acá y no creo estar aún preparada para ¨el gran evento.¨
En medio de esta crisis de pensamientos, encuentro casualmente este soneto de Francisco de Quevedo, y me pregunto porqué a mis 15 años lo encontraba TAN aburrido (¨Para mañana, lección, Góngora y Quevedo.¨ A esa edad, suena a tortura de Inquisición....) y ahora, lo leo con placer.
Conclusión, estoy madurando y me estoy preparando para la ¨dimensión desconocida¨...
De Francisco Quevedo, Prevención para la vida y para la muerte.
Si no temo perder lo que poseo,
ni deseo tener lo que no gozo,
poco de la Fortuna en mí el destrozo
valdrá, cuando me elija actor o reo.
Ya su familia reformó el deseo;
no palidez al susto, o risa al gozo
le debe de mi edad el postrer trozo,
ni anhelar a la Parca su rodeo.
Sólo ya el no querer es lo que quiero;
prendas de la alma son las prendas mías;
cobre el puesto la muerte, y el dinero.
A las promesas miro como a espías;
morir al paso de la edad espero:
pues me trujeron, llévenme los días.
Quevedo y su sabiduría. El pensamiento madura y rejuvenece a voluntad, ahora sabemos eso. La plasticidad del cerebro está comprobada. Tenemos que aprender esta magnífica posibilidad. Aunque sepamos que no hay salida.
ReplyDeleteAbrazos quevedianos.
Sergio, lo que me pasó con Quevedo, me ha pasado con otros autores, supongo que esta poesía me tomó en un mal momento. Pero si me llega a gustar Góngora, ahí sí habré cambiado, jajaja. Besos,
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