El caso del doctor Jack Kevorkian, tristemente conocido como ¨el doctor muerte¨, dió mucho que hablar en EEUU y el mundo. Condenado a 25 años de prisión por practicar la eutanasia, las opiniones son sumamente controvertidas. Corresponde practicar el suicidio asistido? Es acaso Kevorkian un genio incomprendido? Así lo llamó el escritor y periodista inglés Derek Humphry quien viajó a Colombia para promover la eutanasia y apoyar la labor de la Fundación Pro Derecho a Morir Dignamente, la misma organización que realizó una intensa campaña en 1997 para lograr que la Corte Constitucional convirtiera a Colombia en el único país de América Latina que despenalizara la aplicación de la muerte "a pedido" por parte de un médico. (De http://www.aciprensa.com)
Jack Kevorkian en la revista Times. De google images
Sin embargo, existen otros personajes desconocidos que no poseen estudios de doctor, pero sí el saber suficiente como para ejercer la eutanasia en forma primitiva y eficaz. Son los llamados ¨despenadores¨:
¨en algunos países de América del Sur y Central, existe lo que allí se llama ¨el despenador¨o ¨despenadora¨, que es toda una institución establecida por la costumbre desde tiempos prehispánicos que ha sobrevivido a pesar de la intensa aculturación a que ha sido sometido el Nuevo Mundo por espacio de cuatro siglos y medio. Aún persiste con enorme fuerza y arraigo en algunos medios rurales esta antigua costumbre.
En Argentina y Chile como en Paraguay y Bolivia, según refiere VIVANTE (1950), existe el despenador en el medio rural. Cuando una persona anciana está ya sufriendo demasiado por un padecimiento crónico considerado incurable, o un niño padece alguna enfermedad que también se considera irreversible, la familia decide acelerar el final para que no sufra más. Y así es llamado a la casa el despenador o despenadora, pues de ambos sexos puede ser.
Penetra reverentemente en la habitación del enfermo. La familia respetuosamente se hace a un lado y le deja solo con el familiar moribundo. El despenador varía su técnica en los distintos países. En Argentina y Chile, la técnica utilizada consiste en colocar al enfermo, anciano o niño, estertoroso y sufriente, boca abajo. Seguidamente, el despenador, coloca su rodilla sobre la espalda, toma el mentón con una mano y los pies con la otra, tanteando delicadamente la resistencia, la rigidez o la elasticidad del cuerpo. De pronto, incurva el cuerpo de la víctima en opistótonos forzado, con un movimiento brusco, violento y rápido. Un sordo crujido de huesos rotos o desarticulados, una breve sacudida y es el fin. Coloca luego el cuerpo en posición normal, boca arriba, le cierra boca y párpados, hace la señal de la cruz, reza unas oraciones, medio cristianas, medio paganas (sincretismo religioso) saluda a los familiares y se marcha. Más tarde la familia le pagará generosamente su trabajo. Los familiares, seguidamente, llorando, hacen los arreglos para el entierro.
JOSÉ INGENIEROS, contaba que en Argentina, ¨despenar es un deber de buen amigo y negarse a ello se consideraba como un acto deshonroso, mezcla de impiedad y cobardía¨ (IGLESIAS, 1959)."
REFERENCIAS:
Las fronteras de la medicina: límites éticos, científicos y jurídicos. De José Manuel Reverte Coma. Capítulo Eutanasia. P.104. Madrid, 1983
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