Acabo de leer el último libro de Dan Brown, The lost symbol o El símbolo perdido, edición de tapas duras y con dos ilustraciones de plantas de edificios. Y me siento decepcionada.
No porque no sea entretenido como sus predecesores, es un texto que se lee rápido, atrapante del principio hasta el final, a la manera de las novelas de Sidney Sheldon. El problema reside en que es la misma estructura que el Código de Da Vinci, y hasta diría que podemos anticipar los hechos. Tan poca creatividad ha tenido Brown, que los acontecimientos se desarrollan en una sola noche, con los mismos personajes -que en realidad son otros- y los enigmas de siempre: un amigo experto atacado por un fanático, el maléfico personaje que asesina en pos de su fanatismo religioso, la mujer inteligente que lo acompaña, la directora de la CIA que no sabemos de qué lado está (al menos esta vez es mujer), la persecución policial nocturna, el poder y las sectas u organizaciones religiosas, el Museo como contenedor de los hechos, -el Smithsonian en vez del Louvre-.
Para quienes leyeron el Código de Da Vinci, reconocerán inmediatamente el plot. Esta repetición absurda le quita originalidad y credulidad a Robert Langdon, el profesor de Harvard que se había ganado mi simpatía. Tan absurdo llega a ser, que las personas que han sido torturadas durante la noche, salen al final a pasear por Washington DC para explicarle a Langdon acerca de los misterios de la Ciudad, muy poco creíble, o los paramédicos son demasiado eficientes :)
Lo mejor: Brown da una visión positiva de las agrupaciones masónicas, explicando a lo largo de la trama, los objetivos humanitarios de la organización, los que comprendo porque conozco en California a uno de sus miembros -del rango inferior -que me explicó acerca de ello; aprendí más sobre la arquitectura de Washington DC, un tema relegado en las universidades de Sudamérica. Por supuesto que el libro vino acompañado de una gran propaganda, y, como sucedió en Europa con El Código de Da Vinci, hay un tour por Washington DC según el libro de Brown, y obviamente, también hay ediciones ilustradas.
En fin, el Código y Angeles y Demonios (Angeles and Demons) son más originales.
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