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Thursday, January 19, 2012

¿Cuál es el verdadero valor de un libro?

Un sector de una de mis bibliotecas, los libros ¨acomodados¨ por temas y no por tamaño.

Como imaginarán los lectores, tengo unos cuantos amigos arquitectos y constructores, y nos deleitamos contándonos anécdotas del oficio. Las demoliciones despiertan nuestra curiosidad porque uno nunca sabe con qué se encontrará.
Pues bien, en casa de un amigo constructor ví unos libros clásicos enormes, antiquísimos, sobre una mesa de café. Le pregunté de dónde los había sacado, y respondió -¨Ah, una demolición en casa de  un millonario de Los Angeles, me dió pena tirarlos y le pedí permiso para llevarlos¨.-
Lógicamente, yo tampoco los hubiera tirado! -Y cuánto cuestan estos libros?- Continué, sintiendo el deleite de un anticuario.
-No tienen gran valor-, respondió él, -ya averigüé...-
Al menos estos libros son bien reales, me dió placer pasar las hojas, y no me quedé leyendo por respeto a la fiesta a la que asistíamos.
Hace unos días, ví en el supermercado, unos ¨libros¨ parecidos, totalmente fuera de contexto, qué harían esos libros en un supermercado, en la sección de decoración para viviendas? Al acercarme, descubrí que eran cajas pintadas, algunos estaban abiertos, mostrando su vacuidad, otros cerrados, todos cajas verticales alineadas en unos estantes macizos como de biblioteca. Me causó gracia. El precio, 50 U$S, cada uno, para mí, valían cero. (Dejando de lado el trabajo artesanal del trabajador chino que tanto empeño había puesto...)
Y esta semana, me dispuse a comprar on line, junto a mi hija menor,  un libro que necesitaba para el colegio. Ella sabe que yo tengo una lista de libros ¨a comprar¨, técnicos algunos, otros para ratos de ocio, y así me ofreció comprar en la misma librería uno de los ¨míos¨ para compartir el shipping. En la librería seleccionada, encontré Burnt Offerings, de Robert Marasco, una novela de horror sobre una casa de dueños igualmente siniestros, con el que me tenté luego de ver la película de los ´70 de Karen Black. El valor mínimo del libro, $0.01, para mí, valía parte de mis recuerdos de adolescente, viendo películas de terror los sábados, en el canal 11.
Sucedió que luego de 40 min, llegué a la cuenta final de pago y mi shipping no se descontaba, ambos mi marido y mi hija me miraron divertidos a ver qué decisión tomaba luego de tanto rodeo con los precios; ella dijo -¨no aguantará, no puede echarse atrás!¨-. Y así fue, porque el momento divertido que pasé en familia hizo que mi libro adquiriera un valor agregado mucho más alto, independientemente de ser bueno o no. Eso lo veremos el mes que viene!

4 comments:

  1. Seguramente el millonario de Los Ángeles compró cientos de esos libros falsos que encontraste en el súper, pues irían más con la decoración de su nueva casa.
    Aunque el precio de los libros, con todo y la ley del precio único, sigue siendo muy alto, es un placer enorme adquirirlos. A veces los devoras el mismo día y en ocasiones duermen el sueño de los justos en el librero, pero ahí están, fieles como ellos solos. La compra en línea o en librerías de viejo, por otro lado, es maravillosa porque te encuentras con verdaderas joyas por unos cuantos pesos o, vía Amazon, por centravos de dólar, lo malo para quienes vivimos en México es el precio del envío, pero aún así, mi hija que estudió Letras Inglesas ha conseguido verdaderas joyas, que ya en el librero, no tienen precio.
    Va un cariñoso abrazo.

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  2. Gracias María Eugenia por tu comentario y visita, pues yo amo comprar on line porque tengo la ventaja del shipping, y te diré que hasta ahora no he tenido ningún problema, la condición de los usados siempre fue muy buena. Pero más me gusta ir a la biblioteca de Huntington Beach y comprar varios libros, como son donaciones, también tienen muy buenos precios. Soy de las que se tiran al piso a buscar libros raros, así lo hacía en las librerías de Buenos Aires, podía estar horas adentro... Besos,

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  3. Myriam, me encanta poder comentar después de ustedes. Por desgracia yo he perdido por cuestiones de mudanzas geográficas y emocionales casi todos mis libros mas de 3 000, así es el abarrote pero puedo contarles que en mis tiempos de vida en la ciudad de México compraba un libro diario, mi librería cercana a casa era la Librería Parroquial en la colonia Clavería, eran tres pisos, yo empecé a comprar libros desde primero de secundaria. En Los Álamos, New Mexico la biblioteca era fabulosa, todo free, en Oporto busco libros de viejo en el Centro Histórico y ahora con Amazon se consigue hasta mi libro.
    Casi todos los libros de spanish free ya los tengo.
    Una emoción cibernética. La búsqueda de libros es una aventura en cualquier soporte.

    Abrazo lector.
    Sergio Astorga

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  4. Sergio, ya sé cómo se siente eso de ir dejando libros en el camino... Tengo 40 cajas de ellos en la que era la casa de mis padres. Con mi esposo llegué a la conclusión que es más barato volver a comprarlos que enviarlos a EEUU, además, algunos títulos debiera donarlos, como las enciclopedias de cuando mis hijos estaban en la escuela de ARgentina. Los libros en castellano que más me gustan, me los bajé en pdf, sólo necesito el tiempo de releerlos, luego de leer la cantidad que tengo en espera, jajajaja. Sí, me emociona buscar libros, como sea, en cualquier medio. Gracias por tu visita y comentario!

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