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Monday, April 11, 2011

El origen del nombre del arroyo Maldonado

El primer Buenos Aires, fundado por Don Pedro de Mendoza en 1536. Dibujo de Levino Hulsio para la edición príncipe de Ulrico Schmidl de La Admirable navegación realizada por el Nuevo Mundo entre Brasil y el Río de la Plata entre los años 1534 al 1554. De http://www.temakel.com/histcbaires.htm

Quien haya vivido en Buenos Aires, conoce muy bien el nombre del río -arroyo- que corre entubado bajo la avenida Juan B. Justo. Lamentablemente conocido por tantas inundaciones, claro que el río no es culpable sino el sistema de infraestructura. He encontrado en La Nación, sección Campo, el origen de su nombre, una historia muy curiosa y bella, que supongo será un mito. Abajo, la reproducción del relato en las palabras de Silvia Long Ohni:

Querandíes cerca del asentamiento de Buenos Aires. Google images
Batalla organizada por don Pedro de Mendoza contra los querandíes. Google images

¨Y es que cuando en 1536 Pedro de Mendoza fundó lo que sería nuestra ciudad, Buenos Aires no era más que un grupo de chozas encerradas dentro de una empalizada que las protegía de los indios y las fieras.
Más allá de esa jaula de palo, se extendía una inmensa llanura, la pampa, un desierto inhóspito dominado por la indiada y lejos, un arroyo que corría y que crecía con las lluvias que inundaban grandes extensiones, un arroyo todavía sin nombre cristiano que para ese pequeño contingente de seres esperanzados, hambrientos, renegados algunos, ricos venidos a menos otros, ladrones, marineros, soldados y algunas mujeres, no tenía la menor importancia.
Pero este pequeño grupo de habitantes pronto se vio debatiéndose entre la miseria, el hambre, los peligros que entrañaban las flechas y las enfermedades. Ya no había qué comer: los indios, al principio obsequiosos, se tornaron agresivos y, para coronar el espanto, llegó la viruela y la muerte.
Desde luego, estaba penada con el ajusticiamiento cualquier veleidad de escapar de esa celda de palos en la que reinaba la desolación. Fue dentro de ese macabro escenario donde se produjo un hecho insólito: una humilde mujer, recogida en el atracadero de Sanlúcar de Barrameda, al parecer, enloquecida ante tanto horror, corrió dando gritos de espanto hacia la empalizada, abrió la tranquera y tomó el camino de la pampa, de esa misma pampa que, muchos años después, sería el hogar de nuestros gauchos.
La leyenda recogida por ahí dice que se la llamaba la Maldonado. En su desesperación por salvar la vida, habría caminado y caminado hasta encontrar una especie de cueva junto a un arroyo, pero de inmediato, vencida por la debilidad y el esfuerzo, perdió el conocimiento.
No tardó mucho en recobrarlo, cuando oyó los rugidos de un puma hembra que se encontraba nada menos que a punto de parir. La mujer, ante esa escena, se acercó cautelosa y, en un acto tal vez difícil de comprender, ayudó al animal a dar a luz a su cría. Los temibles rugidos fueron entonces apaciguándose hasta terminar en mansos rezongos. Según se dice, de ahí en más, la madre puma compartió con la mujer el alimento que traía para su cría. Al tiempo, los indios que merodeaban el lugar la vieron paseando con el animal y los cachorros, y, sorprendidos, enseguida sintieron gran respeto por esa mujer que no les temía a las fieras.
Pero un día, la Maldonado fue capturada por soldados del fuerte que habían salido con la misión de encontrar alimentos y, devuelta al poblado, se la condenó a ser atada a un árbol cercano al arroyo para que la devoraran las fieras.
Enorme sorpresa se llevaron los españoles cuando, días después, encontraron a la mujer con vida: la madre puma la había protegido de otras alimañas y la había alimentado.
Puesto en conocimiento don Pedro de Mendoza y habiendo comprobado personalmente éste el extraño episodio, dispuso el perdón y ordenó que se la liberara.
Desde entonces, ese arroyo, hoy en día entubado bajo la avenida Juan B. Justo, fue conocido con el nombre de Maldonado.¨

2 comments:

  1. Que interesante historia, no la había escuchado jamás. Y cuantas barbaridades hizo Don Pedro.... ...... en fin. Saludos!!

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  2. Gracias Silvia por tus comentarios, creo que yo a la larga sucumbiré a la compra de un kindle para llevar a la playa :) Ah, esta historia es lindísima, no? Un beso,

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