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Wednesday, August 11, 2010

Orígenes de las doctrinas del Yin y el Yang y los Cinco Elementos

Yin Yang. Pintura digital de Myriam B. Mahiques
Safe Creative #1108309954334
Gran Muralla china. Imagen de carbularte.blogspot.com

Es importante saber que las distinciones entre los chinos del siglo V AC y los bárbaros, no eran raciales sino culturales, debido al clima. Por ejemplo, se presume que dos grandes dinastías, como la Chou y la Ch´in han tenido orígenes bárbaros y devinieron en chinas por asimilación.
Ser chino significaba ser granjero. El polvo loess amarillo, traído por el viento del Noroeste y las poderosas aguas del río Amarillo, hizo del Norte China un área altamente fértil, de intensos cultivos. El excedente económico colaboró en el crecimiento de una cultura sofisticada. Más hacia el Norte, la geografía previno este desarrollo: los ríos son más bien, arroyuelos, las lluvias escasean y la falta de agua no permite los cultivos intensivos según la manera china.
La amenaza constante de raids de tribus nómadas, hizo que las fronteras culturales y climáticas de China se volvieran militares también. Antes que el imperio Chou comenzara a dividirse en estados guerreros en el SV AC, los reinos sucesivos fronterizos comenzaron a construir murallas a lo largo de los límites en el Norte. Estas paredes fueron luego utilizadas por el primer emperador Ch´in para construir la Gran Muralla, que fue también una barrera simbólica, ya que su extensión en áreas montañosas no tenía sentido, donde las caballerías nómadas no podían llegar.
Gran Muralla china. Imagen de crariosanmarcos.wikispaces.com

La Gran Muralla no previno el contacto entre los pueblos. En las colinas al borde de la llanura había una suerte de tierra de nadie, donde la agricultura china y el pastoralismo bárbaro podía ser practicado por ambos. Estas áreas estaban influenciadas más por las culturas exteriores al Imperio.
Durante el tremendo fermento intelectual que acompañó el período de las guerras entre estados, cada estado tendió a favorecer una o dos de las cientos de escuelas existentes. Una cierta ingenuidad provincial, la simpleza en puntos de vista, o también la influencia de supersticiones bárbaras, condujo a que los gobernadores de Yen adoptaran las doctrinas del yin y el yang y la de la escuela de los Cinco Elementos.
Representación del yin y el yang. Imagen de google images

Los cinco elementos. Imagen de easytaichi.co.uk

Los proponentes del yin y el yang discutían que el universo se regía por una dualidad de fuerzas: el yin (negativo, femenino, oscuro, frío, húmedo, pasivo) y el yang (positivo, masculino, luminoso, cálido, seco, activo). Significativamente, estas fuerzas eran complementarias, al contrario del dualismo persa antagónico –el bien y el mal- que fue adoptado por el cristianismo.
La escuela de los Cinco Elementos sostenía que la tierra, la madera, el metal, el fuego y el agua no eran sustancias físicas sino fuerzas primarias de la naturaleza, siempre siguiendo una a la otra, en un ciclo recurrente. Por lo tanto, estos elementos alternaban su dominio durante los años y controlaban tanto los eventos naturales como humanos, que estaban a su vez interrelacionados. Cada dinastía tenía su elemento, y cada gobernador se suponía que debía elegir el lugar de residencia, el color de sus ropas, su comida, y los actos de administración, según el elemento vigente.
Las doctrinas del yin y el yang más la de los Cinco Elementos pueden haberse originado en prácticas de magia, pero los chinos han encontrado la visión de un universo basado en la armonía, muy satisfactorio intelectualmente. El Feng Shui (viento-agua) es un desprendimiento intelectual de dichas escuelas.
Referencia:
The Forbidden City. Por Roderick MacFarquhar and Editors of the Newsweek book division.  P. 32-33. New York. 1972.

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