Elegí esta foto mía del 2015 para este post, una rosa que es deshojada, maltratada, femenina y masculina en sus formas a la vez.
Me voy a referir al lenguaje y a mis recuerdos de cuando estudiaba inglés. Ningún curriculum tomaba las palabras del día a día, las populares, y en el último año de exámenes de la Cultural Inglesa, uno podia comprar un cuadernillo de diálogos cotidianos para practicar.
Muchos años después, ese cuadernillo resultó totalmente obsoleto y palabras banales, como ¨papel higiénico¨, ¨pinza de depilar¨, ¨misil¨, ¨gender/género¨, etc etc, nunca resultaron parte de la jerga estudiantil.
Pero lo mismo me ha sucedido con el castellano. Luego de tantos años fuera del país, hay un ¨slang¨, idioma particular de una sociedad, que ya no comprendo, se me escapa, frases como ¨estamos en el horno¨ que no tenía idea de su significado, entre otras del léxico argentino.
Para aprender slang, nada mejor que leer los diarios o los posts de social media (¿Cómo se decía antes??).
Puedo sonar antigua y bien recuerdo las críticas acerca del lenguaje de Julio Cortázar, quien se atrevía a ¨escribir al revés¨. Estamos muy alejados del lenguaje pulido de Bioy Casares y Borges.
Pero a veces tocamos los extremos. Estaba leyendo el artículo sobre ¨transgender¨, ¨Transexuales¨ , del cual copio esta introducción:
¨En materia de identidad de género empieza a vivirse un cambio de paradigma mundial que en la Argentina se hace eco: la manifestación de niñxs trans es cada vez mayor, la edad en que empiezan a visibilizarse se reduce y cuando los padres consultan ya no preguntan cómo curo a mi hijx sino cómo puedo acompañarlx con amor. ¨
Y pensé, -ah, siempre los jóvenes bloggeros cometen errores porque los editores no prestan atención en pro de la urgencia de la noticia, y los horrores literarios, la falta de referencias, es algo que sucede diariamente-.
Sin embargo, el artículo continúa con las X y finalmente la autora aclara ¨Por respeto a la norma de uso de los entrevistados, la letra "x" reemplaza la "a" y la "o".
Mis hijos han compartido las aulas de High School en EEUU o secundaria con transexuales que _por ejemplo_ siendo hombres iban a clase con maquillaje y pollera. Lo que es visto como muy normal, excepto por algún profesor cristiano que echó de su grupo al ¨transgender¨.
Unos pocos años atrás, la reina del baile de graduación fue un chico transexual, ampliamente apoyado y votado por sus compañeros. Una gran sorpresa para mí, tal vez casi un disgusto al ser madre de dos mujercitas ¨y porqué ellas no tuvieron nunca la posibilidad de ser reinas¨. Pero fue una forma de mostrar la igualdad a la elección de ¨género¨ o sexo que yo acepto.
A nadie se le ocurriría cambiar el lenguaje en pos de ¨defender al género¨. Es anecdótico, superficial y ridículo, solamente imaginen si los profesores aceptaran en sus aulas chicos con ropa de sexos opuestos, sin ataduras de uniformes.
No sé qué pretendía la reportera Verónica Dema, pero por estos lares suena a chiste y falta de respeto a la lengua castellana.
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