Ya casi termina el año y me siento como de ¨mini vacaciones,¨ con lo cual he elegido un libro que me distraiga de las tareas diarias, y no me haga pensar demasiado.
Sin embargo, Dimiter (2010) nos deja cavilando. He leído algunos reviews y hay opiniones encontradas, en general, a los que no les gustó es por desencanto, con ese diseño de tapa, uno creería que se encuentra con otra novela como El Exorcista, también de William P. Blatty o un tema demoníaco. Pues no, es un thriller y la historia trata de un espía, Dimiter, cuyo nombre traducido es ¨agente del infierno.¨
Muchos no han llegado a terminar su lectura. Hay momentos en que se torna un poco aburrido y confuso, por la cantidad de personajes. Me ha sucedido que si dejaba de leerlo por unos días, no recordaba los últimos pasajes y tenía que releer páginas.
Al principio, el relato me recordó a Legión, el libro que es la continuación de El Exorcista: la cárcel, la tortura del reo en Albania, los pensamientos que vuelven, el amor, los rencores y arrepentimientos; pensé, seguramente Dimiter es un ángel (si el preso fuera Dimiter), o un demonio, o un redentor cuyos objetivos justifican sus acciones; obviamente, con tantas lecturas que llevo a través de mis años, muchas veces acierto el desenlace de una novela; imposible con ésta, me sorprendió muchísimo que habiendo pasado la página 250 de 323, aún no daba con una pista que me ayude a hilar el texto o sacar conclusiones, lo que me produjo una sensación de desconcierto.
Hacia la mitad, se vuelve más interesante, luego de la fuga del reo, la historia sigue en Israel, donde se producen una serie de muertes inexplicables. Y se mencionan cuestiones religiosas, pero como al pasar, no hay un compromiso serio con el tema, como con El Exorcista o Legión. La razón de los acontecimientos e identidades, se develan en unas pocas páginas, en un reporte policial donde todas las piezas caen en su lugar, así, de golpe, lo que me decepcionó. El final, da lugar a varias interpretaciones, con una moraleja bien clara: la de la redención, ejemplificada en Saúl o San Pablo, el asesino de cristianos que se vuelve el fundador de la Iglesia católica.
Siendo un libro de expresión inteligente, aún prefiero El Exorcista y Legión, por el debate de la lucha interna en la conciencia del sacerdote, es lo que más rescato de ambos.