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Sunday, June 17, 2012

Prestar o no los libros. Esa es la cuestión

Imagen bajada de clubdelebook.com

Mi hijo me dice que la anécdota de mi frustrada compra del El Exorcista ya la conté un millón de veces. A cierta edad, algunos libros no se debieran comprar. Creo que yo tendría unos doce o trece años cuando el dueño de la librería de usados me lo quitó de las manos.
En esa época, no había Internet, sin embargo, muchos libros de adultos los leía prestados y en canje por otros de jóvenes esposas de primos de mi papá o simplemente primos mayores -postizos o no-.
Se preguntarán qué dirían mis padres, pues confiaban en mi criterio y jamás me vetaron un libro.
Hace un tiempo, el hijo de un familiar me agradeció que entre su padre y yo lo introdujimos al mundo de la lectura voraz. Su padre, varios años mayor que yo, me recomendaba y prestaba libros que sólo entendería con los años; pero el hábito y la curiosidad quedan.
Hoy los jóvenes pueden leer sobre cualquier tema, sin pedir prestado, pirateando, copiando, bajando..... sin control alguno, salvo que los padres presten atención. Pero el libro prestado tiene un valor simbólico, el que sabemos es implícito ¨No me lo arruines, no lo prestes, no lo dobles, disfrútalo y fundamentalmente DEVUÉLVEMELO¨. Pedir un libro del ¨Círculo de Lectores¨, cuyo precio era extra por ser ¨selecto de tapas duras¨, tenía sus vaivenes, creo que de esos, sólo conseguí un par. Y el libro de colección de hojas de delicadas de Biblia y tapas rojas duras de cuero de Las Mil y Una Noches, jamás logré que mi tía me lo prestara, y con razón, yo era una niña: ¨no te puedo dejar este libro, disculpame, es muy caro¨. Hoy tengo un libro enorme de tapas duras con hojas de impresión baratas, pero a fines de la lectura, no hay problema.
Mi esposo ha prestado libros de arquitectura que nunca recuperó; y el último que yo presté fue Del amor y otros demonios de García Márquez, en el 2007. Y aún no lo recuperé, lo más triste es que sé que el destinatario jamás lo abrió.
Ya no presto más libros, dicen que hacerlo es la mejor forma de perder amigos. Pero hay una nueva modalidad que leí en uberbin.net  que supongo no duele tanto:

Ya se pueden prestar libros en el Kindle
 Sin demasiados anuncios Amazon puso online la función de prestar libros electrónicos en el Kindle y aunque en un primer momento uno puede imaginar que es mas simple copiar de equipo a equipo…. hacerlo vía web está bastante bien pensado. Con entrar en “Manage your Kindle” vas a ver los libros que podés prestar, completás nombre, mail y un mensaje para la persona que querés que lo reciba y el va a recibir un mail con un link para que acepte el préstamo del libro… hacés click, lo descargás, y a los 14 días se borra.

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