Pages

Thursday, April 5, 2012

Llevar un diario ¨íntimo¨ y no fallar en el intento.

Foto del poeta, novelista, crítico literario y traductor italiano Cesare Pavese. Foto bajada de ariseventures.net

Hace unas semanas escribí un post sobre la importante obra de Shei Shónagon, The Pillow Book, o el Libro de la Almohada, es decir, su diario íntimo. Y hoy, leía sobre el escritor Ricardo Piglia quien se propuso publicar su diario -que lleva escribiendo desde 1957- con la colaboración del artista Eduardo Stupía. Recordaba que regalar un diario, era habitual en un cumpleaños de quince femenino, cuántas anécdotas y amores para contar! Tuve el mío, pero no le dediqué mucho y ahi lo dejé. También mis hijas han tenido sus diarios y aún conservo el de la mayor, y me emociona releerlo, también me enoja cuando me critica enfurecida. Ah, sí, se supone es un diario íntimo, pero, con los años le forcé la cerradura (sorry), y ahora, que es mayor de edad, le pregunté si lo quería conservar y me dijo que lo tuviera yo. 
Me estoy yendo del tema, porque nosotras no somos personajes famosos. Al respecto del diario de Piglia, me interesó y comparto la breve nota de Hugo Caligaris para La Nación: 

¨Ricardo Piglia no es el único escritor que ha llevado un diario. Lejos de eso: son muchísimos los que ceden a esa tentación. Alan Pauls explicó agudamente por qué lo hacen: por la pretensión -dijo- de escribir una cotidianidad en vivo. "El escritor mata (o cree matar) tres pájaros de un tiro: la relación con la actualidad (cómo ser contemporáneo), la relación con el lector (cómo saber que me leen) y la relación con la propia imagen (cómo constituirme en escritor visible)." Muchos dudan en la mitad de la tarea: "Ayer me pregunté qué será de estos diarios. Si muriese, ¿qué haría Leo con ellos?", se preguntaba Virginia Woolf. Unos hacen de cada entrada un miniensayo. Otros cuentan, sobre todo, anécdotas. "Cuando repasas tu diario, lo que abre un surco en tu memoria son los apuntes más intrascendentes", dijo Truman Capote. Pero el diario más impresionante del último siglo, el de Cesare Pavese, tiene poco de frívolo. "Hoy, nada", anotó un 25 de abril. "El mayor error del suicida no es matarse, sino pensar en ello y no hacerlo", escribió un 6 de noviembre. Y el 18 de agosto de 1950, en la última entrada: "No más palabras. Un gesto. No escribiré más". Una semana después, Pavese se quitó la vida con una sobredosis de somníferos.¨

Lea acerca de la publicación del diario de Piglia:
¨Uno no se mata por el amor de una mujer. Uno se mata porque un amor, cualquier amor, nos revela nuestra desnudez, nuestra miseria, nuestro desamparo, la nada.¨ Cesare Pavese

2 comments:

  1. ¡Qué triste que después quede todo esto al descubierto!
    Yo escribo en diarios lo que no quiero que vea la gente, el desahogo interno; o tal vez se me "escape en internet por la vía catártica, porque no creo que lo vaya a leer mucha gente, pero si de verdad no quiero que lo lean lo escribo y lo tiro.
    O lo borro al fin.
    Los demás escritos espero que, de tener crítica contra alguien, me los perdonen. Somos humanos. Al menos yo lo comprendería, creo.
    También pienso que no se deberían leer los diarios de las personas que fallecen. Están en un estado de indefensión. Aunque confieso que antes de haber llegado a esta conclusión leí los de Sylvia Plath antes censurados por su marido, también fallecido ya.
    En fin.
    Gracias por hacernos pensar, como siempre, Myriam.
    Un gran abrazo.

    ReplyDelete
  2. Hola Carol, primero, te cuento porqué leí el diario de mi hija. Empezando la adolescencia, una etapa tan difícil, me pareció importante ver si había algo que necesitara yo saber para poder aconsejarla, guiarla. Para cuando le leí el diario, ella ya lo había abandonado. Leo todo lo que escriben mis hijos y cae en mis manos (suelen olvidarse de juntar los papeles, jajaja). Y estoy contigo en el estado de indefensión, no lo había pensado.
    Gracias por tu visita y comentario, un beso, y FELICES PASCUAS!

    ReplyDelete