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Saturday, March 31, 2012

Se levantan las trabas para el ingreso de libros en Argentina


La librería  El Ateneo en Buenos Aires. Foto de Guy Christian


Así como posteé las malas nuevas, ahora le toca el turno a las buenas: 


Parecía un desatino surrealista. Y, afortunadamente, solo duró unos días. La secretaría de Comercio del Gobierno argentino contactó ayer con las principales asociaciones de la industria editorial para comunicarles que las últimas disposiciones habían sido malinterpretadas por el servicio de Aduanas y en unas horas todo volvería a la normalidad. Con esa decisión, el ciudadano común no se verá obligado cada vez que reciba un libro por servicio de mensajería desde el extranjero a pagar el equivalente a unos 50 euros en concepto de tasas y a viajar al aeropuerto internacional de Buenos Aires para retirar su mercancía. Y los editores no tendrán que contratar los servicios de un despachante de aduana cada vez que reciban por mensajería unos cuantos libros.

Siga leyendo en cultura.elpais.com:

 Buenas noticias para compradores de libros. Según informó la Cámara Argentina del Libro (CAL), ayer el sector editorial acordó con la Secretaría de Comercio Interior –a cargo de Guillermo Moreno– que se levanten las trabas para el ingreso al país de los libros que vienen por courier, es decir, un correo privado rápido y que puede entregar puerta a puerta. Los socios de la otra cámara que agrupa a editores, la Cámara Argentina de Publicaciones, recibieron un comunicado en el mismo sentido. Sigue vigente, para las editoriales, la obligación de exportar por el mismo valor que se importa y de pedir una autorización detallando qué se trae. La ley establecía que podían venir por courier envíos de hasta 1000 dólares y de hasta 50 kilos. El sistema se usaba para enviar pruebas de impresión antes de hacer la tirada total, mandarle un libro a un amigo o veinte ejemplares de su propio libro a un autor editado en otro país; ese tipo de cuestiones. Pero hace unos días, nuevas disposiciones obligaron a que el destinatario de un paquete tuviera que ir a la oficina del courier, pagar 60 dólares más IVA e ir a buscar su paquete a Ezeiza. El procedimiento fue detallado por DHL, una empresas líder en este servicio.

Siga leyendo la nota completa en Revista Eñe de Clarín:.

Thursday, March 29, 2012

Quejas por las restricciones al ingreso de libros importados en Argentina


Esta noticia me ha llenado de estupor y vergüenza. Si bien mi blog no es político, no puedo hacer oídos sordos a lo que ocurre en mi país con las restricciones a las importaciones. Dejando de lado las de los grandes comercios, es inusitado que ahora no permitan que los libros importados lleguen a la puerta del comprador. De hecho, a mí me sucedió. Envié 5 ejemplares de mi tesis por correo standard desde EEUU y quedaron varados en el Correo Central, esto fue casi un año atrás. Cuando yo declaré ¨libros de texto¨ y llené la caja frente al empleado del Correo de Huntington Beach, CA, EEUU.
Me acusaron que yo ¨no recordaba las prácticas de mi país.¨ Puede que me hubiera olvidado, cuando yo recibo regalos y envíos de mi familia desde Buenos Aires, en la puerta de casa. Y, si hay algo ¨sospechoso¨, por supuesto se abre para controles aduaneros, como me pasó con la harina de garbanzos....
De La Nación, sección Opinión transcribo y dejo el link para leer todo el artículo:

 Las restricciones al ingreso de libros y revistas impuestas por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, provocaron una fuerte polémica porque obligan a los particulares que compran publicaciones en el exterior a buscarlas en Ezeiza y a editoriales y librerías a recurrir a un servicio de despachante de aduana para los pedidos inferiores a 50 kilos y 1000 dólares. Hasta la entrada en vigor de la curiosa normativa, una persona podía comprar un libro, por ejemplo, en Amazon y el servicio de correo privado acercaba el ejemplar hasta el domicilio. Ahora el comprador deberá ir hasta Ezeiza y esperar una autorización para llevarse lo que compró. En Aduana deberían chequear que la tinta de las publicaciones no contenga cantidades de plomo superiores al 0,05 y el 0,06% en su composición química. Nadie sabe cómo ni cuánto tiempo podría demorar ese tipo de análisis, que fueron adjudicados al laboratorio TUV Reinhald. Desde Santa Fe, el investigador emérito del Conicet, ex titular del Parque Tecnológico Litoral Centro y docente de la UNL Alberto Cassano ya siente en carne propia el faltante de libros científicos en inglés en las librerías de todo el país. "Yo necesito esos libros para continuar mis investigaciones y recientemente, por un envío de una docena de libros que adquirí por Internet, la Aduana de Santa Fe me cobró un recargo del 50 por ciento. Terminé pagando unos 4000 pesos", comentó a LA NACION. En este contexto, escritores e intelectuales argentinos manifestaron su preocupación por el avance de este tipo de medidas que limitan el acceso a bienes culturales. El grupo de intelectuales de Plataforma 2012 criticó con cierta ironía la medida, al sostener que las prevenciones que aduce la Secretaría de Comercio Interior para tomar tal medida se refieren a que las tintas usadas en la impresión pueden contener más de 0,06% de plomo y que, por lo tanto, pueden ser peligrosas para la salud de la población. "Causa estupor que el mismo gobierno que acepta la utilización de sustancias químicas contaminantes en la megaminería a cielo abierto alegue ahora razones de índole sanitaria para tomar una medida tan engañosa como falsa", dijo este grupo, integrado por Beatriz Sarlo, Gabriela Massuh, Luis Felipe Noé, Maristella Svampa y Herman Schiller, entre otros. "Sería bueno escuchar qué opinan de estos acontecimientos los ministros de Educación, de Ciencia y Tecnología y el director de la Biblioteca Nacional, entre otras áreas directamente afectadas por las medidas", agregaron lo intelectuales. El ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, calificó la medida como "inconducente" y pidió a Moreno que "reflexione" para dar marcha atrás con las limitaciones, al opinar que "estamos en un límite muy complicado". Consultada por los efectos de la normativa, la gerenta de la Cámara Argentina del Libro, Diana Segovia, dijo que la nueva disposición es "fuerte porque afecta a los particulares; en el comercio grande es relativamente poco el impacto pero en la percepción es enorme porque ahora un particular no puede recibir su libro o revista como siempre", expresó a LA NACION. (....)Por su parte, Leila Guerriero, periodista y autora, se preguntó por las consecuencias prácticas de esta medida. "¿Los suscriptos a revistas extranjeras tendrán que peregrinar una, dos o tres veces por mes a Ezeiza a retirar ejemplares?"
La imagen acompaña al texto original en La Nación

Wednesday, March 28, 2012

The cultural life of London's cafes

A 1668 illustration showing a contemporary London coffee house Photo: Lordprice Collection / Alamy

The Starbucks on Russell Street near Covent Garden piazza is one of London’s many, cloned coffee shops. Can you imagine walking in, sitting next to a stranger and asking for the latest news? Or slamming a recent novel down next to someone’s coffee and asking for their opinion before delivering yours? It’s not the done thing.
But 300 years ago, precisely this kind of behaviour was encouraged in thousands of coffeehouses all over London. In 1712, the Starbucks site was occupied by Button’s coffeehouse. Inside, poets, playwrights, journalists and members of the public gathered around long wooden tables drinking, thinking, writing and discussing literature into the night. Nailed to the wall, near where the Starbucks community notice board now stands, was the white marble head of a lion with wide-open jaws. The public was invited to feed it with letters, limericks and stories; the best of the lion’s digest were published in a weekly edition of Joseph Addison’s Guardian newspaper, entitled ‘the roarings of the lion’.(...)
Every time you sip a cup of coffee in London, you are participating in a ritual that stretches back 360 years to a muddy churchyard in the heart of the City. London’s first coffeehouse (or rather, coffee stall) was opened by an eccentric Greek named Pasqua Roseé in 1652. While a servant for a British Levant merchant in Smyrna, Turkey, Roseé developed a taste for the exotic Turkish drink and decided to import it to London. People from all walks of life swarmed to his business to meet, greet, drink, think, write, gossip and jest, all fuelled by coffee.(...)


An 18th-century coffee house customer makes his point. Image: North Wind Picture Archives / Alamy

By 1663 there were 82 coffeehouses within the old Roman walls of the City. They arose from the ashes of the Great Fire and went on to survive Charles II’s attempt to crush them in 1675. It concerned the king that for a measly one-penny entrance fee anyone could discuss politics freely. The term ‘coffee-house politician‘ referred to someone who spent all day cultivating pious opinions about matters of high state and sharing them with anyone who’d listen. Although some coffeehouses had female staff, no respectable woman would wish to be seen inside these premises and the Women’s Petition Against Coffee (1674) bemoaned how the "newfangled, abominable, heathenish liquor called coffee" had transformed their industrious, virile men into effeminate babbling layabouts who idled away their time in coffeehouses.The men took no notice and London became a city of coffee addicts. By the dawn of the eighteenth century, contemporaries counted over 3,000 coffeehouses in London although 21st-century historians place the figure closer to 550.(...)
Despite these diversifications, coffeehouses all followed the same formula, maximising the interaction between customers and forging a creative, convivial environment. On entering, patrons would be engulfed in smoke, steam, and sweat and assailed by cries of “What news have you?” or, more formally, “Your servant, sir, what news from Tripoli?” Rows of well-dressed men in periwigs would sit around rectangular wooden tables strewn with every type of media imaginable - newspapers, pamphlets, prints, manuscript newsletters, ballads, even party-political playing cards. Unless it was a West End or Exchange Alley coffeehouse, the room would be cosy but spartan - shaved wooden floors, no cushions, wainscoted walls, candles, the odd spittoon. In the distance, a little Cupid-like boy in a flowing periwig would bring a dish of coffee. It would cost a penny and come with unlimited refills. Once a drink was provided, it was time to engage with the coffeehouse’s other visitors. Conversation was the lifeblood of coffeehouses. From coffeehouses all over London, Samuel Pepys recorded fantastical tales and metaphysical discussions - of voyages "across the high hills in Asia above the clouds" and the futility of distinguishing between a waking and a dreaming state. Listening and talking to strangers - sometimes for hours on end - was a founding principle of coffeehouses yet one that seems most alien to us today.


REFERENCE:
Excerpt from the article by Dr. Matthew Green. Telegraph.co.uk
Read the article in full:

Monday, March 26, 2012

El Monje. The Monk. Por Matthew Lewis


Acabo de leer The Monk o El Monje en español, de Matthew Lewis y he quedado bastante sorprendida. Esta es una de las primeras novelas góticas, publicada en 1795, escrita en sólo diez semanas y cuando Lewis contaba sólo con 19 años de edad. Fue la fuente de inspiración de otros autores como Jane Austen y Bram Stoker.
Todos los atributos de las novelas góticas se encuentran concentrados aquí, la arquitectura tortuosa de castillos, sepulcros, bóvedas, los amores que cuando no correspondidos conducen a la tumba, los espectros, las leyendas, la brujería, y más allá de eso, el pecado, la blasfemia, la corrupción.
El Monje fue un best seller de la época, criticada favorablemente por Lord Byron y el Marqués de Sade. Pero también fue tema de escándalo, se la atacó como ¨indecente y blasfema¨,  más aún considerando que Lewis a los 21 años fue electo miembro del Parlamento y, si bien  la primera edición fue anónima, para la segunda, no resistió mostrar su autoría como ¨M. G. Lewis, M. P.¨, lo que enfureció a Coleridge, quien en Critical Review, concluyó que ¨si el autor de El Monje firma como legislador, ellos temblaban.¨ Por esa razón, la segunda edición fue ¨suavizada¨ en algunas partes.

Matthew Gregory Lewis, por Henry William Pickersgill, 1809. Wikipedia.org

El personaje principal es Ambrosio, un monje que es abandonado por sus padres en un convento, en extrañas circunstancias. Él es criado en la fe católica con todos los terrores al castigo infernal que podamos imaginar en Madrid, en la época de la Inquisición. A los treinta años, él es un orador espléndido, que arrastra multitudes, y aquí surge su primer pecado: la soberbia, el saberse amado por todos. Hasta aquí, no pasa de ello, ya que el monje nunca había cruzado las puertas del Monasterio. Pero, el demonio se inmiscuye y por medio de una enviada que se infiltra en el claustro, comienza a tentarse con los placeres carnales. Cada vez más, hasta llegar a cometer incesto, violación y homicidio.
Hay otras historias entrelazadas con el accionar de Ambrosio, siendo la más importante la de la hermana Agnes, quien, obligada por una promesa de padres supersticiosos, debe tomar los hábitos contra su voluntad, y también sucumbe a la tentación pero, esta vez por amor. De este único traspié, del cual se arrepiente inmediatamente, ella queda embarazada. Al enterarse, es condenada por la Abadesa a la pena máxima del convento: quedar encerrada por el resto de su vida, en las bóvedas del sepulcro del convento, encadenada en medio de cadáveres putrefactos y alimañas.
Con respecto al autor, se supone que el personaje de la cruel Abadesa y la madre de Ambrosio ( no sabremos hasta el final quién es) está en parte inspirado en su historia personal, su madre deja al padre para vivir con otro hombre, no obstante sigue en contacto con Matthew.
La venganza se da a través de toda la trama, y el final, el castigo, es contundente, atroz.
Los lectores se preguntarán si me gustó? Sí, no obstante tener algunas subtramas ingenuas a los ojos del SXXI, debiéramos leerla con la mente puesta en el SXVIII, y las preguntas que surgen del texto son extensivas a la actualidad: 
¿Somos producto de lo que nuestros padres han hecho de nosotros?
¿Cómo ha influído la enseñanza religiosa a lo largo de nuestras vidas?
¿Somos capaces de resistir las tentaciones?
¿Qué nos espera en el más allá y cómo es el infierno, un estado, un lugar dantesco???
¿Es justo que en pleno SXXI los sacerdotes continúen con el voto de castidad? (No es necesario que hablemos de las consecuencias, para eso leemos los diarios...)
He buscado si había alguna película, y sí, la hay pero no estoy segura de poder conseguirla, es la película francesa de Dominik Moll, protagonizada por Vincent Cassel. Me encantaría verla.

Thursday, March 22, 2012

En Italia se pide que La Divina Comedia se quite de las aulas por antisemita y racista



Abandonad toda esperanza, los que aquí entráis: La Divina Comedia, el clásico medieval de Dante, ha sido criticada por racista, antisemita e islamofóbica por una agrupación que pide que se la retire de las aulas.
El poema épico, escrito en el siglo XIV, se divide en tres partes y sigue el viaje del poeta por el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso. La obra es considerada una de las piedras angulares de la literatura mundial. Pero la organización italiana Gherush92, que asesora a organismos de la ONU en materia de Derechos Humanos, quiere que se la elimine de los programas escolares, o al menos se la utilice con más precaución,
Gherush92 eligió algunos cantos de la obra como blanco: el canto XXXIV del Infierno, que habla de Judas, a quien Lucifer roe entre sus dientes, y el XXVIII, en el que aparece Mahoma abierto “desde el mentón hasta donde se ventea”, así como el XXVI del Purgatorio, que muestra a los homosexuales bajo una lluvia de fuego. La obra, afirma el grupo, difama al pueblo judío, califica al islamismo de herejía y es homofóbica.
“No propugnamos la censura o quemar libros pero nos gustaría que se reconociera que en la Divina Comedia hay contenido racista, islamofóbico y antisemita”, le dijo Valentina Sereni, presidenta de Gherush92, a la agencia de noticias Adnkronos. “El arte no puede estar por encima de toda crítica.” La escena cultural italiana salió en defensa la obra. El crítico y autor Giulio Ferroni calificó los comentarios de “otro desvarío de la corrección política, combinado con una total falta de sentido histórico” y agregó que la Divina Comedia debía ser leída en su contexto histórico. “Se podrían incluir algunas notas pero sería una locura abandonar el estudio de una obra maestra que ha contribuido a construir la imagen de la humanidad.”



REFERENCIA:
Traducción de Elisa Carnelli de la nota de The Guardian en
Las ilustraciones son de Gustav Doré para La Divina Comedia, S XIX. Bajadas de Google images

Tuesday, March 20, 2012

Juegos de Dominio

Olympus. Pintura digital de Myriam B. Mahiques


El alarido de la jirafa conmovió a la multitud que recorría por fuera la jaula urbana; algunos dijeron que gesticuló con terror humano cuando el tigre blanco saltó a su garganta; intentó correr, pero el recinto estaba atestado de animales, era un espectáculo inquietante verlos así, salvajes, restringidos en su albedrío, pero capaces aún de defender su territorialidad o su dominio entre las especies de su reino.
El dueño del circo gozaba del éxito de erigir la selva anómala de hierros y sangre, y partió lentamente a difundirla con los vagones de rarezas humanas, recorriendo las calles concéntricas de la ciudad amurallada. Los vítores, los aplausos, la música y las risas se fundieron con el llamado desesperado de los cuernos de los vigías en las torres, quienes soplaron con todas sus fuerzas al divisar la polvareda y sentir vibrar los cascos de caballos allende los muros, hasta en los meros cimientos de la ciudad. Más arriba, en el Olimpo, los dioses sonrieron y doblaron las apuestas.

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Monday, March 19, 2012

Yo, Matías en París


“Sendra es una especie de cómico natural. Colecciona chistes por la calle y después entra en la redacción y se los cuenta a todos. Algunos son malos, otros regulares y otros muy buenos.” Así, Jorge Aulicino, Editor General Adjunto de Ñ, la revista cultural de Clarín, presentó ayer, en el Salón del Libro de París, a Fernando Sendra. Junto a ellos: imágenes de su serie más popular, “Yo, Matías”, mostraban el estilo y los personajes que Sendra entrega cada día a los lectores de Clarín.
El humorista nacido en Mar del Plata en 1949, aprovechó esta charla ante un auditorio que empezaba a descubrirlo para hablar de ese niño que cautiva a tantas personas todos los días. Matías surgió como personaje secundario en la tira de un compadrito, “Prudencio, el reflexivo” y a principios de los 90 fue ganando espacio a partir de los diálogos desopilantes con la madre, que nunca aparece pero a quien se escucha.

REFERENCIA:
Foto y texto de 

Friday, March 16, 2012

El libro de la almohada o¨The Pillow Book¨ o ¨The Book of Observations¨ de Shei Shonagon

Shei Shonagon, ilustrada en el período Edo


Con mucho placer, he vuelto a ver, The Pillow Book, la película de Peter Greenaway traducida al español como ¨Escrito en el Cuerpo¨, lo cual, no es traducción correcta, porque ¨Pillow Book¨ hace alusión al libro de Shei Shonagon, también conocido como ¨The Book of Observations¨.
La primera vez que la ví, me concentré en la expresión artística de la caligrafía china y japonesa pintada en los cuerpos; me fasciné y me dejé llevar por las bellas imágenes como de libro que presenta Greenaway. No hay nada que me disguste de esta película; pero tanto arte me hizo pasar por alto la mención al libro de Shei Shonagon. Creo que ahora, que tengo unos años más, me dió melancolía cuando la tía de la protagonista lee la lista de 26 acciones o cosas propuestas por Shei Shonagon que la hacen feliz. Al final, la joven establece su propia lista, y realmente me sentí emocionada.
Leamos de Wikipedia:
¨Sei Shōnagon (c. 968 - entre 1000 y 1025), fue una escritora japonesa que vivió en el siglo X, durante la Era Heian, conocida por su diario 'Makura no Sōshi' ("El libro de la almohada").
Su vida es poco conocida. Se discute cuál era su nombre real, aunque la opinión más extendida es que se llamó Kiyohara Akiko. Su sobrenombre está formado por la combinación de un título protocolario ("Shōnagon", tercer subsecretario de Estado) y un apellido familiar ("Sei" es la pronunciación china del carácter con que se escribe la primera parte del apellido de la autora, "Kiyohara", que significa "campo puro").
Era hija del poeta Kiyohara no Motosuke. Gracias a la destacada situación de su padre, logró convertirse en dama de compañía de la emperatriz consorte Fujiwara no Sadako, esposa predilecta del emperador Ichijō.2 Presumiblemente se casó o convivió con Tachibana no Norimitsu, con el que tuvo un hijo, Tachibana no Norinaga. También se desposó con Fujiwara no Muneyo y de esta unión tuvo una hija, Koma no Myobu. [cita requerida] Por otra parte, se le atribuyeron numerosos amantes.
A la muerte de la emperatriz consorte, Sei Shonagon permaneció entre siete y diez años aún en la corte y, posteriormente, se ordenó religiosa budista. Hasta el final de su vida vivió errante, manteniéndose gracias a las limosnas, entre la isla de Shikoku y los alrededores de la capital.
Su obra más importante, Makura no Sōshi ("El libro de la almohada"), era su diario personal, el cual era costumbre que se guardara bajo la cabecera de la cama (de ahí el nombre). El libro de la almohada está compuesto por una serie de listas en las que la autora enumera elementos de la realidad cotidiana, como por ejemplo, cosas que emocionan, cosas que producen una sensación de suciedad, cosas que no pueden compararse, etc. Jorge Luis Borges seleccionó, anotó y tradujo esta obra con ayuda de María Kodama.
Además del Makura no Sōshi, compuso la colección de poemas Sei Shonagon-shu. Es, también, una de las poetisas que parecen en el Ogura Hyakunin Isshu, juego de cartas tradicional en el que son fundamentales la memoria y los conocimientos poéticos de los participantes.¨
http://es.wikipedia.org/wiki/Sei_Sh%C5%8Dnagon


Versión de ¨El libro de la almohada¨ recopilada por Yashiro Hirokata a principios del S XIX. Imagen bajada de http://www.historiajaponesa.com/2011/09/el-libro-de-la-almohada-de-sei-shonagon.html


De Wikipedia en inglés:
The Pillow Book is a book of observations and musings recorded by Sei Shōnagon during her time as court lady to Empress Consort Teishi during the 990s and early 11th century in Heian Japan. The book was completed in the year 1002.
In it she included lists of all kinds, personal thoughts, interesting events in court, poetry and some opinions on her contemporaries. While it is mostly a personal work, Shōnagon's writing and poetic skill makes it interesting as a work of literature, and it is valuable as a historical document. Part of it was revealed to the Court by accident during Shōnagon's life. The book was first translated into English in 1889 by T. Purcell and W. G. Aston. Other notable English translations were by Arthur Waley in 1928, Ivan Morris in 1967, and Meredith McKinney in 2006. The Dog Pillow is an Edo period parody.

De una página de estudios japoneses incorporo más información:


Sei Shônagon, a lady-in-waiting to Empress Teishi (or Sadako), left a journal of anecdotes, impressions, and commentary called The Pillowbook (covering the years 986-1000 CE) that has become a valuable source for the court society and cultural life of the Heian Period. Sei’s description of natural scenes and phenomena are admired for their vividness and subtlety, their both poetic and painterly evocation of lighting and color, temperature and the tactile. It is a product of a lifestyle lived in wooden residences surrounded by verandas, and whose walls were panels and latticed screens that could be opened up to the outside, bringing the sights, sounds, and scents of nature into the inside. The first passage below in effect taught the specific appeal of each of the four seasons for the rest of Japanese cultural history. The particularly close and subtle appreciation of nature within daily life is one of the most important legacies of Heian women’s writing to Japanese culture.

Source: Morris, Ivan, trans., The Pillowbook of Sei Shônagon. London: Penguin Books, 1971.


Escena de la película ¨The Pillow Book¨, de Peter Greenaway. De http://www.cinencuentro.com/2006/03/09/escrito-en-el-cuerpo-1996/


Shei Shonagon en una ilustración del SVII tardío. De Wikipedia.org
Y finalmente, del capítulo I de The Pillow Book, el texto llamado ¨La Belleza de las Estaciones¨. Lo dejo en la traducción original que será mejor que la mía. Les pido a los lectores de habla española que por favor usen el traductor a la derecha del blog, arriba.

The Beauty of the Seasons
In spring it is the dawn that is most beautiful. As the light creeps over the hills, their outlines are dyed a faint red and wisps of purplish cloud trail over them.
In summer the nights. Not only when the moon shines, but on dark nights too, as the fireflies flit to and fro, and even when it rains, how beautiful it is!
In autumn the evenings, when the glittering sun sinks close to the edge of the hills and the crows fly back to their nests in threes and fours and twos; more charming still is a file of wild geese, like specks in the distant sky. When the sun has set, one’s heart is moved by the sound of the wind and the hum of the insects.
In winter the early mornings. It is beautiful indeed when snow has fallen during the night, but splendid too when the ground is white with frost; or even when there is no snow or frost, but it is simply very cold and the attendants hurry from room to room stirring up the fires and bringing charcoal, how well this fits the season’s mood! But as noon approaches and the cold wears off, no one bothers to keep the braziers alight, and soon nothing remains but piles of white ashes.

Wednesday, March 14, 2012

A book about the first lady in architecture

Elizabeth Wilbraham (1632-1705). From http://www.independent.co.uk/a


How could I miss it? Well, of course I didn´t know anything about Mrs Elizabeth Wilbraham, who was Britain´s earliest female architect. And, it´s stated at John Millar´s book that she was ¨the right hand¨ of Christopher Wren. From The Independent, the review of the book ¨First Woman Architect¨, expected to be published in 2012:


Wotton House, is seen related to Buckingham House. Supposedly Wilbraham participated in the design. From http://www.architectsjournal.co.uk/

Lady Elizabeth Wilbraham was the first woman architect, and she not only tutored the young genius Christopher Wren, but helped him design 18 of the 52 London churches that were commissioned by him following the Great Fire of London in 1666. This apparently extraordinary claim is due to appear in a book, First Woman Architect, being prepared by the American historian (and ex-Charterhouse public schoolboy) John Millar.
Millar's claims will cause a furore among Wren scholars. "Some," Millar tells me, "have already said I can't be right, simply because they haven't heard of it." Neither, presumably, have Tony and Cherie Blair, who bought the South Pavilion of Wotton House in Buckinghamshire two years ago for £4m – Wotton House being one of Wilbraham's pieces de resistance, according to Millar.
Millar is putting Wilbraham on a pedestal at precisely the moment that British women architects are objecting to being stashed under their professional pedestal: the Royal Institute of British Architects' president-elect, Angela Brady, has launched a campaign to get architectural practices to employ women designers as 50 per cent of their staff; the figure is currently 19 per cent.
But Elizabeth Wilbraham remains a tantalising figure: now you see her, now you don't. She is not mentioned in substantial books about Wren's life and architecture by authors including Paul Jeffrey, Margaret Whinney, Bryan Little, Adrian Tinniswood or, most recently, the slab of research by Lisa Jardine titled On a Grander Scale.
"The Wren connection is problematical, of course," admits Millar. "There is no smoking gun. My book will show what connections there are. Wren had no time to learn architecture until he was 33. Of all the people who could have taught him – and there were very few architects in the UK in the early 1660s – Wilbraham's style is by far the closest to his, based on her documented buildings. The 18 City churches she designed for him share a number of unusual design features with other documented Wilbraham designs – details that don't show up on Wren's other buildings."
In a century when it was inconceivable that any woman should openly pursue a profession, Wilbraham managed to practise architecture more or less secretly, and was centrally involved in the design of up to a dozen houses for her wealthy family.

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Monday, March 12, 2012

No quisiera importunarlos

Calavera de Quecholli. Manipulación digital de Myriam B. Mahiques

Las antiguas creencias establecen que el alma es inseparable del cuerpo, de allí la importancia del entierro, el encierro post mortem y el rito final; no se trata de demostrar los lamentos sino de contentar al muertito para que no vague etéreo por el mundo. Sin embargo, hecha la ley, hecha la trampa para el día en que salgo a la luz en el mes de Quecholli; no quisiera importunarlos, mas comeré de los frutos de vuestro trabajo, beberé el aguamiel de los héroes, me reiré de Ustedes con mi boca desdentada, los observaré ofrendarnos detrás de la máscara del diabillo, bailaré con la Parca, les haré cosquillas de papeles picados al aire, y cuando esté satisfecho, volveré a mi morada subterránea, a descansar un año más, mientras Ustedes sufren el día a día.
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Saturday, March 10, 2012

The Soloist. El Solista (Cuando la fama se acrecienta por la desgracia ajena )

Nathaniel Ayers, el solista. Foto de LATimes.com

La primera vez que leí una columna de Steve López, periodista autor de The Soloist, fue hace años, dí de casualidad con un artículo suyo sobre una familia que tenía un jardín muy bonito, que venían cultivando desde hacía años en un área de Los Ángeles que estaba asediada por gangs; me interesó el esfuerzo de esta gente, los comentarios de los vecinos, cómo el barrio se fue degradando. No sé porqué no me guardé el link y cuando quise releerlo, busqué por todo LATimes.com y me fue imposible encontrarlo; así tuve oportunidad de leer otras columnas de López, todas muy interesantes, porque él tiene un don: el de ¨oler¨ historias que cautivarán al público, y contarlas de manera correcta, sencilla y conmovedora.
López deja un email de contacto, le escribí dos veces solicitándole me envíe el link, y jamás me respondió. Automáticamente, lo catalogué del tipo que jamás hablarían una palabra de español, de los que no asisten a nadie salvo a sus propios intereses. Curiosamente, en el libro, López dice que muchas veces le escriben tildándolo de mexicano (volvete a México!) o de portorriqueño (volvete a Puerto Rico!). No me extraña, se ¨huele¨ que tiene una actitud comercial. Lo que no le impide ser talentoso.

Nathaniel Ayers, 2005. Foto bajada de LATimes.com

Sin embargo, El Solista o The Soloist es una historia espléndida, y me ha servido para tener a López en mucha mejor consideración; y no me refiero ya a su bondadosa actitud, sino a la sinceridad con que manifiesta sus sentimientos. O al menos así lo veo yo.
Cuando López encuentra de casualidad, a Nathaniel Anthony Ayers, tocando en una calle de Downtown Los Angeles, un violín de dos cuerdas, presiente que tendrá una buena columna. Traba conversación con él, y el músico le cuenta que había estudiado en Juillard, un prestigioso conservatorio de New York. Lo cual, es increíble, tanto por la situación de extrema pobreza de Nathaniel, como por ser negro, qué persona de color estudiaría en esta costosa institución de blancos?
Investigando, descubre que es cierto, y que su exitosa carrera a la que había sido asignada un par de becas, se frustra cuando se vuelve ezquizofrénico.
La primera columna sobre Ayers, despierta la compasión de muchos lectores, quienes escriben al periodista ofreciéndole mandar instrumentos para el ¨sin techo¨. Éste es el punto de partida para que López se involucre cada vez más con Nathaniel, intentando ayudarlo, sacarlo de la calle, buscarle asistencia, y lo más importante, que recupere su carrera, hasta donde pueda.
Y luego, surgen la preguntas personales del autor, como cargo de consciencia, corresponde que una persona se haga cada vez más famosa a costa de la desgracia ajena?
¿Puede existir la amistad entre dos personas tan distintas, de contextos tan ajenos? Muy poco probable, sí se puede generar sentimientos mutuos.
Y lo más importante, porqué creería que Nathaniel sería feliz fuera de la calle, inmerso en un mundo de reglas? ¿Quién se creería él para inmiscuirse en la vida de otro y forzarlo a cambiarla?
Comparto con López su inquietud acerca de hacer algo más que su trabajo diario, algo que sea digno y deje una huella en la ayuda al prójimo. Yo también creo que siempre podemos hacer algo más, que sea útil para otros, lo que sea. De lo contrario no tendría cuatro blogs y, cada tanto veo los frutos...
Hay una duda que me carcome, porqué López llevaría a su casa a Nathaniel, lo invitaría a compartir el desayuno-almuerzo (brunch) de Pascuas en familia, sabiendo de su comportamiento tan cambiante, que oscilaba entre la amabilidad y la violencia. Desconozco si surgió otra columna a través de esta visita, doy por seguro que sí; él único que puede responderme es el mismo López, pero ya sé que no se molestaría en escribirme, tan ocupado estará buscando material para escribir. No obstante, le mandé un saludo por el reciente deceso de su padre. (Tal vez le mande un email, y me lleve una sorpresa).

Steve Lopez. Google images

Le pregunté a mi esposo, qué opinaba acerca de escribir sobre la desgracia ajena y ganar en el intento cada vez más fama -y dinero-. Y me respondió: ¨Si escribe bien, ayuda a una persona, y de paso gana dinero, este hombre es un genio!¨. Un lindo gesto, una porción del dinero de los derechos ha sido para Nathaniel Ayers. Y la tapa del libro, una bella imagen, muy discreta, de un cello apoyado en un fondo azul, nada de sensacionalismos mostrando fotos de gente dando pena, ya basta con ver tantas imágenes on line de Skid Row, la calle de los homeless, drogadictos, ladrones, insanos, en Los Angeles, a unos minutos en auto a Beverly Hills.
Impresiones personales de lado, The Soloist es un excelente libro, bellamente narrado, una acuarela del lado oscuro de las calles de Los Angeles, una historia donde cada uno veremos reflejado a algún conocido o familiar que sufre de ezquizofrenia; un homenaje a la labor de tantos psiquiatras y asistentes sociales que forjan sus carreras ayudando a los desposeídos.

Para leer las columnas sobre Nathaniel A. Ayers:

Thursday, March 8, 2012

Trabajos Forzados. Cuando el escritor debe trabajar para subsistir


Tal vez el título del post no sea el correcto; de hecho, escribir profesionalmente, es de por sí un trabajo. Que alcance para subsistir o mantener una familia, es otra cuestión.
Cuando voy a la biblioteca, y me divierto por horas en la sección de venta de libros usados, veo que la mayor parte de los títulos de novelas de EEUU son de mujeres. Y, justamente, me surge esta reflexión: las mujeres norteamericanas escriben novelitas porque se divierten, mientras los maridos trabajan. No puedo evitar pensarlo, ni siquiera me detengo a leer los comentarios de las contratapas. Mi actitud no quita mérito a algunas autoras, aunque, sinceramente, siento como un tabú el comprar novelas de mujeres estadounidenses y estimo que las de los hombres son más serias y profesionales, porque han de empeñarse en ganar el sustento diario.
Leía en La Nación, la reseña sobre el libro Trabajos Forzados, de la italiana Daria Galateria. No será un best seller, pero toca un tema que es interesante, el de los autores famosos que debieron salir ¨a trabajar¨ en algo totalmente distinto a las letras, para mantenerse. Y el dilema de ser especialista en un tema: ¿Se es menos profesional por tener una actividad alternativa? Pues yo creo que no, pero a los ojos del público, tal vez sea un descrédito. Se supone que el profesional lo es tanto como para no necesitar vivir de otra actividad, a no ser que sea algo tan distinto que lo ¨desenchufe¨. Personalmente, opino que todo trabajo es digno, y como lo muestra Aldous Huxley, en Un Mundo Feliz, todos tenemos una posición en nuestras vidas.
Para ilustrar el post, transcribo parte del artículo de Eduardo Berti:

En esta foto tomada en un campo de ovejas, en agosto de 1897, se cree que Jack London es el hombre joven en el grupo de la derecha, el segundo desde la izquierda. Foto de Frank LaRoche. http://www.skagwaynews.com/alaskan2003.html
Borges y Bioy Casares. Google Images

En el prólogo a su libro, Galateria dice que muchos escritores, para mantenerse, han tenido que trabajar e indica que a comienzos del siglo XX estos trabajos "llegaron a ser extravagantes y, a veces, rozaban lo extremo". Fue el caso de Jack London, quien desembarcó en Klondike a finales de 1897, durante la primera fiebre del oro. "Aquel invierno vivió en una cabaña abandonada, rodeado de lobos. Transportaba maletas por la nieve y cuesta arriba: millas y millas cargando con ciento cincuenta libras de peso. Se sentía más fuerte que los indios y lleno de salud", relata Galateria. Pero, paradójicamente, cuando London escribía, sentía dolores de espalda. La columna vertebral, que había respondido "lealmente" en los momentos más duros, lo obligaba ahora a doblarse en dos, como si tuviera reumatismo.
Todavía más fabulosa fue la existencia de Blaise Cendrars. Vendedor de joyas en Rusia, fogonero en Pekín, apicultor en Francia, cazador de ballenas en Noruega, pianista de cine (como Felisberto Hernández) y cargador en un matadero de Nueva York, en los años 20 -tras su accidentada participación en la guerra-, fue invitado a Brasil por el rey del café, Paulo Prado, quien le ofreció una vasta extensión de tierra. Terminó embarcándose en una ambiciosa empresa de importación y exportación, que fracasó de manera estrepitosa.
Más o menos por esos años, Máximo Gorki hizo también de todo. Cuando era adolescente, formó parte de una banda que se dedicaba a robar leña. Luego trabajó en una fábrica de galletas. Fue pescador en el mar Negro, vendimiador en Besarabia y descargador en Odesa. Llegó incluso a ser empleado en una zapatería de señoras. (...) En el capítulo consagrado a Gorki, Galateria rescata cierto momento en que alguien le hace notar al aún aspirante a narrador que en las novelas francesas, que a él tanto le gusta leer, los personajes no trabajan ni hacen nada concreto para ganarse el pan. Algo por el estilo parece ocurrir con el perfil público de los escritores y con la incomodidad que suele instalarse al hablar de sus "segundas profesiones": el tema se silencia y se vuelve casi tabú o, muy al contrario, en contratapas o solapas fáciles de parodiar (Alice Munro lo hace, por ejemplo, en su relato "Material") puede hallarse una enumeración de oficios "colorida" y heterogénea: "panadero, instructor de golf, mozo de bar, reparador de líneas telefónicas...".
"La especialización es algo valorado en cualquier clase de trabajo -reflexiona al respecto Galateria-. ¿Cómo tomar en serio a un profesor si fuese, a la vez, cerrajero? Al mismo tiempo, desconfiamos de los intelectuales puros a quienes se los considera 'en las nubes'. No tuvieron este dilema los escritores encarcelados o los que, más simple aún, se dedicaron a vender las joyas falsas que creaba su mujer, como lo hacía el poeta Aragon."
Aparte de ser un compendio de anécdotas reveladoras, Trabajos forzados permite apreciar con nitidez diversas posturas entre obra literaria y vida. ¿Trabajar en algo mecánico, que "ocupe" poco la cabeza? ¿Trabajar de día o de noche? ¿Ir cambiando de empleos a fin de acumular experiencias? ¿Trabajar lejos de la literatura o en sus muchos arrabales: periodismo, traducción, etcétera?
Galateria cree, por ejemplo, que diversos escritores resolvieron utilizar sus oficios como una forma de "acercarse a la gente común" y menciona en tal sentido a George Orwell, quien en 1928 renunció a la policía birmana persuadido de que "si quería convertirse en escritor, debía desistir de todos sus privilegios, coloniales y de clase, y conocer la vida de los marginados".
"Hay escritores que prefirieron dedicarse a ciertos trabajos en total contradicción con la escritura, para tener así la mente libre", afirma Galateria. Las páginas acerca de T. S. Eliot muestran que se hallaba muy a gusto entre los números y las tareas bancarias. "Trabajaba en un sótano, inclinado, 'como un pájaro negro en un comedero', sobre una mesa repleta de cartas." Cuando Geoffrey Faber (uno de los fundadores de la editorial Faber & Faber) vio que había encontrado a un poeta que además era un eficiente contador, no dudó un solo instante y le ofreció el cargo de director editorial. "La poesía no me ha sido de gran ayuda para mi carrera bancaria: en cambio, mi trabajo bancario me permitió escribir mis poemas -razonaba Eliot-. Por la noche no tenía el espíritu envenenado por el trabajo del día. Entonces pude cumplir dos vidas intelectualmente distintas."
Georges Perec era ya bastante famoso por sus libros, pero así y todo no renunció a su empleo de documentalista en un laboratorio médico, mientras que Saint-Exupéry prefería pensar que su verdadera ocupación era pilotear aviones.
Franz Kafka fue agente de seguros toda la vida. Trabajaba en la aseguradora Generali de ocho de la mañana a seis de la tarde. Años después obtuvo un empleo similar (pero de menos horas semanales) en el Instituto de Seguros de Accidentes Laborales del Reino de Bohemia. Las notas de servicio atestiguan que "el doctor Kafka es un empleado que trabaja mucho, dotado de un talento y de una dedicación excepcionales". El hijo de un colega diría años más tarde que muchos lo consideraban "una especie de santo". (....)

LOS RIOPLATENSES
"La leche cuajada limpia el organismo del hombre; dentro de él, ensancha su vida." Un trabajo alimenticio en más de un sentido ("La leche cuajada La Martona-Estudio dietético sobre las leches ácidas") fue quizás imprescindible para sellar la amistad entre Borges y Bioy Casares y, más aún, para el alumbramiento de ese curioso álter ego llamado Bustos Domecq. "Mis tíos, los Casares, me encargaron, un poco como para estimularme en la literatura -aunque parezca un tanto absurdo-, un folleto sobre las virtudes de la leche cuajada y el yogur. Pagaban 16 pesos la página, que era bastante dinero. Yo sabía que Borges estaba pasando momentos de estrechez económica y le propuse que hiciéramos eso juntos", recordó Bioy en una entrevista que le hizo Tomás Barna, en 1997.
El talento de Horacio Quiroga como fotógrafo hizo posible que acompañara a Leopoldo Lugones en una expedición a Misiones, financiada por el Ministerio de Educación. El viaje fue determinante en la vida de Quiroga, quien hasta entonces había trabajado en un taller de reparación de maquinarias y herramientas o como maestro de castellano en el Colegio Británico de Buenos Aires.
Aparte de las "medias con punteras y talón reforzado con caucho o derivados" que patentó en 1934 (y que no lo volvieron rico ni se comercializaron, pero que depararon décadas después uno de los mejores cuentos de Ricardo Piglia), aparte de ése y otros intentos de inventos, Roberto Arlt tuvo mil y un oficios. "Dependiente de librería, aprendiz de hojalatero y de pintor, mecánico y vulcanizador, electricista en un taller de compostura de fonógrafos, director de una fábrica de ladrillos, trabajador en el puerto, corredor de papeles", enumera Pablo Montanaro en Roberto Arlt, el arte de inventar .
(....) Nacido en Italia, emigrado a los 12 años a la Argentina, Antonio Dal Masetto aprendió castellano leyendo libros que elegía al azar en la biblioteca de la ciudad de Salto, "A los 18 años, se instaló en Buenos Aires", cuenta Natu Poblet, gran admiradora de su obra. "Fue albañil, pintor, heladero, vendedor ambulante de artículos para el hogar, empleado público y lo que fuera necesario para sobrevivir." (...)
Leopoldo Marcechal fue bibliotecario y maestro. Ernesto Sabato era doctor en Física y logró una beca para investigar las radiaciones atómicas en el Laboratorio Curie, de París, gracias al Premio Nobel argentino Bernando Houssay. Librero de barrio, Isidoro Blaisten fue asimismo publicista y fotógrafo de niños. Héctor Tizón fue, hasta hace poco, juez del Superior Tribunal de Justicia de la provincia de Jujuy. Martha Lynch fue secretaria en los años sesenta de Arturo Frondizi, con quien se la vinculó sentimentalmente y al que retrata en La alfombra roja . Osvaldo Soriano llegó a ser futbolista en Cipolletti y cierta vez le contó a Cristina Mucci que "estaba bastante contento de serlo". Marco Denevi estudió Derecho, pasó por el periodismo y acabó asegurando: "Vivo de todo lo que escribo, pero no todo lo que escribo es literatura".

Tuesday, March 6, 2012

Recordando a El bebé de Rosemary, comparando con la película Grace


Ésta es la tapa de la primera edición de 1967. Wikipedia.org

Los lectores del blog ya me conocen y saben bien cómo me gustan los libros de suspenso-terror, son mi relax entre otros que nos hacen meditar.
Sin embargo, el libro de Ira Levin de 1967, El bebé de Rosemary (o La Semilla del Diablo, en España), que leí en castellano hace muchos años ya (luego de ver la película, elemental Watson!) lo he bajado ahora en inglés y pensándolo bien, no me interesa releerlo todo, sino el final. Un final que debo haber leído cuatro veces ya, esos desenlaces de los cuales uno pasa otra vez las escenas determinantes, y se pregunta, qué ha pasado, cómo se ha dado vuelta la historia....
Recordemos que Rosemary y su esposo Guy, se mudan a un hermoso departamento y tienen planes a futuro. De pronto, él recibe un trabajo asignado a otra persona, que a su vez, ha tenido un accidente fatal. No ha sido obra de la casualidad, él ha hecho un pacto con el demonio, a través de sus vecinos, brujos ellos, y por esto deberá ofrecer un niño, su propio bebé, futuro hijo de Rosemary, claro está.
He recordado esta historia con un poco de angustia, meditando en la aceptación del hijo que no es ´normal¨, que tiene comportamientos insanos, desquiciados, extraños.... hijos al fin.
Rosemary descubre finalmente dónde esconden a su bebé recién nacido; está atónita, viendo el aquelarre sin participar, su mirada fija en el moisés negro, el niño en su interior llorando, y ese llanto que la conmueve y le da fuerzas para declararse su madre, no importa de quién o qué, es su madre, sin discusión alguna, aunque los ojos del bebé demuestren que hay algo inhumano en él. Y así lo acepta.
En la película Grace del 2009, la beba demuestra rechazo a la leche materna y placer por la sangre humana; su entorno huele pútrido, las moscas la rodean. Se trata de una beba caníbal, que las críticas interpretan como una consecuencia de haber permanecido muerta en el vientre materno, y por alguna  razón -milagrosa- revive. Lo que no dicen las críticas, pero yo encuentro sumamente sugestivo, es la aversión de la abuela a la dieta vegan de su nuera embarazada, sumado a la telepatía que experimenta ante la muerte de su propio hijo y el amamantamiento del bebé; la abuela parece presentir y vivir estos eventos, al punto que mediante masajes (algunos eróticos) logra sacar leche de sus pechos inertes. Es como si la alimentación del bebé fuera en represalias de la postura vegan, todo ello inducido indirectamente por los deseos de la abuela que desea reemplazar a su hijo.


Una escena de la película Grace. La madre intenta alimentar a su bebé con sangre de res. Imagen bajada de thegeekcouch.com

En ambas películas-libro, la alimentación es un punto a tener en cuenta, qué es lo ideal para que el bebé nazca sano, y en Grace los vegetales se exhiben en estado de cuasi putrefacción o de tal modo que daría asco pensar en ellos; Rosemary, también se hace un licuado, tan absolutamente verde que parecería alienígeno; su contenido: huevo crudo, gelatina, hierbas varias y ¨tannis root¨, aparentemente un pseudo vegetal -raíz- que resulta ser una especia del demonio. Comida, salud, estética, principios médicos-gastronómicos-antropológicos van de la mano y surge la discusión: parto natural doméstico o en hospital? ¿Es válido sentir los verdaderos dolores del parto, sin anestesia de por medio? (A mí me tocó, sin planificarlo, y no comparto la teoría del dolor...)
Demonio en un caso, caníbal en otro, ambos bebés son adorados por sus madres, así les tocó y lucharán con fiereza para que no les sean arrebatados. A continuación, unos párrafos del final del Bebé de Rosemary, cuando ella decide cuidarlo y alimentarlo, a pesar de esos extraños ojos amarillos: ¨Apuesto a que pensabas que (la leche) viene en biberones; pues no, viene en madres, y yo soy la tuya.¨ Me disculpo por ser ¨spoiler¨ para quienes no lo hayan leído:


Una escena final del Bebé de Rosemary, un film de Roman Polanski con Mia Farrow y John Cassavetes (1968) imagen de google images

"Then what does he look so worried for?" Rosemary said. "The poor little thing. Look at him."
"In a minute," Roman said. "I have to attend to my guests. I'll be right back." He backed away, leaving her alone.
"Word of honor I'm not going to hurt you," she said to the baby. She bent over and untied the neck of his gown. "Laura-Louise made this too tight, didn't she. I'll make it a little looser and then you'll be more comfortable. You have a very cute chin; are you aware of that fact? You have strange yellow eyes, but you have a very cute chin."
She tied the gown more comfortably for him.
Poor little.creature.
He couldn't be all bad, he just couldn't. Even if he was half Satan, wasn't he half her as well, half decent, ordinary, sensible, human being? If she worked against them, exerted a good influence to counteract their bad one . . .
"You have a room of your own, do you know that?" she said, undoing the blanket around him, which was also too tight. "It has white-and-yellow wallpaper and a white crib with yellow bumpers, and there isn't one drop of witchy old black in the whole place. We'll show it to you when you're ready for your next feeding. In case you're curious, 1 happen to be the lady who's been supplying all that milk you've been drinking. I'll bet you thought it comes in bottles, didn't you. Well it doesn't; it comes in mothers, and I'm yours.¨


 Triste nota al margen: la película Rosemary´s Baby fue filmada en el piso de Manhattan donde vivía John Lennon, asesinado en 1980. Sharon Tate, la esposa de Roman Polanski, fue asesinada por un fanático religioso (Charles Manson) en 1969, estando ella embarazada. Fue una noticia que conmovió a los medios y es recordada al día de hoy.

Sunday, March 4, 2012

Ojos azules

Lluvia en el mar. Pintura digital de Myriam B. Mahiques
Y cuando creía que mi parte racional te había olvidado, allí estaban tus ojos, mirándome desde el semblante afable del empleado en el mercado; aunque sin el reconocimiento de nuestros momentos vividos, hubiera querido reflejarme en esos encantadores ojos almendrados y de un azul profundo como el agua del mar que envolvió tus cenizas.
Y cuando ya me había conformado con tus ojos, te hiciste presente de cuerpo entero, en mis realidades alternativas; me siento como un náufrago en el mar tormentoso que te devuelve en retazos... creo que me dejaré hundir, para finalmente encontrarte en el abismo.
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