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Friday, April 22, 2011

Una interpretación actual y poco Kafkiana del cuento ¨La Madriguera¨ (The Burrow)


Como es habitual, un cuento de Kafka de 1923-24,  ¨Der Bau,¨ tiene tantas interpretaciones –jamás declaradas por el autor- como nombres le han asignado: ¨The Burrow¨, ¨La Madriguera¨, ¨La Obra¨, ¨La Construcción¨, ¨La Guarida,¨ entre otras traducciones.
Lo he leído con aflicción e inmune a imaginar que la intrincada madriguera es una metáfora del útero materno donde el animal (se presume un topo) de carácter humano, descansa en posición fetal, esperando ansioso la llegada inminente de varios pequeños enemigos, que luego decide es sólo uno, de tamaño considerable.
Durante el curso de su vida, él construye, reconstruye, destruye y repara parcialmente su laberinto subterráneo, afanado en evitar el acceso del enemigo invisible y proteger la cámara –central?- más voluminosa donde atesora la mayor cantidad de sus provisiones.
Tampoco he  interpretado en el relato los conflictos personales de Kafka habitualmente vertidos en su obra, ni las referencias alimenticias –huevos, manteca, chocolate- de su copiosa correspondencia a Praga desde Berlín, ni el terror que lo invade en una ciudad que es foco de la Primera Guerra Mundial, donde el desempleo había alcanzado casi el millón de personas y la violencia e inflación ascendían en progresión geométrica.
Mi sensibilidad y recuerdos me alejaron de toda objetividad; ví en la sangre derramada por la cabeza del animal moldeando paredes a golpes, el sacrificio de mi padre para terminar de levantar su casa en diez años; los prejuicios intelectuales en la no aceptación de la imperfección de todas las propias casas; la pérdida del sentido de libertad en la preocupación por los seres que desde afuera o desde las entrañas de la tierra, amenazan con tomar la guarida, al extremo que su dueño sale de ella para cuidarla, y en su determinación, corre el riesgo de perderla.
Releí con el corazón oprimido las últimas noticias de mi querida ciudad Buenos Aires, las conocidas de siempre, las viviendas usurpadas, las penurias de los intentos legales por recobrarlas, los ¨entendimientos¨ o acuerdos económicos con los supuestos ¨sin techo¨-actitudes que el topo desecha por imposibles-: ¨Sé bien que no puede suceder tal cosa, y que en el instante que nos miremos mutuamente, más, en el momento cuando meramente adivinemos nuestras presencias, desnudaremos ciegamente nuestras garras y dientes, ninguno de nosotros un segundo antes o después del otro, ambos llenos de un nuevo y diferente hambre¨.
Nuestra casa es parte de nosotros mismos; como le consuela el animal, ¨Qué me importa el peligro ahora que estoy contigo? Tú me perteneces, yo a ti, estamos unidos; qué puede dañarnos?¨
Tal vez las bestias estén  acechando y materializando sus cuevas demasiado cercanas a las nuestras, pero, en defensa del principio de territorialidad ¨mi madriguera no puede tolerar vecino¨. 

Campamento en la calle México, Buenos Aires. Foto de Marcelo Omar Gómez para La Nación.
http://www.lanacion.com.ar/fotos/5807

NOTA: las traducciones son personales de la tercera edición de New York, 1972, del libro The Great Wall of China. Stories and reflections. Compilación de cuentos de Franz Kafka.
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2 comments:

  1. Bueno, los escritos de Kafka no son mi estilo de literatura para leer, pero dicen que es un buen escritor dentro de su genero. Gracias por ilustrarlo. Besos. Judith

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  2. Hola Judith, sí son muy ¨sesudos¨, pero a mí me gusta ese tipo de libros, claro que hay que leerlos con tranquilidad. Mi absoluto preferido es la Colonia Penal.
    Un beso ,

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