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Tuesday, November 30, 2010

Presentación ANTIFICHUS


Terminando el año del Bicentenario, CCEBA y PEQUEÑO EDITOR presentan ANTIFICHUS, un álbum de 500 figuritas, un libro, un antimanual, que recorre visualmente los momentos clave de la historia argentina de los últimos 200 años.
Presentan: Juan Carlos Romero, Langer, Enrique Longinotti, Ral Veroni y los hermanos Rapa, Sole y Andrea Carballo en videoconferencia desde España.
Para más información: Centro Cultural España Buenos Aires

Encuentro EDITORIALES ALTERNATIVAS en Buenos Aires

Imagen de cceba.org.ar


EL 17/12/2010 A LAS 19:00 HS. En CCEBA SEDE FLORIDA 943
Un diálogo acerca de la edición en medios alternativos con un taller de elaboración de libros de cartón y retazos de tela. Una reflexión sobre el proceso de elaboración de contenidos y su estética creativa.
Previamente se proyectará el corto de animación ABUELA GRILLO (2009).
Aunque tiene menor difusión que la publicada por los monopolios editoriales, la literatura llamada "alternativa" es tan válida en cuanto a calidad y forma como la literatura tradicional. Sobrevive gracias al impulso de personas empecinadas en darla a conocer a través de sus pequeñas editoriales.
Este encuentro combina el diálogo acerca de la edición en medios alternativos con un taller de elaboración de libros de cartón y retazos de tela, haciendo de este particular encuentro una relación entre el proceso de elaboración de contenido y la de su estética creativa.
Corto de animación ABUELA GRILLO
Este proyecto audiovisual elaborado en 2009, fue realizado en The Animation Workshop, una de las escuelas de animación más prestigiosas en Dinamarca y Europa, gracias al trabajo conjunto de animadores bolivianos y daneses. Con el apoyo del Gobierno de Dinamarca y las gestiones de The Animation Workshop, Nicobis, Escorzo, la Comunidad de Animadores Bolivianos y la Fundación Solón.
Para más información: Centro Cultural España Buenos Aires

Sunday, November 28, 2010

La decisión correcta

Whisky. Pintura digital de Myriam B. Mahiques

Tenía los papeles ante sí y los firmó sin titubear, sin escuchar los pro y cons que se le explicaban y no importaban, porque ya había meditado con el corazón acerca de este hecho que la convirtió en una autómata caminando por los pasillos atestados del Hospital General, conduciendo luego inmune a los bocinazos en la autopista.
Sacó las pastillas del botiquín, tomó una, iría por más pero prefirió la botella de whisky. Se sirvió un vaso, luego otro, otro más.... Necesitaría años de esos vasos para sentir que la desconexión de su hijo había sido una decisión correcta.
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Carlos Gardel, la voz del Río de la Plata

Ilustración del libro bajada de Revista Eñe de cultura


Cuando se cumplen 75 años de la muerte del "zorzal criollo", la editorial Libros del Zorro Rojo publica "Carlos Gardel, la voz del Río de la Plata".
La novela gráfica reúne a dos de los grandes del género. El citado José Muñoz y el guionista Carlos Sampayo llevan décadas dignificando las historias ilustradas. Aquí, de nuevo, su trabajo es de re-creación, construyendo un relato a partir de fragmentos de la biografía del mito que, alguna vez, también fue persona.
"Carlos Gardel, la voz del Río de la Plata" comienza de la mejor de las maneras posibles, con un sugerente texto de Julio Cortázar publicado en la revista "Sur" de Buenos Aires, en 1953.
La falta de datos reales sobre la vida de Carlos Gardel, y la polémica sobre si nació en Toulouse o Uruguay, facilita lo que tiene de ficción la propuesta del dúo Muñoz-Sampayo, que sitúan el inicio de su novela gráfica en un debate televisado en el que dos "expertos" enfrentan sus antagónicas visiones sobre el maestro de maestros. A partir de ahí, los personajes se van perfilando para preguntarse sobre su propia identidad, el desasosiego o la imagen que causan en los demás.
FUENTE:
Texto tomado y adaptado del artículo Publican una novela gráfica sobre Carlos Gardel, de Albert Lladó. Especial de La Vanguardia

Saturday, November 27, 2010

El Cruce

Foto de vecindad.com

Si bien sabía que debían llevar lo mínimo e indispensable, vió a su padre envolver con un nylon las fotos de la familia y lo imitó, cargando sus bolsillos con pequeños grandes recuerdos. No se le había explicado mucho sobre la naturaleza del viaje, salvo que ya estaba lo suficientemente crecidito como para ayudar a la familia y que tendría tiempo de completar sus estudios algún día. Aparentemente nada serio que debiera causar tanta angustia en la madre.
Había imaginado un micro enorme como su desilusión, cuando notó que sólo se trataba de un camión de mercancía, -humana?-, con hedor a orina, sudor y otro olor que intuyó más tarde: miedo. Pero su cuerpo resultó ser animal de costumbre, y al cabo de interminables días de traqueteo, ya se adormecía en su delirio, ansiando desesperado el agua, que se le ofreció colmando el río que debían vadear en la noche. Demasiado agotado para preguntar porqué habrían de llegar a ¨la banquina¨, en vez de ¨la orilla¨, se sumergió cabeza baja en el lodo, tal se le indicaba, hasta llegar al otro río de asfalto serpenteante, absolutamente desconocido para él y los otros campesinos. Vió las luces fugaces acercarse, tantas blancas y rojas en ambos sentidos; sintió el empujón de su padre arrastrándolo a lo hondo, rápido, rápido, a su lado la otra familia, tomados de la manos, todos corriendo en la fría madrugada de San Diego, sin prestar atención al rugido de los autos, sólo interrumpido por el sonido de unos golpes secos y certeros. Se detuvo un instante, pero la marea lo siguió empujando, hasta las colinas cercanas. Se tiró agobiado en el pastizal, sus sollozos más agudos que los gritos de las víctimas y las sirenas ululando abajo, sacó las fotos destruidas y le cuestionó al padre si el cruce de la frontera había valido la pena.
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Thursday, November 25, 2010

The origins of Thanksgiving

The first Thanksgiving. From Google images

¨Thanksgiving began as a sober Christian celebration of God's providential mercies. Thanksgivings were not automatic annual events, but proclaimed only when communities prospered; when they did not, a day of penitent fasting might be declared instead. This Calvinist custom, imported into the New England colonies, is where the holiday of Thanksgiving got it start.
But because we often tailor history to suit our needs, it has been assumed that the tradition began in Plymouth in 1621. Actually, there never was a single "first Thanksgiving" from which all subsequent holidays followed. The Plymouth celebration was not a religious holiday, but rather a secular harvest festival. Forgotten by later generations, it played no role in Thanksgiving tradition until it was rediscovered in 1841. Americans, looking to history for reassurance during the regional tensions that followed the Era of Good Feelings, recruited the conciliatory Pilgrim event to become their emblematic Thanksgiving origin - and thus the holiday we know today was, more or less, born.
And as the original New England Thanksgiving grew more secular, it became an early winter holiday custom that eventually spread throughout the entire nation. Some regions - Virginia in particular - resisted the adoption of this Yankee holiday, although Jefferson Davis proclaimed a nationwide Thanksgiving before Abraham Lincoln did. And while Lincoln did declare the first in the modern sequence of Thanksgivings in 1863, Thanksgiving did not become a legal holiday until 1941.¨
From New York daily news. Excerpt from the article Carving up Thanksgiving myths: Pilgrims and turkeys are more symbol than history. By James Baker.

Wednesday, November 24, 2010

Recordando a León Tolstoi

LEON TOLSTOI A LOS 80. La imagen fue tomada por un pionero de la fotografía color, Prokudin-Gorsky, en 1908. Bajada de Revista Eñe de cultura.

He leído varios libros de León Tolstoi, y si bien, no es de mis favoritos, siento cargo de conciencia por no haber terminado Guerra y Paz. Me lo prestó un amigo y finalmente, debiendo viajar, lo devolví con pesar. Ya han pasado cien años de su muerte, y reproduzco entonces, In Memoriam,  la nota de Gabriela Cabezón Camara para revista Eñe de Cultura:
Imagen bajada de grupodeestudiosgomezrojas.wordpress.com

¨Todas las familias felices se parecen entre sí; pero cada familia desgraciada tiene un motivo especial para sentirse así”. Con esta oración se abre Anna Karenina , esa novela enorme que León Tolstoi terminó de escribir en 1877. Entonces tenía 49 años, una gran familia y era considerado uno de los más grandes escritores rusos. Hacía no tanto, en 1869, había escrito su otra obra maestra, Guerra y Paz . Faltaba poco para que fuera considerado no sólo un gran escritor sino un gran hombre. Y un poco más para el día del que se están cumpliendo 100 años: el 20 de noviembre de 1910, cuando Tolstoi murió, a los 82, en la casa del jefe de la estación de Astapovo, adonde llegó después de 10 días de viaje. Huía de su familia.
Pero empecemos por el principio: Lev Nikoláyevich Tolstoi nació en Yasnaya Poliana, Rusia, en 1828. Hijo de una antigua familia noble y fue criado con todo el lujo y los privilegios. Eso fue su infancia. Después, fue un joven aristócrata tan preocupado por la cacería, la moda y los bailes como sus pares. Fue parte del ejército durante la Guerra de Crimea. Fue un borracho que se jugó a las cartas su propia casa. Y la perdió.
Hasta acá, nada demasiado sorprendente. Pero cambió Tolstoi. Cuando ya era el autor de esas dos obras maestras, Guerra y Paz y de Anna Karenina , y no podía pedir más prestigio ni fama, cambió. Tuvo una crisis espiritual. Volvió a su pueblo, a sus campesinos. Creó escuelas y una pedagogía para que los chicos aprendieran a escribir. Vivió en una casa sencilla. Ejerció el oficio de zapatero. Renegó de sus libros: de Guerra y Paz dijo que fue una “orgía a la que me entregué de cuerpo y alma” y que sentía “arrepentimiento y vergüenza” cuando lo leía.
La muerte de Iván Illich fue una obra bisagra en la vida de Tolstoi: cuenta la historia de un hombre que sabe que va a morir. Y busca una verdad, un sentido para la vida que está perdiendo y que le parece vacía. Termina encontrando un sentido, pero uno que niega toda su vida: tal vez a su autor temió que le pasara algo parecido. Es que todavía no estaban en boga las teorías que separan al escritor de su obra y muchísimo menos las que hablan de la muerte del autor o de la autonomía de la literatura. Tolstoi afirmó: “Ustedes creen que yo soy una cosa y mi escritura otra. Pero mi escritura soy yo”. Creía, además, que la literatura servía para algo mucho más grande, inimaginable para un autor del Siglo XXI: para difundir el bien. Ni más ni menos. Como le hace decir a Levin, uno de los personajes más importantes de Anna Karenina : “Mi vida no será ya irrazonable, no carecerá de sentido como hasta ahora, sino que en todos y en cada uno de sus momentos poseerá el sentido indudable del bien, que yo soy dueño de infundir en ella”.
El pensamiento de Tolstoi tuvo enormes consecuencias. Su prédica pacifista fue bien leida por uno de sus amigos por correspondencia: Mahatma Gandhi. También influyó a Martin Luther King.
Claro que además le trajo problemas: quiso ser coherente y renunciar a sus riquezas. Su familia, especialmente su esposa y madre de sus 13 hijos, se opuso. Murió huyendo de conflictos como este.
Es que las convicciones fuertes a veces generan conflictos. Su crisis espiritual lo llevó a hacerse cristiano. Y su cristianismo, a ser excomulgado de la Iglesia Ortodoxa rusa, que no soportó sus críticas y uno de cuyos voceros declaró ayer mismo que no podían revocar la excomunión de Tolstoi ni aun cien años después de su muerte. Lo consideran “co-responsable de la revolución de octubre de 1917, que condujo a la caída del imperio de los zares y, tras la toma de poder de los comunistas, a una represión de la Iglesia sin precedentes”. Tolstoi había escrito una carta al zar pidiendo la abolición de la propiedad privada. Lenin reconoció que había descripto las condiciones que llevaron a la revolución. Pero murió siete años antes, predicando la no-violencia.¨

Sunday, November 21, 2010

Fragmentos, poemas, notas personales y cartas de Marilyn Monroe



FUENTE:
La Nación Revista, edición impresa domingo 21 de noviembre 2010. Reproducida on line. Fotos en La Nación.

¨Una personalidad intelectual y artística que pocos podíamos sospechar, ni siquiera los biógrafos y los exegetas más atentos. Los documentos que este volumen saca a la luz revelan otra Marilyn respecto de la imagen que el cine ha dejado de ella", dice Antonio Tabucchi en el prólogo que escribió para Marilyn Monroe. Fragmentos, poemas, notas personales y cartas (Seix Barral), un compendio de intimidades de la actriz mito. ¿Cómo habría sido la historia si en lugar de poseer esa extraordinaria belleza hubiese sido una mujer de aspecto corriente?, se anima a preguntarse el lingüista italiano más adelante, y se responde, por ejemplo: "Habría publicado en vida lo que leemos ahora y probablemente se habría suicidado". Lo cierto es que las anotaciones que Norma Jean Baker -tal su verdadero nombre- dejó en cuadernos sin fecha, los poemas volcados sobre hojas sueltas en cuartos de hotel, y su cuaderno Livewire rojo, entre otros manuscritos y cartas mecanografiadas, revelan hoy esa "otra cara de la Luna" a la que alude Tabucchi.¨(...)
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Saturday, November 20, 2010

Sin Curriculum Vitae

Textos. Arte digital de Myriam B. Mahiques

Seis meses después del dichoso ataque a huevazos y harina, sus sentimientos se definían en una sola palabra: desesperanza. La lucha era encarnizada entre los que llevaban años de profesión, e inexistente entre los recién graduados. Nadie seleccionaría a un pichón, teniendo tantos pájaros revoloteando desempleados.
Miró la pila de clasificados acumulados sobre su escritorio y empezó a hacer orden, al menos ocuparía su tiempo por un rato. Debajo de ellos, asomó la carta pendiente, demorada por su desazón, desde hacía un mes. La sostuvo un instante, dudó, la llevó al buzón y la olvidó, para recordarla a los tres días en la voz impersonal de la secretaria del otro lado de la línea -¨El jefe quisiera verla esta tarde¨-.
Juntó un par de trabajos de estudiante, se vistió casi formal para la ocasión, y con un nudo en el estómago se encaminó a su primera entrevista laboral.
El jefe la recibió amable, le explicó la política de la empresa, le preguntó sobre ella,  su experiencia, y ante el sonrojo y las palabras tímidas, cambió astuto de tema; invitándola a recorrer las nuevas instalaciones, sintió aflojarle las tensiones.
Con la incertidumbre carcomiéndole las entrañas, la joven volvió a hundirse en el sillón de clientes y esperó la sentencia final.
-¨Recibimos 300 cartas desde que publicamos el aviso, y ayer hemos contratado a otra persona. Pero le daremos una oportunidad en un puesto afín, Ud, ha cumplido mis expectativas.¨-
Sorprendida, se preguntó qué expectativas podría despertar una carta de siete líneas, NO, NO!, de siete renglones, porque su máquina de escribir la había traicionado, clavando tres teclas cuando más la necesitaba, forzándola a escribir esas palabras a mano, con una caligrafía en tinta naturalmente bella, inteligente y esmerada, para suplir la falta del currículum vitae.
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Monday, November 15, 2010

Aprendizaje

La picana. Dibujo a lápiz de 1933. Imagen bajada de google images

Corría la década del ´70 y la niña crecía tan velozmente como los precios del almacén. Cuestión candente entre los mayores, compensada cada tanto con el fútbol, las carreras automovilísticas, los chismes familiares o de TV. De escuchar esas tedias conversaciones adquiría cultura social en desmedro del aprendizaje, al menos ninguna superaba la aburrida reclusión de los fines de semana en el campo.
La niña dejó la tarea para el domingo, y fue a examinar uno a uno los frascos de vidrio superpuestos y alineados al costado de la huerta. Los había de todos colores y formas, antiquísimos y nuevos, remedios y perfumes que iba desechando o coleccionando la tía bisabuela. La duda, la condujo a su primera noción de lo que a futuro llamarían ¨reciclaje¨: los restos de comida a los chanchos, el vidrio apartado como larga escultura multicolor, las revistas pasadas de moda, más o menos ordenadas en el cuarto del fondo. Entre el manual del cole y las revistas con imágenes de comidas que nunca se hacían y novias que ilusionarían pero jamás se imitarían, se tentó por las páginas amarillentas. Hurgó sigilosa en el ropero y, para su sorpresa, su mano se topó con un libro de tapas duras, tan viejo como los tíos que rondaban por ahí. No reconoció las palabras del título y lo abrió al azar, justo en el dibujo a plumín del hombre sentado en una silla extraña, brazos atados, capucha de bolsa, los pies en un cubo como el de la ropa, con agua, de eso no cabía duda. Llegó a leer un par de palabras, entre ellas ¨picana¨ y no pudo seguir porque ya el tío le arrebataba el libro fastidiado y le advirtió que no era para chicos, que mejor saliera a jugar.
En invierno, no había muchas opciones, y ella con su mejor estilo zalamero, le pidió espiar cómo faenarían al chancho de esta temporada. El viejo, evaluando el pedido, notó que la niña pronto sería una señorita y aflojaría para dejarla ver desde unos pocos metros, el animal enorme, colgado de las patas con roldana, desesperado por escapar. Si iba a presenciarlo, sería prudente darle una explicación de lo que vendría, el cuchillo debía ser certero, sin titubeos, una muerte muy  rápida evitaría la tortura.
La niña lo miró sin parpadear, asoció mentalmente, recordó la palabra interrumpida y aprendió algo sobre un tema vedado.
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Sunday, November 14, 2010

George Bush accused of borrowing from other books in his memoirs ¨Decision Point¨

Former USA  president George Bush. Photograph: Al Behrman/AP

A friend of mine in Spain sent me a link from a Spanish newspaper on line, it seems that in his memories Bush said he didn´t want the war. We made some jokes about this statement, and now, I´ve sent her this link (see below) of an article by Chris Mcgreal, for Guardian.co.uk.
I don´t have any comment except I won´t ever buy Bush´s memories.
¨George Bush's memoirs were billed as offering "gripping, never before heard detail" of his time in the White House.
Now it appears that Decision Points is not so much the former president's memoirs as other people's cut and pasted memories.
Bush's account is littered with anecdotes seemingly ripped off from other books and articles, even borrowing without attribution – some might say plagiarising – from critical accounts the White House had previously denounced as inaccurate.
The Huffington Post noted a remarkable similarity between previously published writings and Bush's colourful anecdotes from events at which he had not been present.
Bush borrows heavily from Bob Woodward's account Bush at War, which the White House criticised as inaccurate when it was published in 2002. He also appears to take chunks from a book written by his former press secretary Ari Fleischer.
Bush recounts a meeting between Hamid Karzai and a Tajik warlord on the Afghan president's inauguration day, which he used as an example of hope for the future of the country.
The former president writes: "When Karzai arrived in Kabul for his inauguration on 22 December – 102 days after 9/11 – several Northern Alliance leaders and their bodyguards greeted him at an airport.

"As Karzai walked across the tarmac alone, a stunned Tajik warlord asked where all his men were.

"Karzai responded: 'Why, General, you are my men. All of you who are Afghans are my men.'"

The Huffington Post notes that the account and the quote are lifted almost verbatim and without attribution from a New York Review of Books article by Ahmed Rashid.

Bush also lifts a quote from an interview John McCain gave to the Washington Post on Iraq and then presents it as though McCain had said it to him.

Even where Bush is present and is quoting himself, he appears to have had his memory jogged by the accounts of others without finding much to add.

Many of the borrowed lines are taken from Woodward's Bush at War, with the former president's accounts of meetings bearing a striking similarity to Woodward's.

Bush's publisher has suggested that only confirms the accuracy of Decision Points. Others have suggested it is a reflection of two traits the former president was often criticised for – lack of original thought and laziness.

Bush also quotes Woodward's writings almost word for word in places. Where Woodward writes: "The second option combined cruise missiles with manned bomber attacks," Bush says: "The second option was to combine cruise missile strikes with manned bomber attacks."

And where Woodward's book says: "The third and most robust option was cruise missiles, bombers and what the planners had taken to calling 'boots on the ground'," Bush says: "The third and most aggressive option was to employ cruise missiles, bombers and boots on the ground."

Bush manages to remember exactly the same shouts as Woodward from the crowd at Ground Zero after the 9/11 attacks – "Do not let me down!" and "Whatever it takes" – even though there must have been a slew of them.

He appears to have borrowed from the memoirs of Fleischer in relating an anecdote about a hospital visit to meet injured survivors of the 9/11 attack on the Pentagon.

Striking similarities between Decision Points and other writings, uncovered by the Huffington Post website

• In Decision Points, Bush describes the inauguration of Hamid Karzai, which he did not attend: "As Karzai walked across the tarmac alone, a stunned Tajik warlord asked where all his men were. Karzai said: 'Why, General, you are my men. All of you who are Afghans are my men.'"

•From Ahmed Rashid's The Mess in Afghanistan in the New York Review of Books, as related personally to him by Karzai: "As the two men shook hands on the tarmac, Fahim [the Tajik warlord] looked confused. 'Where are your men?' he asked. Karzai turned to him in his disarmingly gentle manner of speaking. 'Why General,' he replied, 'You are my men – all of you are Afghans and are my men …'"

• From Decision Points: "The second option was to combine cruise missile strikes with manned bomber attacks."

•From Bob Woodward's Bush at War: "The second option combined cruise missiles with manned bomber attacks."

• From Decision Points: "The third and most aggressive option was to employ cruise missiles, bombers and boots on the ground."

• From Bush At War: "The third and most robust option was cruise missiles, bombers and what the planners had taken to calling 'boots on the ground.'"

• Decision Points: "One man yelled: 'Do not let me down!' Another shouted straight at my face: 'Whatever it takes.'"

• From Bush at War: "'Whatever it takes,' they shouted. One pointed to [Bush] as he walked by and yelled out: 'Don't let me down.'"

• From Decision Points, quoting John McCain in a manner that suggests he is talking to the then president: "'I cannot guarantee success,' he said, 'But I can guarantee failure if we don't adopt this new strategy.'"

•From an interview by McCain with the Washington Post in 2007: "'I cannot guarantee success, but I can guarantee failure if we don't adopt this new strategy,' he said.'

PROCRASTINATION in the experience of George Akerlof

Image from newyorker.com

So, what is this weird word "Procrastination"? Wikipedia says "Procrastination refers to the act of putting off actions or tasks to a later time. Psychologists often cite such behavior as a mechanism for coping with the anxiety associated with starting or completing any task or decision. Schraw, Pinard, Wadkins, and Olafson have proposed three criteria for a behavior to be classified as procrastination: it must be counterproductive, needless, and delaying."
As an example, I've found an interesting article about the subject. It seems it doesn't matter how many prizes you can win in your field, procrastination could happen to anybody.
" Some years ago, the economist George Akerlof found himself faced with a simple task: mailing a box of clothes from India, where he was living, to the United States. The clothes belonged to his friend and colleague Joseph Stiglitz, who had left them behind when visiting, so Akerlof was eager to send the box off. But there was a problem. The combination of Indian bureaucracy and what Akerlof called “my own ineptitude in such matters” meant that doing so was going to be a hassle—indeed, he estimated that it would take an entire workday. So he put off dealing with it, week after week. This went on for more than eight months, and it was only shortly before Akerlof himself returned home that he managed to solve his problem: another friend happened to be sending some things back to the U.S., and Akerlof was able to add Stiglitz’s clothes to the shipment. Given the vagaries of intercontinental mail, it’s possible that Akerlof made it back to the States before Stiglitz’s shirts did.
There’s something comforting about this story: even Nobel-winning economists procrastinate! Many of us go through life with an array of undone tasks, large and small, nibbling at our conscience. But Akerlof saw the experience, for all its familiarity, as mysterious. He genuinely intended to send the box to his friend, yet, as he wrote, in a paper called “Procrastination and Obedience” (1991), “each morning for over eight months I woke up and decided that the next morning would be the day to send the Stiglitz box.” He was always about to send the box, but the moment to act never arrived. Akerlof, who became one of the central figures in behavioral economics, came to the realization that procrastination might be more than just a bad habit. He argued that it revealed something important about the limits of rational thinking and that it could teach useful lessons about phenomena as diverse as substance abuse and savings habits. Since his essay was published, the study of procrastination has become a significant field in academia, with philosophers, psychologists, and economists all weighing in."
REFERENCE:
Later
What does procrastination tell us about ourselves?. by James Surowiecki at the Newyorker.
Read more:

Common Ground in a Liquid City: Essays in Defense of an Urban Future. Matt Hern. AK Press, 2009.


From a double review by Chris Carlsson:

“Two books I read in the past month overlap with each other in useful ways. The first, Commonwealth by Toni Negri and Michael Hardt, is the third volume of their epic theoretical work that began with Empire and continued through Multitudes. While I’m not a camp follower per se, I did get a lot out of these efforts and was glad to read Commonwealth as the conclusion. It made some parts of their argument clearer, but left some important areas unresolved and even self-contradictory. I suppose that’s to be expected with such an ambitious effort to unravel this moment in history, the rise of new paradigms of both capitalist self-perpetuation and (potentially) revolutionary subversion.
The other book is by my host in Vancouver this week, Matt Hern, Common Ground in a Liquid City: Essays in Defense of an Urban Future. His book, like Nowtopia, is published by AK Press, and I had the pleasure of hearing him present some of his arguments at the Studio for Urban Projects in San Francisco a few months ago. I like a great deal of his argument, pitting a grounded sociality against the forces of capital that continually render everything that is solid into air, or in the case of his book, turning the solidity of urban space into endlessly liquid flows of capital. As he asks, “how can we imagine commonality and neighborhood in such a relentlessly liquid world?”
The key for Hern, parallel to the arguments by Negri and Hardt, is a form of exodus, to “actively expand the non-market sectors of the economy and society.” But where Hern’s is practical, based on new forms of trust, friendship, and hospitality, and rooted in specific places (Vancouver is his chosen locale), the Negri/Hardt (N/H) version is largely a theoretical assertion based on their odd and contradictory notion of “biopolitical labor.” Given my own years of helping produce Processed World, a magazine that documented well ahead of its time the rise of precarious labor when it was still in its early, affirmative, assertive form of exiting as much as possible the stupid world of wage-labor, I’m quite sympathetic to analyzing the important emergence of immaterial labor. A sweeping argument of N/H is that biopolitical labor is becoming hegemonic (something that invariably gets yowls of protest from anyone who wants to check on the statistical fact that there are more people working in tightly managed industrial factories today than at any previous time in history). By biopolitical labor they mean the activities that comprise all of our lives; a crucial piece of this line of thought is to assert that a new form of capitalist exploitation is taking shape in the cutting edge industries and geographies of the modern world, and that it is becoming increasingly dominant.
On page 142 of Commonwealth, they provide a conveniently concise summary and in it is the contradictory notion clearly stated:

- “In the biopolitical context capital might be said to subsume not just labor but society as a whole, or, really, social life itself, since life is both what is put to work in biopolitical production and what is produced. This relationship between capital and productive social life, however, is no longer organic in the sense that Marx understood the term because capital is increasingly external and has an ever less functional role in the productive process. Rather than an organ functioning within the capitalist body, biopolitical labor-power is becoming more and more autonomous, with capital simply hovering over it parasitically with its disciplinary regimes, apparatuses of capture, mechanisms of expropriation, financial networks, and the like.”
Is” biopolitical labor” autonomous or is it an example of the real subsumption of labor? Are freelance web designers working precariously “autonomous” or are they an individual who is ALWAYS working, always expanding their commercial contacts (via social life) and their networks in the hope of the next job—in other words, an individual who is fully integrated into capitalist life as a quasi-independent worker/entrepreneur? In this way I think their argument starts to look suspiciously like Richard Florida’s flattering (and sycophantic) portrait of the “creative class” in which anyone working in a bank or insurance company is somehow “creative” because they have to work with computers all day! In N/H they get tagged “autonomous” because so much of the labor process requires a fair amount of self-directed cooperation. Just because you are working on a project that has different teams working on various components stretched across the planet (designers in Manhattan, programmers in New Delhi, graphic artists in San Francisco, packaging and manufacturing in Guangdong China) does not make the work you’re doing autonomous. Granted, there are parts of the work you’re doing that have an autonomously cooperative quality and perhaps in that quality we can see the kernel of something more interesting, a capacity for radical self-management. I want to give N/H the benefit of the doubt here, but if you look at their own quote above, you can see how they first define the biopolitical context as one in which the entirety of society is subsumed under the logic of capital. How then are individuals whose activity is apparently fully subsumed simultaneously becoming autonomous from capital (especially if that autonomy is defined as a quality of the work they’re doing while earning wages)? That’s never satisfactorily explained.
On the other hand, I’m a proponent of finding the revolutionary possibilities in our everyday lives. By the time you get to the end of Commonwealth, they unabashedly make a teleological argument, but one not based on any invisible hands or inevitable forces, just that we CAN push the world towards one of our own making, one based on our own self-direction, cooperation, and general happiness. On page 242 they say “Today, in fact, revolution is no longer imaginable as an event separated from us in the future but has to live in the present, an “exceeding” present that in some sense already contains the future within it.” A little later they continue to argue for the inability of capitalism to adequately capture the value produced in the new realm of biopolitical labor: “…the results of biopolitical production, including social subjectivities and relations, forms of life, have an immediately ontological dimension. Value is generated in this process, but it is immeasurable, or rather it constantly exceeds the units of any accounting scheme; it overflows the corporation’s double-entry ledgers and confounds the public balance sheets of the nation-state. How can you measure the value of an idea, an image, or a relationship?” If only it were only such things that comprised wealth. And perhaps that is one of the points here, that as we reach the self-destructive end of the capitalist mode of production, an important path out is to recognize the enormous value of “not-things,” of aspects of our common life that have gone unmeasured and radically undervalued in this social arrangement.
Matt Hern stays resolutely on the ground in addressing the revolutionary qualities of social activity. He is an enthusiastic localist, waxing rhapsodic about Critical Mass as a proving ground for social problem-solving and creating convivial common experiences, while also arguing that if we REALLY cared about reducing violence against teens (as all the gang and drug taskforces claim) we’d be radically reducing the use of autos wherever possible. Way more youth are killed every year on the roads in car crashes than in any other activity, and yet we treat that like it’s a fact of nature or something. He talks about the 130,000 trees in Vancouver and wonders why 10% or even 30% can’t be converted to fruit trees, thereby providing free food to everyone?
But he knows why:

- …We cannot have global capitalism and embrace localization… Our only alternative is to constrict the economy. We cannot have economic growth and ecological sanity… Maybe the easiest way to think about contracting the economy is getting your hands dirty and growing some food. There’s not much ambiguity there. It’s simple and cheap and convivial. But more than that it represents exactly how we need to be de-commodifying our relationship with the natural world and reconfiguring our cities as common ground.”
Negri and Hardt build on some of the autonomous theorizing that’s been going on during the past couple of years’ rupture of the neoliberal model. Again the two books come together in interesting ways on the question of the city as a locale of exploitation and reinvention.

-“The metropolis is to the multitude what the factory was to be the industrial working class… metropolis primarily generates rent, which is the only means by which capital can capture the wealth created autonomously… Rent operates through a desocialization of the common, privatizing in the hands of the rich the common wealth produced and consolidated in the metropolis.” (N/H p. 250 and 258)

Earlier in the book they describe the rise of financialization as a mechanism to capture the wealth produced outside the logic of commodities for sale. If it’s true that we’re together producing an ever-richer shared life, and that most of that new richness is unmeasurable, we’re nevertheless seeing a significant part of that wealth siphoned away from us as rent, whether for residential or commercial spaces, to landlords or to banks.
They describe this a bit differently:

- “… in the contemporary networks of biopolitical production, the extraction of value from the common is increasingly accomplished without the capitalist intervening in its production. This renewed primacy of rent provides us an essential insight into why finance capital, along with the vast stratum that Keynes designates as functionless investors, occupies today a central position in the management of capitalist accumulation, capturing the expropriating the value created at a level far abstracted from the labor process.” (p. 141-42)
Matt Hern offers a definition of urban vitality that in a more vernacular way describes the kind of wealth N/H are talking about too:

- “…that’s my definition of urban vitality: constantly running into people who aren’t like you, who don’t think, look, or act like you, people who have fundamentally different values and backgrounds. And in that mix there is always the possibility to reimagine and remake yourself—a world of possibility that is driven by public life and space, that it its best turns into common places and neighborhoods. That’s what makes a great city, not the shopping opportunities.”
A good deal of his book takes us from Vancouver to other cities around the world, but the promise of a comparative study is rarely fulfilled. Mostly he’s interested in and talking about Vancouver with the odd juxtaposition to New York, Montreal, Molokai, Diyarbakir Turkey, Fort Good Hope near the Arctic Circle, and other locales. I understand what he’s up to. As he notes in his introduction, you really see your city most clearly when you are away, in other contexts.
He spends a fair amount of time critiquing what I assume are various initiatives in Vancouver of the “New Urbanist” variety, efforts to promote and celebrate a developer-driven vision of urban vitality.

- “…there’s more color and nuance to be added in, more than simple capital-labor contestation. There is a shared cultural response to the challenge and value of public space, and in some ways Living First has morphed into another subtle variant on enclosure, delicately displacing the power of public space into private hands…This speaks to a fundamental difference between public spaces and common places, and this is one of the core themes of this book: how can a city, this city, become a city of common places. Public space, lots of it, is crucial but we have to realize that we need more than that. People move through public space—but common space is where they stop, what they learn to inhabit, and make their own.” (p. 58-59)

As an urbanist Hern gets to speak with other planners and bureaucrats, and I assume he’s made the rounds of plenty of those promotional conventions for architects and planners where they are faced with the relentless pressure to “sell” their cities to investors.

- “…economic globalization is driving municipalities into direct competition with one another for capital resources, seeking to attract funding with incentive packages promising juicy profits for investors… Running a city in the twenty-first century is all about the hustle.”

This parallels the N/H discussion of rent, because broadly understood, this is precisely what these development schemes and sales campaigns are promising capital: come to OUR city and you’ll make a great return. You don’t have to run factories or offices, or even hotels or restaurants. Just make capital available to the city for its development plans and the rising wealth of a successful urban revitalization effort will handsomely reward the lenders with steady payouts for years to come (this is mostly done through the municipal bond market).

At one of the conferences Hern recounts, he captures the emergent conflict quite well:

- “Overwhelmingly present, but entirely subsumed was a critical discontinuity between a neoliberal globalization agenda articulated by the World Bank, IMF, and an omnipresent array of private financiers and development companies, and an apparent consensus on the importance of decentralization, local economies, local energy production, local control, and local democracies.” (p. 171)

This is another variation on the argument I made in Nowtopia about an emergent working-class movement with an agenda that escapes the logic of wage-labor and the perpetuation of capitalism. The still mostly invisible presence of an agenda based on local economies and local democracy is bubbling up in many locations. It just hasn’t found its political voice yet.

Negri and Hardt do a nice job of capturing this historical process:

- “Capital will not continue to rule forever, and it will create, in pursuing its own rule, the conditions of the mode of production and the society that will eventually succeed it. This is a long process, just as was the transition from the feudal to the capitalist mode of production, and there is no telling when it will cross the crucial threshold, but we can already recognize—in the autonomy of biopolitical production, the centrality of the common, and their growing separation from capitalist exploitation and command—the makings of a new society within the shell of the old.” (p. 301)
Both books offer deeper suggestions about orientation and values too, much more than I can accommodate in this already too-quote-heavy blog entry, but nevertheless here’s a couple more:

Matt Hern:

- “…otherness cannot and should not be collapsed into a tolerant multiculturalism, but requires an acknowledgement of, appreciation for, and trust in profoundly different ways of living and social organization. A city of immigrants has to learn to live together, but if it is going to thrive people have to learn to trust each other. Paradoxically, that trust cannot emerge without community, but community needs trust to develop. Perhaps hospitality and friendship are a partial way out of the chicken v. egg thing here.” (p. 104)

Negri/Hardt:

- “The refusal of work is a central slogan of this project, which we have explored at length elsewhere. The refusal of work and ultimately the abolition of the worker does not mean the end of production and innovation but rather the invention, beyond capital, of as yet unimagined relations of production that allow and facilitate an expansion of our creative powers……Revolutionary class politics must destroy the structures and institutions of worker subordination and thus abolish the identity of worker itself, setting in motion the production of subjectivities and a process of social and institutional innovation.” (p. 332-33)
My argument is that this process of self-abolition of the category of worker is already visible in the activities many of us are engaged in when we’re NOT at work, when we’re busily appropriating technologies in innovative and artistic ways, when we’re addressing the ecological crisis by using the waste stream in unpredictable ways. Hern gets it too: “…when lots of us start riding bikes everywhere, we stop buying cars and gas and it hurts business. This also occurs when we start closing streets down or living in co-op housing or planting fruit trees all over the city. All of this is all good and fun and ecological and “green,” but really it presents a direct, antagonistic challenge to capitalism. And so it should be. I want planting gardens to be not just an aesthetic activity or an attempt to ameliorate capitalism’s worst excesses but the first punch in a street fight.”

Saturday, November 13, 2010

Representaciones de la Santísima Trinidad en la época de la conquista española

Estatuilla jesuítica representando supuestamente a la Sma. Trinidad. Foto de CEPRO.EXACTAS

Hay un tema que me resulta sumamente interesante, y es el de la representación iconográfica en la época de la conquista española en América. No sólo por las hermosas manifestaciones artísticas, sino también por los significados que se trasladan a la arquitectura.
Leía en el diario La Nación, sección Ciencia y Salud, acerca de la estatuilla que muestro en la foto arriba, que supuestamente representa a la Sma. Trinidad, aunque es enigmática, no sólo porque falta el Espíritu Santo, sino también porque se ha previsto ensamblarla y el Padre está vestido con ropajes de Papa.
El artículo, escrito por Gabriel Stekolschick comienza así: 
¨Fabricada en la primera mitad del siglo XVIII en una misión jesuítica del Paraguay, podría ser una más entre las tantas imágenes que se conocen del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Sin embargo, la escultura de madera de tamaño natural que se exhibe en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata presenta peculiaridades.
Para empezar, a la obra alegórica le faltaría uno de los elementos del conjunto. "El Espíritu Santo podría haberse perdido", considera la doctora en historia del arte Gabriela Siracusano, investigadora del Conicet en el Centro de Conservación e Investigación de la Universidad Nacional de San Martín. "Pero llama la atención que la imagen se pueda separar en dos partes. Y no parece que estuviera cortada, sino más bien, ensamblada", agrega.
Tras señalar que "Dios Padre está vestido como papa", un aspecto particular para la iconografía de la Trinidad, la historiadora reconoce que lo que atrajo particularmente su interés fue la posición del brazo derecho de ambas figuras. "Habitualmente, la mano derecha del Padre está dando la bendición, pero aquí parecería que ambos brazos derechos están sosteniendo un cetro, que pudo haberse perdido", conjetura.
Para tratar de armar el rompecabezas, Siracusano rastreó en la iconografía de aquel tiempo y encontró algunas pistas. "Era una época en la que estaba todo muy normado y en la que el artista no podía hacer lo que se le daba la gana. Pero dentro del ámbito jesuítico hubo cierto momento en que se produjo un rebrote del arrianismo, una secta que, entre otras cosas, pone en duda la divinidad del hijo. Entonces, comienzan a aparecer algunas representaciones controvertidas, cuenta, pero las que encontré durante la investigación estaban en papel o en piedra."
Personalmente, luego de haber leído los libros de Serge Gruzinski, no parece una conclusión contundente que la estatuilla sea considerada como representación de la Sma. Trinidad. Según Gruzinski -experto en el tema de iconografía- el gran problema de los misioneros era explicar el significado de la Sma. Trinidad, un dios en tres. E influenciados por las pinturas renacentistas y barrocas, traídas a América, se les mostraba a los indígenas en una composición tríptica o de triángulo al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, donde ninguno prevalecía.
Esta foto es un buen ejemplo de las interpretaciones indígenas y, lo peor, que espantaba a los religiosos, era cuando mostraban a Jesús con tres cabezas, lo cual era considerado monstruoso.
Ahora, veamos cómo los aztecas entendían sus propias trinidades, no necesariamente referidas a dioses, sino al concepto de tres en uno.

Las siguientes son representaciones típicas europeas: (fotos de google images)


Jesús suele aparecer con el torso descubierto, el Padre lleva un cetro (que falta en la estatuilla jesuítica), con ropajes sencillos y jamás con las vestimentas de Papa y calvicie.
Es por ello que encuentro inquietante la estatuilla en cuestión, y me pregunto si tal vez hubieran querido mostrar el poderío del Papa y como Jesús estaría a su lado cuando muriera, porque obviamente están sobre nubes y ángeles.
Seguramente la Dra. Siracusano resolverá el enigma y espero podamos leer alguna publicación al respecto.
Para leer el artículo completo:

Thursday, November 11, 2010

El amor en los tiempos del Romanticismo Gótico

Ilustración de Harry Clarke, 1919

Por más que se esforzara en olvidarla, las quietas noches de opio lo acercaban a ella; la veía sonriente e intrigante, mas cuando intentaba tocarla, se le escapaba para esconderse tras la cama de ébano, desapareciendo entre las sombras, sin tentarse con los placeres mundanos de la torre pentagonal, ni la contemplación de las reliquias egipcias o el lujoso ornato; indefectiblemente se esfumaría para retornar bellísima en sus alucinaciones.
Con ojos enrojecidos, vió el humo ascender en volutas islámicas, conformando esas figuras naturalísticas engendradas en quimeras extravagantes; a pesar de estar al límite de su cordura, observó racionalmente la espiral infinita que la forma sugería, y la plasmó en arabescos que místicos cubrieron el baldaquino central, el alfombrado, el cobertor de las otomanas, los pesados cortinados...
Complacida entonces en la vasta extensión de la ambigüedad matemática que fuera su pasión, la triunfante Ligeia reveló tras los vendajes de Lady Rowena, que nunca más del lado de su amado huiría.
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Wednesday, November 10, 2010

Mystic River (Río Místico)

Mystic River es una novela escrita por Dennis Lehane en 2002, llevada al cine en 2003 bajo la dirección de Clint Eastwood.
Tenía el libro pendiente de leer, y confieso que una vez que lo empecé, no podía dejarlo, y hasta tuve la suerte de no recordar la película, salvo que había un crimen, pero sin más detalle que ese y que la historia ataba a tres ex amigos, Jimmy, David y Sean.
Lo más inquietante, es como a través de un terrible hecho que sucede en la niñez – el secuestro y violación de uno de ellos, David- sus vidas se ven afectadas a lo largo de 25 años, cuando el destino los une nuevamente por el asesinato de la hija mayor de Jimmy.
Las personalidades, Lehane las presenta claramente definidas en la descripción de la rutina diaria, que se ve alterada por el relato de un crimen que no nos da tregua hasta que descubramos al autor.




El libro, además es excelente en el pintoresquismo del contexto barrial. Dos zonas muy definidas, los altos y los ¨flats¨ o zona de monoblocks, donde el poder se puede dar a través de la mafia de la droga o de un muchacho tan carismático como duro que defiende su territorio barrial a la manera de las ¨familias¨. No estoy segura que la película deje traslucir el contexto urbano-social como en el libro, considerando que el tema central es la relación entre los amigos bajo un efecto dominó, que nos induce a reflexionar qué hubiera sucedido sí..............Así hasta llegar a nuestras propias historias con sus inevitables consecuencias.
Definitivamente, es un libro que recomiendo y por supuesto tendré en mente volve a ver la película.