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Saturday, August 21, 2010

Relatos sobre la Rurbanidad

Foto de Revista Eñe
Transcribo hoy un review de Revista Eñe, sobre un libro que parece muy interesante:
Las previsiones según las cuales la clásica dicotomía entre el campo y la ciudad se resolvería con una expansión de lo urbano a expensas de lo rural en ciudades concebidas como mercados, no se cumplieron tal y como fueron formuladas con insistencia en la década del 70 por autores como Henri Lefebvre. Al menos no en las periferias mundiales y en las urbes latinoamericanas. En lugar de eso y sobre todo en los primeros años del siglo XXI se hicieron más visibles, en el caso de la Argentina, procesos de hibridación en los que lo rural y lo urbano se fundieron: manifestaciones como la actividad de los cartoneros y otras basadas en el uso de caballos y carros que un grupo de investigadores de la Universidad de Río Cuarto eligió definir como "rurbanas". Y las puso en foco para indagar, desde la comunicación y la cultura, en los relatos que las describen y en la sensible brecha que diferencian a esos relatos, según provengan de los propios trabajadores informales, de los medios de comunicación o de los programas políticos orientados al sector.
El fruto de esas investigaciones, iniciadas una década atrás, es el libro Relatos sobre la Rurbanidad , coordinado por Gustavo Cimadevilla y Edgardo Carniglia y publicado por la Editorial de la Universidad de Río Cuarto. Para concretarlo, un grupo de investigadores se subió a los carros de los cartoneros, escuchó sus testimonios y los contrastó con la mirada dominante, descubriendo diferencias sustanciales entre las narrativas y los relatos vigentes.
El concepto de rurbanidad nació en 1918, cuando el sociólogo estadounidense Charles Galpin lo utilizó para describir la presencia creciente de dispositivos urbanos en el ámbito rural, como la pluriactividad o los nuevos modelos familiares. Los investigadores plantean que en muchas grandes ciudades argentinas puede detectarse la no menos rurbana contracara de este fenómeno en los trabajadores informales que usan carros y caballos, cuya irrupción en la escena social se hizo particularmente visible después de la crisis de 2001: "esta postal no era típica, no era rural, tampoco urbana: el concepto de rurbanidad nos ayudó entonces a enfocar el fenómeno" apuntan.
El proceso que llevó a la irrupción de lo rurbano en las ciudades argentinas no fue azaroso.
Contribuyeron a él la creciente tecnologización del campo, la profundización del capitalismo rural y la expansión del cultivo de soja que favoreció la concentración de la propiedad y la desaparición de pequeños agricultores.
Esto provocó que muchos trabajadores dependientes (asalariados, medieros, aparceros) migraran a las ciudades y encontraran sus estrategias de supervivencia en el trabajo informal basado en el uso de elementos y saberes rurales.
¿Cómo tratan o excluyen de su agenda el tema los medios de comunicación? ¿Qué lecturas genera en la opinión pública? ¿En qué marcos ideológicos se encuadra? Y sobre todo: ¿Qué implica para sus protagonistas en tanto subsistencia y cuál es la valoración que ellos mismos le dan? Estas preguntas motivan la veintena de trabajos contenidos en el libro.
Los estudios se basaron en la ciudad de Río Cuarto (una urbe cordobesa de 165.000 habitantes) y en las principales manifestaciones rurbanas del lugar: cartoneros, recolectores informales de arena y vendedores de frutas y verduras que usan carros y caballos como herramientas.
Al indagar en la mirada mediática en torno a la rurbanidad, estudiando la prensa gráfica, televisiva y on-line de la región, la principal conclusión a la que llegaron los investigadores es que las actividades rurbanas suelen estar acompañadas de una valoración estigmatizante que se naturaliza en el discurso social: los sujetos rurbanos aparecen como agentes y pacientes de distintos problemas citadinos, entre ellos los del tránsito. Y su actividad asociada a conceptos como "segregación", "marginación", o "vida material miserable".
Como contrapartida, al indagar en los relatos de los propios actores rurbanos, descubrieron una visión diferente a los modos naturalizados de comprender la realidad rurbana en el discurso hegemónico, ese que se basa en la dicotomía entre lo urbano y lo rural que, nacida en las ciencias sociales, asocia a la ciudad con el progreso y al campo con el atraso. En ese sentido, en el relato del cartonero, varios aspectos de su actividad reciben una valoración positiva: la posibilidad de organizar el trabajo en función del grupo familiar y en forma independiente; la preservación y valoración afectiva de saberes heredados (vinculados sobre todo al carro, al caballo y sus cuidados) y la cercanía geográfica con el lugar en donde desarrollan su actividad, entre otros. De ahí que muchos de los trabajadores entrevistados reconocen en la actividad rurbana su cuna, pero también "un horizonte de vida deseada", mientras otros la definen como un recurso de emergencia, pero no por eso menos digno.
Los autores también estudiaron los proyectos del municipio y descubrieron que "conllevan formas de exclusión, en particular de los conocimientos, las voces, los intereses y las preocupaciones de aquellos que deberían ser los beneficiarios". A ese factor atribuyen el limitado éxito de los planes implementados por diferentes administraciones entre 2000 y 2008. Y sugieren una mirada más integradora que considere los valores, formas de ver el mundo y condiciones reales de existencia del sector enfocado.
El trabajo concluye con la invitación a elaborar propuestas integradoras, que tengan en cuenta la visión del mundo del sujeto rurbano. O como dicen Claudia Kenbel y Silvia Galimberti en uno de los trabajos: "las miradas puestas en los procesos sociales como el que llamamos rurbanidad pide desplazarnos de las lecturas clásicas e intentar conceptualizaciones que problematicen las miradas dominantes, en el cruce de los relatos, las temporalidades y las experiencias", asumiendo "el mestizaje como posibilidad de lectura de la multicultural identidad latinoamericana".

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