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Thursday, July 29, 2010

Un exitoso diario para niños en Francia

Foto de La Nación.com

Se trata de Mon Quotidien (Mi Diario), un periódico para chicos de entre 10 y 14 años, nacido en 1995, con tanto éxito -en su tercer año de existencia alcanzó una circulación de 50.000 ejemplares- que los socios fundaron otros dos diarios, Petit Quotidien (El Pequeño Diario), para chicos de entre 7 y 10 años, y L´Actu , (algo así como Los Titulares), para adolescentes entre los 14 y los 17 años. La combinación de contenido con una hábil estrategia de marketing ha llevado la circulación de los tres diarios a los 165.000 ejemplares.
Los periódicos, que aparecen todos los días salvo los domingos, son una mezcla de noticias vívidas y llenas de color, fotografías, tiras cómicas y series de acertijos y preguntas. Un ejemplar reciente de Mon Quotidien llevó en tapa una foto y una nota del pulpo Paul, el cefalópodo que vaticinó con éxito los ganadores de los partidos del Mundial de fútbol de 2010. Otro número estuvo dedicado al diminuto auto nuevo que se exhibió en la muestra automovilística de Berlín, que se pliega para poder guardarlo en espacios pequeños.
En una época en la que muchos chicos son adictos a las computadoras, los iPods y los iPads -y en la que los periódicos sienten esa presión-, Mon Quotidien parece una anomalía, más aún en Francia.
Pese al gran nombre de periódicos como Le Monde y Le Figaro , los franceses leen cada vez menos los diarios. Según las estadísticas, en Francia se vende la mitad de diarios que en Inglaterra o Alemania, y el porcentaje de lectores es particularmente bajo en el segmento de los más jóvenes. Sólo el 10% de los jóvenes de entre 15 y 24 años leían un periódico pago en 2007, la última vez que el gobierno hizo una encuesta, un porcentaje que se había reducido a la mitad respecto del 20% de una década antes.
Como parte de su estrategia de marketing, Mon Quotidien invita a varios de sus lectores a la redacción a editar el diario dos veces por semana, exceptuando la tapa, pero permitiéndoles elegir los artículos de las otras siete páginas.
En una de las últimas reuniones, la editora nacional, Caroline Hallé, propuso un artículo sobre una escuela británica que había comprado halcones para ahuyentar a una plaga de gaviotas que estaban ensuciando y arruinando las instalaciones. También propuso la noticia sobre el reciente descubrimiento de algunos buzos que encontraron champagne francés que el rey Luis XVI había enviado al zar de Rusia, pero que había quedado sepultado en el mar cuando el barco que transportaba las botellas se hundió en el mar Báltico.
"Es algo muy bien hecho", afirmó Françoise Dargent, crítica literaria de Le Figaro cuyas dos hijas mayores, de 11 y 13 años, son ávidas lectoras. "Es una manera de que los chicos estén informados y desarrolla en ellos una buena predisposición para la lectura." Sin embargo, no hay señales de que Mon Quotidien y sus diarios hermanos estén generando lectores de periódicos a largo plazo. Con cada grupo etario sucesivo de lectores, el número de suscriptores disminuye. Petit Quotidien tiene 75.000 suscriptores; Mon Quotidien , 60.000, y L´Actu, sólo 30.000.
La empresa editora tiene otra estrategia. "Cada mes de septiembre enviamos 15 millones de ejemplares gratuitos a todos los maestros de Francia, 30 ejemplares a cada uno. Eso es el 90% de los 5 millones de euros que gastamos en marketing directo", dijo Dufour. Los chicos conocen el periódico en la escuela y después piden a sus padres que les paguen una suscripción.
En ese nivel, los periódicos siguen siendo redituables, pero aumentar la circulación produciría pérdidas, agregó Dufour. Los periódicos sólo se venden por suscripción, porque eso evita mantener bajos los costos de distribución. Más aún, asegura que piensa resistir la presión del mundo digital. "No hacemos nada en Internet", dijo Dufour, aunque Mon Quotidien tiene un programa online gratuito de cinco minutos de noticias. "Los padres no querrían pagar por eso", afirmó.

Fuente:
En Francia, un exitoso diario para chicos desafía al mundo digital. Artículo de John Tagliabue para New York Times, reproducido por La Nación. Traductora:
Mirta Rosenberg- 29 de julio de 2010

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