La Virgen del Sol y las Melodías Indígenas

Ejecución del Inca. Imagen de http://static2.elespectador.com/files/images

La Virgen del Sol y las Melodías Indígenas prolongaron la visión indígena mítica, al igual que las baladas populares de carácter histórico que resucitaban el pasado Inca. Entre las más conocidas se encuentra Nina, una balada en la cual se introducen las figuras históricas de Nina y Chaloya, schyris que habitaban en la región que ahora es Quito. Los dos defendieron heroicamente la tierra de sus padres frente al avance del ejército de Benalcázar, pero murieron en su intento. Sus almas se convirtieron en ríos, el Nina-yacu y el Chaloya, tributarios del río Branco, cuyas aguas fluyen hacia la costa. Se consideraba que su sacrificio tendría un efecto duradero en la cultura ecuatoriana y por lo tanto, Nina se convirtió en una figura nacional que inspiraría a las generaciones futuras a realizar acciones nobles.

El siguiente poema refleja el lujo del oro en las batallas, pero a la vez, el predominio del color rojo en la insignia del jefe Inca supone una premonición de la lucha contra los españoles.

Y del sol la augusta imagen

De oro purísimo se alza.

Todo es brillo que deslumbra,

Todo grandeza que pasma;

Oro ostenta el pavimento

Y son las paredes áureas.

Sube el incienso que ofrecen

En sus auríferas tazas

Cien vírgenes escogidas

Y al padre sol destinadas.

Entre tanto el sacerdote

Ceñido de veste blanca,

Mil víctimas agradables

Sacrifica sobre el ara.

Con plaga grande amenaza

A tu imperio y tu real sangre.

El cerco rojo te anuncia

Que, cuando muerto, descanses

Junto al Inti, llanto y guerras

Habrá en tu prole grande.

Ay! Tus hijos despiadados

Saldrán a lides tenaces

Rojas quedarán las sierras,

Rojos quedarán los valles,

Y de púrpura los lagos,

Y de púrpura los mares.

Referencia.

Regina Harrison. Entre el tronar épico y el llanto elegíaco: simbología indígena en la poesía ecuatoriana de los siglos XIX-XX

Pag. 125-126. Universidad Andina Simón Bolívar.