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Saturday, March 20, 2010

La Delicadeza del Enigma, por Darío Rojo

Escritor-Héroe enfrentado al Sistema. Por Daniel Roldán. Bajado de la revista Eñe.

Este artículo de este fin de semana de Darío Rojo para revista Eñe, nos ilumina acerca de la nueva corriente de jóvenes poetas y literatos surgidos en la década del ´90 en China. Lo reproduzco en su totalidad:

La conciencia de percibir una ínfima parte de lo que está ocurriendo entre los caracteres de un poema chino no impide a los humanos disfrutar de esa poesía. Ese mismo desconocimiento del idioma tampoco es un obstáculo para experimentar una escena clásica de amabilidad brindada por sus creadores. En las grandes ciudades todo es mejor y peor; en Beijing, donde la ultima moda son las parejas de idéntica vestimenta, sin visos de extravagancia, hay poetas que se reúnen en un pub para tomar una Guinness o un té, eso sí, ambos acompañados por una bandeja de frutas. Song Lin, gracias al castellano que aprendió durante los dos años que vivió en Buenos Aires, habla del deplorable estado de la crítica, atravesada por el tráfico de influencias. Xi Chuan, en un inglés fluido, comenta que está a punto de ser traducido al español. El resto sólo hablan chino. Son casi una docena y, según va traduciendo Petrecca, muchos conocen el Martín Fierro y a Borges. El hecho de que no se puedan leer los blog, a todos los tiene sin cuidado. Después de comentar el auge del neotaoísmo, un poeta con chupines rojos, parecido a Dady Brieva, es quien paga la cuenta.

Sin mayores excesos, situaciones como éstas se repitieron en Chendu, en el bar de la poeta Zhai Yongming, o en Nanjing, junto a Han Dong, quien actualmente se encuentra más interesado en la narrativa. Para él, la influencia de Taiwán, Corea y Japón es extraliteraria y tiene que ver más con los productos audiovisuales, pero la verdadera creatividad siempre sale de China. También explica que la narrativa occidental llegó de golpe a partir de los 80, y que por eso los contextos originales de esas obras están algo difuminados. Por su recomendación, nos trasladamos a ver al poeta budista Yang Jian. Maanshan es una ciudad pequeña cuya principal fuente de ingresos es la fabricación de equipos de aire acondicionado, que a pesar de contar con la tumba de Li Po no atrae al turismo. Ahí, en un tiempo muchísimo mayor al que teníamos asignado, en un brindis perpetuo, Yang Jian nos contó que se encontraba decepcionado por el crecimiento económico de su país, decía que hace 20 años eran más pobres y más felices, pero más le alarmaba la pérdida de las estaciones intermedias, que si sólo iba a haber invierno y verano, la poesía china iba a desaparecer. Como a muchos de sus contemporáneos, poco le importaba lo que pasaba fuera de la poesía china. También nos repitió, bajo la muda presencia de uno de sus amigos, un calígrafo que cual ninja cada 5 minutos nos arrojaba cigarrillos para que lo acompañáramos en el vicio nacional, algo en lo que todos los escritores coinciden y ninguno se digna a explicar: que en Hong Kong y en Taiwán es donde habita la verdadera cultura china. Así, en una impecable manifestación de generosidad y cortesía, los poetas de Maanshan nos mostraron el contrapeso perfecto de un país obsesionado por el dinero. Cortesía que además de ser un vehiculo de nobleza, es también el instrumento ideal para plastificar el desconocimiento del otro en una eterna realidad paralela: un decorado en el que, al igual que en una buena traducción, el lenguaje que construyó un mundo diferente llega a nosotros para contaminar nuestro conocimiento con la delicadeza del enigma.

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